El despliegue de los fondos europeos se frena a la mitad en lo que va de año
La Administración central deja sin adjudicar uno de cada cuatro euros en sus convocatorias y licitaciones. Suma 5.760 millones sin repartir, según el observatorio NextGen de Llorente y Cuenca
Los 70.000 millones en fondos europeos que la UE concedió por la pandemia y que España no tiene que devolver han de estar completamente ejecutados para agosto de 2026. Así lo especifica el reglamento comunitario. Sin embargo, cualquier inversión tiene unos tiempos que pueden demorarse más allá de los tre...
Los 70.000 millones en fondos europeos que la UE concedió por la pandemia y que España no tiene que devolver han de estar completamente ejecutados para agosto de 2026. Así lo especifica el reglamento comunitario. Sin embargo, cualquier inversión tiene unos tiempos que pueden demorarse más allá de los tres años una vez se tiene en cuenta los periodos de planificación, el diseño de las convocatorias, su publicidad, los plazos para adjudicarlos, los permisos o el tiempo que se precisa para luego ir ejecutando. Además, puede tardar todavía más si hay que hacerlo por la vía de las comunidades o los ayuntamientos. Y hay que añadir los nuevos recursos entregados por la adenda al Plan de Recuperación: 10.300 millones más en ayudas no reembolsables y 84.000 millones en créditos blandos. Y todo ello con el mismo número de funcionarios que ya gestiona el día a día de la administración. De ahí que sea muy importante mantener el pie en el acelerador con las convocatorias y resoluciones de fondos europeos.
De acuerdo con los datos del observatorio NextGen de Llorente y Cuenca, elaborado a partir de fuentes oficiales, el ritmo de ejecución se ha ralentizado significativamente en lo que llevamos de año con respecto a 2022. Entonces se produjo una importante aceleración lanzando convocatorias de subvenciones y licitaciones. En el primer semestre del año pasado, el volumen de fondos comprometidos ascendió a 12.856 millones. Y en el segundo semestre alcanzó los 15.540 millones. Sin embargo, durante la primera mitad de 2023 se han comprometido solo 7.700 millones. La mitad de lo que se venía haciendo. El informe considera que algo está comprometido cuando se publica la convocatoria o el anuncio de licitación, señala.
Esta ralentización en el despliegue de los fondos es un problema serio porque hace falta mantener el impulso si se quiere tener todo listo para mediados de 2026. El estudio achaca estos retrasos a varios factores: la prolongada negociación de la adenda que recoge los recursos extra y la demora con el régimen de exenciones para las ayudas de Estado, que la Comisión Europea aprobó en febrero pero que aún no se ha publicado en el boletín oficial de la UE. También ha podido influir que la Comisión esté tardando en dar su visto bueno a los nuevos umbrales de ayudas para ciertos programas, como el de valles de hidrógeno, ya que si estos no se autorizan el Gobierno no puede abrir la convocatoria al desconocer qué montantes tiene permitidos. Los cambios organizativos en ministerios claves para la ejecución son un factor adicional, subraya Llorente y Cuenca. El documento no menciona los retrasos que puedan haber surgido por el periodo electoral en comunidades y ayuntamientos.
El observatorio denuncia la falta de datos sobre la ejecución de las comunidades autónomas, que han recibido ya unos 22.000 millones. Solo existe información sobre la administración central. A 30 de junio de 2023, esta ha resuelto convocatorias y licitaciones por valor de 22.076 millones, el 31,4% de los 70.315 millones dotados inicialmente para el Plan de Recuperación. Y añade un dato bastante llamativo: “Se adjudican tres de cada cuatro euros a los beneficiarios finales, mientras que uno de cada cuatro euros queda sin ejecutar y se convierte en un remanente”.
En consecuencia, han quedado 5.760 millones como importes no adjudicados de la administración central. De mantenerse esta proporción que ha quedado desierta, podría haber más de 10.300 millones en remanentes cuando se haya adjudicado el total del plan sin tener en cuenta los recursos de la adenda y los que gestionan las autonomías. Estas cantidades que sobran supondrían otro reto más en la gestión y tendrían que reasignarse con rapidez. Algo que sí que debería permitir el plan. Este fenómeno podría explicarse porque no haya un volumen alto de proyectos o porque estos no hayan sido lo suficientemente buenos. Los problemas que ha habido con las exigencias de avales, que se están intentando resolver, han podido representar un obstáculo añadido en este sentido.
Por su parte, el Ministerio de Economía recuerda que la ley de presupuestos ya prevé la posibilidad de recuperar remanentes del Plan de Recuperación y señala que sus datos son distintos y apuntan un despliegue de los fondos a buen ritmo.
Todas estas dificultades se presentan en un contexto aún más complicado debido a los retrasos que puedan acumularse con la configuración del nuevo Ejecutivo que salga de las urnas, la dedicación de los ministerios a la presidencia europea y la pausa estival, subrayan los autores de la Unidad de fondos Next Generation de Llorente y Cuenca.
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