¿Cuántos votos necesita cada partido para lograr un escaño?

Los gallegos del BNG son el partido que ha precisado más votos para lograr un escaño, y los navarros de UPN, los que menos. Ceuta y Teruel son las circunscripciones donde menos apoyos electorales se han necesitado para conseguir un diputado

Unión del Pueblo Navarro (UPN) ha sido el partido más eficiente en estas elecciones. El partido conservador navarro ha sido el que menos votos ha necesitado de todo el espectro político para conseguir representación parlamentaria en las elecciones del 23-J celebradas el pasado domingo. Solo han tenido que reunir 51.764 papeletas para obtener un diputado. Los partidos vascos también destacan por su eficiencia. A ...

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Unión del Pueblo Navarro (UPN) ha sido el partido más eficiente en estas elecciones. El partido conservador navarro ha sido el que menos votos ha necesitado de todo el espectro político para conseguir representación parlamentaria en las elecciones del 23-J celebradas el pasado domingo. Solo han tenido que reunir 51.764 papeletas para obtener un diputado. Los partidos vascos también destacan por su eficiencia. A EAJ PNV le ha costado 55.146 sufragios cada uno de los cinco escaños que ha logrado. Es decir, que con 333.362 sufragios ha obtenido cinco asientos en el Congreso de los Diputados, lo que le permite tener grupo propio. Algo parecido ocurre con EH Bildu. El coste medio de cada diputado le ha salido por 55.560 votos.

La ley electoral favorece la concentración de sufragios en una sola circunscripción y penaliza si un partido tiene los votos muy repartidos por todo el territorio nacional. Algo parecido es lo que le ha ocurrido al partido gallego BNG: solo ha obtenido un escaño a pesar de reunir 152.327 papeletas muy repartidas en las tres provincias gallegas. Esta situación hace que el BNG sea el partido que más votos ha necesitado para entrar en el Congreso. Casi tres veces más que UPN, PNV o Bildu. Los nacionalistas gallegos solo han conseguido un diputado por A Coruña y los votos que ha recibido en el resto de provincias gallegas no le han servido para tener más representación parlamentaria. Han sido votos perdidos, según este análisis de eficiencia electoral.

La idiosincrasia del sistema electoral español permite que los votos tengan diferente valor según la circunscripción donde estén las urnas. Por eso, los candidatos diseñaron sus estrategias durante la campaña electoral para acudir a los territorios donde la concentración de votos les era más favorable. Un voto en Ceuta o Soria, por ejemplo, no vale lo mismo que en Madrid. Este valor depende de las características de la circunscripción, su tamaño, la población y el número de partidos que se presentan por ese territorio y cómo se reparten los votos. Al contrario de lo que se cree, la clave que determina el valor de un voto no es el reparto que se hace a través de la Ley D´Hont, sino el tamaño de las provincias. Así, en las circunscripciones más pobladas cuesta más conseguir un diputado, mientras que en las menos habitadas se puede conseguir un escaño con menos sufragios. Los partidos más pequeños de ámbito nacional tienen dificultades para conseguir más representación porque sus votantes están más dispersos. Si pudieran concentrar todos sus sufragios en pocas circunscripciones, obtendrían más representación.

El caso más paradigmático es el de Pacma, el partido animalista, que elección tras elección reúne varias decenas de miles de votos que no le dan para tener representación parlamentaria. Los votos de esta formación están muy repartidos por todo el territorio nacional y no suman para tener un escaño. Este 23-J, Pacma obtuvo 165.768 apoyos electorales, pero se volvió a quedar fuera del Congreso. Es el típico partido que si lograra concentrar sus esfuerzos en una única circunscripción lograría algún escaño.

Entre los grandes partidos, el PP ha necesitado menos votos para obtener cada uno de los 136 diputados que ha logrado el 23-J. Cada escaño le ha costado de media a los populares un total de 59.492 papeletas, menos que el esfuerzo que han realizado los socialistas. El PSOE ha tenido que reunir 63.608 sufragios de media para conseguir cada uno de sus 122 diputados. La coalición de Yolanda Díaz, Sumar, ha necesitado de media 97.215 apoyos, y el partido ultra de Santiago Abascal, Vox, ha requerido de 91.923 votos por cada uno de sus 33 escaños.

Ceuta, Teruel y Melilla, donde menos votos se necesitan

Si bajamos la lupa a nivel provincial, Ceuta es la circunscripción electoral donde menos votos se han necesitado para conseguir un escaño. El Partido Popular solo ha requerido 12.885 papeletas para obtener el único diputado que estaba en juego en la ciudad autónoma. Las circunscripciones más pequeñas y donde los partidos logran concentrar el voto suelen ser los territorios donde necesitan menos sufragios para lograr representación en el Parlamento. Algo parecido al caso de Ceuta ha ocurrido en Teruel: el PP ha logrado un escaño con solo 13.248 papeletas. Esta provincia aragonesa es el segundo lugar donde más barato ha sido lograr un sillón en el Congreso. El aumento de participación en esta provincia respecto a las elecciones de diciembre de 2019 y la concentración de voto en torno al PP ha provocado que Teruel Existe se haya quedado fuera del Congreso pese a obtener un apoyo de 11.292 electores.

Melilla es la tercera circunscripción que menos papeletas se necesitaron para alcanzar un escaño. El PP obtuvo el único asiento que repartía la ciudad autónoma, con 13.369 votos.

El caso de Soria también es llamativo. En las pasadas elecciones figuraba como el territorio donde menos votos se necesitaba para obtener representación parlamentaria. En esta provincia castellanoleonesa se cumplen todos los requisitos: es pequeña y el voto suele estar concentrado. Pero el aumento de participación en estas elecciones del 23-J, que ha pasado del 61,49% en 2019 al 73,73%, ha encarecido los votos de esta provincia. El PSOE ha necesitado 14.775 papeletas para lograr uno de los dos diputados que se repartían. El otro lo ha obtenido el PP tras recibir 18.647 votos.

En el extremo opuesto destaca Sevilla, donde más caro ha salido un diputado. Vox, la formación que dirige Santiago Abascal, ha necesitado de 140.522 papeletas para obtener uno de los 12 escaños que se repartían en esta circunscripción. Alicante es la segunda provincia donde más sufragios se han necesitado para obtener un diputado. Sumar, la coalición de Yolanda Díaz, ha necesitado 114.973 votos para obtener uno de los 12 diputados que repartía esta circunscripción. Valencia es otra de las provincias con los escaños más caros. A Vox le ha costado 108.852 papeletas lograr representación parlamentaria en ese territorio.

Cómo funciona el sistema electoral

Esta es la radiografía con las reglas del sistema electoral español, que cuenta con 52 provincias electorales, pero en un sistema de circunscripción única, en la que cada voto tiene la misma importancia, el resultado de las elecciones habría sido distinto. Para empezar los grandes partidos perderían parte de su fortaleza. En un cálculo simple, si dividimos los votos emitidos y válidos (24.482.534) por el número de escaños a repartir (350), resultaría que son necesarios 69.950 votos por cada escaño.

El sistema electoral español reparte 350 diputados en 52 circunscripciones. ¿Cómo se reparten estos escaños? Cada provincia cuenta de partida con dos escaños y las ciudades autónomas con una. El resto de diputados se reparten en función de la población. Madrid, por ejemplo, que a efectos electorales cuenta como una única circunscripción, asigna 37 diputados. Andalucía, la comunidad autónoma más poblada, con más de 6,4 millones de electores repartidos entre sus ocho provincias electorales, aporta 61 asientos al Parlamento español. La ley electoral determina que no se tienen en cuenta aquellas candidaturas que no hayan obtenido al menos el 3% de los votos válidos emitidos en alguna circunscripción electoral.

Como decíamos, si en lugar de en 52 circunscripciones, el reparto de escaños en las elecciones fuera a través de una única circunscripción manteniendo la Ley D´Hont, pero aplicado a un único territorio electoral, el resultado sería diferente. El PP seguiría siendo el partido que obtendría más diputados, pero reduciría su fortaleza. Obtendría 120 escaños, 16 menos de los que ha logrado en las elecciones de este domingo. El PSOE se mantendría como segunda fuerza, pero también perdería parte de su cosecha electoral, con 115 puestos en el Congreso, en lugar de los 122 que ha obtenido el 23-J.

Vox y Sumar serían los partidos más beneficiados por este sistema de circunscripción única. Con este hipotético reparto, cada una de estas dos formaciones obtendría 45 diputados. Los de Abascal lograrían 12 escaños más y los de Díaz 14 más.

El partido animalista Pacma y el separatista de izquierdas, CUP, entrarían en el Congreso con un diputado cada uno, ya que el corte estaría en torno a los 65.000 votos. Por el contrario, UPN se quedaría fuera porque los 51.764 votos que ha obtenido no serían suficientes para acceder al Congreso. El resto de partidos nacionalistas que han obtenido representación perderían un escaño con esta hipótesis.

Si el ejercicio es con circunscripción única y un reparto proporcional directo, sin aplicar la Ley D´Hont y atribuyendo los escaños a los partidos que tienen el mínimo de votos, unos 68.500, para obtener representación, el resultado no cambiaría mucho. Aunque los partidos pequeños como Pacma, BNG o Coalición Canaria tendrían dos diputados cada uno. Según este sistema, el PP lograría 118 escaños; el PSOE, 113; Vox, 44, y Sumar, 44.

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