Yellen advierte de que Estados Unidos alcanzará su techo de deuda la semana próxima
El Tesoro pide al Congreso elevarlo y advierte de que tendrá que empezar a tomar medidas extraordinarias
Estados Unidos está a punto de alcanzar el techo de deuda que puede tener en circulación, según ha advertido este viernes la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en una carta enviada al Congreso. Había debate sobre cuándo se alcanzaría esa cota, pero no se esperaba que fuese tan inminente. Elevar el techo de deuda es competencia del Congreso y con la Cámara de Representantes en manos republicanas no va a ser fácil lograrlo.
El Tesoro calcula que solo tendrá dinero para ...
Estados Unidos está a punto de alcanzar el techo de deuda que puede tener en circulación, según ha advertido este viernes la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en una carta enviada al Congreso. Había debate sobre cuándo se alcanzaría esa cota, pero no se esperaba que fuese tan inminente. Elevar el techo de deuda es competencia del Congreso y con la Cámara de Representantes en manos republicanas no va a ser fácil lograrlo.
El Tesoro calcula que solo tendrá dinero para seguir pagando sus facturas hasta junio, y eso después de tomar medidas extraordinarias. En un improbable caso extremo, la imposibilidad del Gobierno federal para endeudarse podría conducir a una suspensión del pago de la deuda, algo sin precedentes que sacudiría los mercados y que arrastraría al país a una recesión.
“Les escribo para informarles de que, a partir del jueves 19 de enero de 2023, se prevé que la deuda en circulación de Estados Unidos alcance el límite legal. Una vez alcanzado el límite, el Tesoro tendrá que empezar a tomar ciertas medidas extraordinarias para evitar que Estados Unidos incumpla sus obligaciones”, señala Yellen en su carta.
El límite de la deuda es la cantidad total de dinero que el Gobierno de los Estados Unidos está autorizado a pedir prestado para hacer frente a sus obligaciones legales existentes, incluidas las prestaciones de la Seguridad Social y Medicare, los salarios militares, los intereses de la deuda nacional, las devoluciones de impuestos y otros pagos. Está fijado en la actualidad en 31,381 billones de dólares.
Yellen ha anunciado al Congreso la puesta en marcha de medidas extraordinarias para superar ese límite, pero advierte de que servirán para capear la situación “solo durante un tiempo limitado”. “Es poco probable que el efectivo y las medidas extraordinarias se agoten antes de principios de junio”, dice, y explica que es fundamental que el Congreso actúe de manera oportuna para aumentar o suspender el límite de deuda. El incumplimiento de las obligaciones del Gobierno causaría un daño irreparable a la economía estadounidense, a los medios de subsistencia de todos los estadounidenses y a la estabilidad financiera mundial”, indica la secretaria del Tesoro.
Batalla política
Es una sorpresa que Yellen haga el anuncio y su petición con una antelación tan escasa. Hasta ahora se esperaba que el límite de deuda se alcanzase hacia mitad de año. Las medidas extraordinarias pueden dar un colchón hasta entonces, pero la cuenta atrás está en marcha. El límite de deuda ha sido uno de los asuntos prioritarios para los republicanos rebeldes que impidieron que su líder, Kevin Mccarthy, fuera elegido presidente de la Cámara de Representantes hasta la 15ª votación.
Uno de los cabecillas rebeldes, el tejano Chip Roy, dio a entender que su facción había arrancado a McCarthy un compromiso para ligar el aumento del techo de deuda a imponer recortes de gastos al Gobierno de Biden. La Casa Blanca, sin embargo, no quiere hacer concesiones y la batalla política está servida.
En un caso extremo, antes que alcanzar la suspensión de pagos de la deuda, Estados Unidos podría tratar de poner en marcha soluciones creativas para no superar el límite. Por ejemplo, emitir deuda con un valor nominal bajo pero tipos de interés muy altos. Con ella podría obtener más recursos sin superar el valor nominal de deuda en circulación. También se ha barajado como hipótesis teórica la posibilidad de acuñar una moneda multimillonaria con el que hacer frente a los gastos. Todas esas alternativas tienen contraindicaciones, pero no tantas como la suspensión del pago de la deuda.
La secretaria del Tesoro recuerda a los congresistas que, en el pasado, incluso las amenazas de que el Gobierno de Estados Unidos podría incumplir sus obligaciones han causado daños reales, incluyendo la única rebaja de la calificación crediticia en la historia de Estados Unidos en 2011, cuando perdió la AAA. “Aumentar o suspender el límite de deuda no autoriza nuevos compromisos de gasto ni cuesta dinero a los contribuyentes. Simplemente, permite al Gobierno financiar las obligaciones legales existentes que los Congresos y los presidentes de ambos partidos han contraído en el pasado”, añade Yellen.