Acuerdo salarial sin productividad
Los agentes sociales pactan subidas salariales solo referenciadas a los precios sin tener en cuenta la marcha de la empresa
Una vez más los agentes sociales han decidido pactar subidas salariales indexadas a los precios. En España se tiene tradición de negociar porcentajes de incrementos salariales, o como mucho cláusulas de revisión salarial indexadas a los precios, pero nunca se debate sobre la estructura del salario. Es decir, se negocia mucho sobre cuánto se paga y poco por qué se está pagando.
Al país le iría mucho mejor si se empezaran a incorporar en el debate cuestiones como la participación de los trabajadores en los beneficios empresariales -donde el salario depende de lo bien que le vaya a la empr...
Una vez más los agentes sociales han decidido pactar subidas salariales indexadas a los precios. En España se tiene tradición de negociar porcentajes de incrementos salariales, o como mucho cláusulas de revisión salarial indexadas a los precios, pero nunca se debate sobre la estructura del salario. Es decir, se negocia mucho sobre cuánto se paga y poco por qué se está pagando.
Al país le iría mucho mejor si se empezaran a incorporar en el debate cuestiones como la participación de los trabajadores en los beneficios empresariales -donde el salario depende de lo bien que le vaya a la empresa/sector- o la vinculación de los salarios a los aumentos de productividad.
La introducción de estos sistemas de determinación del salario suelen interesar especialmente a la parte patronal dado que implica que la empresa solamente aumentará el salario si está en posición de hacerlo (porque ha mejorado los beneficios o la productividad). Además, múltiples estudios académicos de todo el mundo señalan que este tipo de vinculación entre el salario y los resultados empresariales incrementa la productividad de las empresas al implicar al trabajador e incentivar su esfuerzo. Es decir, el trabajador es consciente de que si a la empresa le va bien, recibirá una parte del éxito: lo que mejora el compromiso y el esfuerzo.
Sin embargo, esta preferencia empresarial por la participación en beneficios/productividad de los trabajadores, adoptada en el resto de países europeos y sobre todo en EEUU, no parece compartirse en España. Precisamente, en esta negociación cercana a su finalización, CCOO propuso pactar aumentos salariales vinculados a los márgenes empresariales y ha sido la patronal la que ha declinado la oferta.
Las razones no son fáciles de explicar. Un informe de la Comisión Europea que analizó la sorprendente falta del recurso a sistemas salariales vinculados a los resultados empresariales en España concluyó que el principal motivo empresarial para rechazar el uso de éstos es que las empresas no quieren que los trabajadores “controlen” sus cuentas anuales. Esto es, de acuerdo con este estudio, la patronal entiende que si los salarios dependen de los beneficios empresariales, los sindicatos tendrán más razones para exigir mayor trasparencia respecto de los beneficios declarados por la empresa, pudiendo incluso cuestionar su veracidad.
Si este estudio de la Comisión Europea tiene razón, parece un argumento insuficiente. La trasparencia en los márgenes de beneficios debe ser un prerrequisito en un Estado democrático y no una razón para oponerse a unos sistemas salariales que, de acuerdo con los estudios académicos, mejorarán la productividad y competitividad de nuestras empresas y, en general, de la economía española.
En fin, por acabar con una nota de esperanza, quizá si el observatorio de márgenes de beneficios anunciado por la vicepresidenta del Gobierno Calviño cobra fuerza y se reduce el secretismo actual en materia de beneficios empresariales, en unos años podamos, de verdad, empezar a introducir sistemas salariales vinculados a los beneficios/productividad empresariales para acercarnos a otros países de nuestro entorno.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal