El ‘tardeo’ impulsa los bares y discotecas: más horas, más clientes y más caja
El ocio diurno amplía la franja de edad de la clientela, que se deja una media de 18,5 euros, un 20% más
El ocio nocturno —ese que perdimos en 2020 por la pandemia y retomamos con ansia en 2022— vuelve a estar en plena forma. “La vida nocturna ha ganado importancia en nuestro estilo de vida”, señala Vicente Pizcueta, portavoz de España de Noche. Tirando de refranero, se valora más aquello que se ha perdido en algún momento, y a ese argumento se agarran muchos empresarios para explicar el buen comportamiento de la demanda. El ...
El ocio nocturno —ese que perdimos en 2020 por la pandemia y retomamos con ansia en 2022— vuelve a estar en plena forma. “La vida nocturna ha ganado importancia en nuestro estilo de vida”, señala Vicente Pizcueta, portavoz de España de Noche. Tirando de refranero, se valora más aquello que se ha perdido en algún momento, y a ese argumento se agarran muchos empresarios para explicar el buen comportamiento de la demanda. El tirón del turismo, que busca batir el récord alcanzado en 2019, está empujando la facturación de ese sector. Pero también el popular tardeo, herencia de la época de los toques de queda, está alargando el tiempo de ocio y la clientela. Como resultado, el tique medio se ha incrementado un 20%, hasta los 18,5 euros.
Como cada año, en verano la fiesta se desplaza hacia las zonas de playa. “Es el momento de mayor actividad en las zonas turísticas y el principal pico para los locales de ocio ubicados en la costa, que toman la alternativa de la temporada de invierno que se desarrollan las principales capitales españolas”, explica Ramon Mas, presidente de España de Noche y empresario del sector en Barcelona. “El 2022 fue muy bueno y este año estamos trabajando muy bien. Con respecto a 2019, tenemos cifras superiores”, apunta.
Lalo Díez, de Alicante, aprovecha ya la primera temporada estival sin ningún tipo de restricciones sanitarias. “Cuando llega el verano, surge un boom en la ciudad, [...] abren muchos locales que en invierno, cuando la demanda baja, cierran otra vez”, explica. En el otro extremo, Manuel Herrero, hostelero de Salamanca, ansía la llegada de estudiantes para volver a hacer caja. El tardeo no funciona tan bien como en Madrid o Barcelona y allí la estacionalidad es más marcada. “El verano, a partir de junio, es muy bajo y muchos locales de noche cierran hasta septiembre”, explica. Ambos coinciden en una cosa: el sector vive un buen momento.
Más “tardeo” y más clientes
Además de la necesidad de socializar, las razones del despegue que describen los hosteleros son múltiples: tienen más clientes, el consumo medio ha subido y el llamado tardeo les ha acercado a una clientela de más edad que antes se solía retirar en la sobremesa de la cena, y ahora se acerca a bares y discotecas animada por unos horarios más amplios. El Estudio sobre la Situación y Evolución del Sector del Ocio en 2023 recoge que la edad media de los clientes se ha incrementado desde los 29 hasta los 30,08 años. Por franjas de edad, el 52,8% de las personas que acuden a los locales tienen entre 20 y 30 años, el 25,3% están entre los 30 y los 40 años, el 13,8% tienen entre 40 y 50 años y cerca de un 1% tienen entre 50 y 60 años.
“Se han ampliado mucho las franjas de edad del público. Incluso empiezan a aparecer en los estudios porcentajes en las franjas de edad superiores”, constata Pizcueta. Las medidas extraordinarias que trajo la pandemia se han convertido en una nueva forma de consumo bajo el paraguas del tardeo. Este se impuso con los toques de queda y la ampliación de los horarios en las licencias, atrajo más gente a los locales y también a unos grupos de edad con más poder adquisitivo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el poder adquisitivo se incrementa con la edad de los trabajadores. “La vida nocturna cada vez es más diurna”, explica el portavoz de España de Noche.
El éxodo veraniego, sin embargo, golpea a muchos sin que el tardeo puede remediarlo. “En verano la gente sale de vacaciones fuera de la capital y eso hay que suplirlo con turistas, que están menos acostumbrados a ese hábito”, explica el empresario madrileño Antonio Extremera. Pese a ello, matiza que en una ciudad tan grande es difícil que todos los locales sigan un patrón y el comportamiento de la demanda depende de la localización y del tipo de establecimiento. “El barrio de Salamanca, la zona de Chamberí o, en general, las discotecas que trabajan por sesiones, pierden clientela en verano; sin embargo, en los locales del centro se nota mucho menos por el turismo”, concluye. Según Noche Madrid, en verano un 33,4% de los clientes son turistas, que ayudan a compensar el descenso de la demanda propio de la temporada estival.
En el estudio de la asociación nacional también se detalla que el tique medio ha crecido desde los 15 euros en 2022 a los 18,5 euros en este ejercicio, lo que supone un incremento de más del 20%. En ello han influido el aumento del consumo por botella y que el tiempo medio de estancia en los bares haya aumentado, explica Pizcueta. Y también ha incidido el aumento general de precios: los gastos han subido y una parte de eso se ha transferido a los importes finales. “Nos hemos visto afectados, por ejemplo, por la subida del IVA de los refrescos, que ha pasado del 10% al 21%”, explica Manuel Herrero. Desde Alicante, Díez señala que el precio de la energía también ha contribuido considerablemente a incrementar los costes de los locales de ocio.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal