Solo 2.000 comunidades de propietarios se pasan al mercado regulado del gas desde el inicio de la TUR vecinal
El escaso impulso contrasta con el gran movimiento en los contratos individuales, con 330.000 altas solo en noviembre y diciembre
La fuga en masa de consumidores individuales del mercado libre del gas al regulado, más económico, contrasta con el tímido empuje de la Tarifa de Último Recurso (TUR) en las comunidades de vecinos. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha cifrado este lunes en poco más de 2.000 el número de bloques de viviendas que han contratado la nueva TUR vecinal, una figura inexistente hasta el pasado 20 de octubre y especialmente ideada para que ...
La fuga en masa de consumidores individuales del mercado libre del gas al regulado, más económico, contrasta con el tímido empuje de la Tarifa de Último Recurso (TUR) en las comunidades de vecinos. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha cifrado este lunes en poco más de 2.000 el número de bloques de viviendas que han contratado la nueva TUR vecinal, una figura inexistente hasta el pasado 20 de octubre y especialmente ideada para que estos usuarios también se puedan beneficiar de los precios mucho más bajos que ofrece actualmente el mercado regulado. De estas altas, cerca de 1.000 se han producido en el último mes.
Aunque cada nueva alta de una comunidad de vecinos implica la entrada en el esquema regulado de varios hogares —cada bloque tiene decenas de viviendas—, el escaso impulso se contrapone a lo sucedido en el caso de los clientes con contrato individual. Ahí, el movimiento está siendo mucho más rápido: solo en diciembre fueron 100.000 los clientes que pasaron del mercado libre a la TUR, cifra a la que hay que sumar otros 230.000 que lo hicieron en noviembre. En total, algo más de dos millones de hogares. Detrás de esta doble realidad emergen varias posibles explicaciones, entre ellas las dificultades a la hora de ponerse de acuerdo entre todos los vecinos de la comunidad o las escasas facilidades puestas por las energéticas. En su día, el Gobierno estimó que 1,7 millones de hogares podrían beneficiarse de esa tarifa.
Ribera ha valorado, no obstante, la “mejora en los servicios de atención al cliente” de las empresas del sector para facilitar el tránsito a la TUR, tras unos primeros compases de caos y retrasos para quienes querían tramitar la modificación de su contrato, que provocaron la apertura de una investigación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Según las cifras del Gobierno, la limitación de la TUR aprobada por el propio Ejecutivo permitirá una reducción de entre el 37% y el 41% en el coste del gas para los hogares acogidos a esta tarifa.
Luz más barata que en el resto de Europa
En el mercado eléctrico, la segunda mitad del año pasado —tras la aprobación de la excepción ibérica, el mecanismo que ha desacoplado parcialmente el precio del gas y de la luz— estuvo marcada por una creciente brecha de precios entre España y el resto de grandes países europeos, dándose así la vuelta a las tornas de los primeros meses de 2022. El coste de la electricidad en el mercado mayorista español promedió 208 euros por megavatio hora (MWh), un 41% menos que en Italia, un 35% menos que en Francia y un 26% menos que en Alemania.
Ribera también ha actualizado este lunes las cifras sobre el número de clientes acogidos al bono social eléctrico, una tarifa subvencionada para los hogares de bajos recursos y las familias numerosas: el año pasado fueron 1,5 millones los que se beneficiaron de esta fórmula. De ellas, algo más de 620.000 eran vulnerables; 700.000, vulnerables severas; y casi 10.000 estaban en riesgo de exclusión social.
La demanda de gas cae más de un 20%
La escalada de precios, con la consecuente destrucción de demanda tanto de hogares como de empresas industriales y de servicios, y la mayor concienciación por la crisis energética han reducido drásticamente el consumo de gas natural. Entre el 1 de agosto y el 31 de diciembre, este cayó un 21% respecto a la media de los cinco años anteriores. Una disminución sin precedentes —ni siquiera durante la crisis económica de hace una década se contrajo tanto—, que supera incluso lo comprometido con Bruselas (15%). La caída sube hasta el 23% si no se tiene en cuenta el aumento de las exportaciones de electricidad —en gran medida, generada con gas— a Francia y Portugal.