Juan Velarde, un maestro por encima de los sectarismos ideológicos
El economista asturiano, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1992, fallece en Madrid a los 95 años
Nos ha dejado Juan Velarde con 95 años. Cuando se culmina el camino que conduce inexorablemente al final, se avivan los recuerdos de quienes merecen ser recordados. Un camino que transitamos sin ser conscientes de nuestro propio envejecimiento, ni de su cierto destino. Mi primer recuerdo de Juan Velarde es una vehemente regañina con motivo de la perturbadora cháchara de los alumnos en su clase (Caserón de San Bernardo): “Cállense y no molesten. Son ustedes unos privilegiados...
Nos ha dejado Juan Velarde con 95 años. Cuando se culmina el camino que conduce inexorablemente al final, se avivan los recuerdos de quienes merecen ser recordados. Un camino que transitamos sin ser conscientes de nuestro propio envejecimiento, ni de su cierto destino. Mi primer recuerdo de Juan Velarde es una vehemente regañina con motivo de la perturbadora cháchara de los alumnos en su clase (Caserón de San Bernardo): “Cállense y no molesten. Son ustedes unos privilegiados. Con sus edades, muchos españoles realizan duros trabajos en la agricultura, mientras que ustedes están aquí cómodamente sentados”. Han pasado seis décadas, pero todavía y a menudo, rememoro aquel justificadísimo reproche.
Le debo (acompañándolo como ayudante) haberme pedido sobre la marcha proseguir la clase que él estaba dando ante un pasajero desfallecimiento frecuente, entonces, en él. No le pareció mal cómo salí del paso, súbitamente, en su presencia. Fue el despegue de mi carrera docente.
Juan Velarde comienza el bachillerato en Luarca en 1936 y lo termina en el Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid con premio extraordinario. Forma parte de la primera promoción de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid donde se doctora con premio extraordinario. Con 22 años colabora con la revista universitaria del SEU La Hora, ya sin las remembranzas militares de su antecesora Alférez. La Hora de tono crítico, editada por el partido único de la Falange, agrupó a un conjunto de jóvenes intelectuales de la Universidad de Madrid. (Nota chocante: Ausencia de mención al general Franco e intento de recuperación de la figura de Ortega y Gasset). Columnista, desde sus comienzos, como director de la sección de economía del diario Arriba (habitualmente crítica con la situación imperante) periódico por el que, curiosamente, también pasaría una variada muestra de españoles desde Forges, Máximo o Perich a Enrique Fuentes Quintana, Camilo José Cela o Eugenio D’Ors.
En 1951 ingresa por oposición, en la que obtuvo el número uno, en el cuerpo de Inspección de Trabajo. Catedrático de Estructura Económica en 1960, en Barcelona, y posteriormente en la Universidad Complutense de Madrid. Fue secretario general técnico del Ministerio de Planificación del Desarrollo en 1973 y del Ministerio de Educación en 1974. Fundador, en 1975, de la Unión del Pueblo Español que formaría parte de Alianza Popular, posteriormente Partido Popular que, en 1991, lo propondría como Consejero del Tribunal de Cuentas.
En 1978 es elegido académico de número de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, de la que fue presidente. Doctor honoris causa de las universidades de Alicante, Oviedo, Pontificia, Valladolid, Sevilla y UNED. Ha recibido los premios Nacional de Literatura de Ensayo, Rey Jaime I a la Economía, Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y Rey Juan Carlos de Economía.
En su magisterio, nos acogió a muy distintos discípulos de diferentes ideologías: desde Ramón Tamames, entonces miembro del Comité Central del Partido Comunista, a Santiago Roldán o Juan Muñoz (significados miembros del PSOE).
Escritor prolífico y conferenciante entusiasta de vasta cultura y privilegiada memoria. Siempre me pareció que escribía y hablaba en relieve. Ha sido la suya una trayectoria dilatada presidida por un espíritu de libertad y curiosidad intelectual, dedicada al estudio de la economía mundial y de España, completamente ajena a cualquier sectarismo.
La cercanía de su muerte, inevitablemente, hace patente la vecindad de la propia. Yo, también quiero creer que ha pasado a una vida mejor.
José B. Terceiro es economista, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense y miembro de la Real Academia Española.