Un tribunal de Nueva York acusa al cerebro de FTX de sobornar a funcionarios chinos con 40 millones de dólares
Bankman-Fried habría intentado desbloquear más de 1.000 millones de su fondo de cobertura congelados por las autoridades de Pekín
El tribunal del distrito sur de Manhattan ha presentado este martes una nueva acusación contra Sam Bankman-Fried, en la que acusa al fundador de la plataforma de criptomonedas FTX, que quebró en noviembre, de intento de soborno al ofrecer 40 millones de dólares a uno o varios funcionarios del Gobierno chino. La acusación considera que mediante ese pago Bankman-Fried pretendía que las autoridades chinas desbloqueasen cuentas pertenecient...
El tribunal del distrito sur de Manhattan ha presentado este martes una nueva acusación contra Sam Bankman-Fried, en la que acusa al fundador de la plataforma de criptomonedas FTX, que quebró en noviembre, de intento de soborno al ofrecer 40 millones de dólares a uno o varios funcionarios del Gobierno chino. La acusación considera que mediante ese pago Bankman-Fried pretendía que las autoridades chinas desbloqueasen cuentas pertenecientes a su fondo de cobertura, Alameda Research, que habían sido congeladas. Las cuentas contenían más de 1.000 millones de dólares en criptomonedas, según los fiscales federales.
La acusación de soborno se suma a los 12 cargos presentados hasta ahora. Bankman-Fried se ha declarado inocente de ocho de ellos, mientras que aún no ha sido procesado por los otros cuatro. La acusación presentada este martes agrega un cargo de conspiración por violar las disposiciones antisoborno de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero.
Los presuntos sobornos se relacionan con Alameda Research, ligada a FTX, la plataforma de intercambio global de criptomonedas de Bankman-Fried. La acusación dice que las autoridades policiales chinas congelaron a principios de 2021 ciertas cuentas comerciales de criptomonedas de Alameda en dos de las mayores plataformas de intercambio de China. Bankman-Fried entendió que habían sido congeladas por las autoridades chinas como parte de una investigación en curso de una contraparte comercial particular de Alameda. Después de intentar desbloquear las cuentas mediante el uso de abogados y cabildeo, el financiero optó por un soborno millonario para tratar de descongelarlas, según la acusación.
Sin dispositivos electrónicos
La nueva acusación de los fiscales federales se conoce horas después de que los abogados del joven anunciaran un acuerdo con los fiscales sobre las condiciones de la fianza para mantenerlo en libertad condicional. Según las nuevas condiciones propuestas, Bankman-Fried podrá usar un teléfono móvil sólo para llamadas y mensajes de texto, pero sin conexión a Internet, así como un ordenador portátil básico con funciones limitadas, prohibiéndosele el uso de otros dispositivos electrónicos. Al portátil se le instalará un programa de monitoreo para rastrear la actividad del usuario.
Los padres de Bankman-Fried acordaron restringir su acceso a los dispositivos, así como eliminar bajo declaración jurada todos los existentes en su domicilio, donde el joven tiene que permanecer a la espera de juicio según el pliego de condiciones establecido tras ser imputado.
Bankman-Fried, de 31 años, se sentará en el banquillo el 2 de octubre en Nueva York por presuntamente robar miles de millones de dólares en fondos de clientes de FTX para tapar pérdidas en su fondo de cobertura Alameda Research, además de hacer donaciones ilegales para comprar favores e influencia en Washington. La transferencia de fondos entre FTX y Alameda propició la bancarrota de la firma de criptomonedas, que hasta entonces había vivido un crecimiento vertiginoso en el mercado.
Tras su extradición en diciembre desde las Bahamas, donde FTX tenía su sede, el que fuera niño prodigio de las criptomonedas fue puesto en arresto domiciliario en la casa de sus padres en Palo Alto (California) tras el pago de una fianza de 250 millones. Pero su intento de contactar con los responsables actuales de FTX, en enero, estrechó la vigilancia sobre él. Los fiscales mostraron su preocupación por la presunta manipulación de testigos y decidieron aumentar las restricciones sobre su uso de dispositivos electrónicos.
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