Moody’s retira la calificación a Twitter por falta de información sobre el estado de la empresa
Elon Musk advirtió recientemente de que no había que desdeñar el riesgo de quiebra
Tras la fuga masiva de empleados, nadie sabe ya cuántos trabajadores tiene Twitter. Y tras la compra de la empresa por Elon Musk, que la ha endeudado con 12.000 millones, y el desplome de los ingresos publicitarios, nadie sabe cómo están las cuentas de la compañía. La principal agencia de calificación crediticia, Moody’s, tampoco lo sabe, así que ha decidido retirar su calificación sobre la empresa.
Moody’s ha retirado todas las calificaciones sobre la deuda ...
Tras la fuga masiva de empleados, nadie sabe ya cuántos trabajadores tiene Twitter. Y tras la compra de la empresa por Elon Musk, que la ha endeudado con 12.000 millones, y el desplome de los ingresos publicitarios, nadie sabe cómo están las cuentas de la compañía. La principal agencia de calificación crediticia, Moody’s, tampoco lo sabe, así que ha decidido retirar su calificación sobre la empresa.
Moody’s ha retirado todas las calificaciones sobre la deuda de la empresa, “que estaban previamente en revisión para su rebaja, por considerar que no dispone de información suficiente o la que tiene es inadecuada para apoyar el mantenimiento de la calificación”, ha dicho en un comunicado.
La compra de la compañía por parte de Elon Musk y sus socios por un importe de unos 44.000 millones de dólares (una cifra similar en euros en el momento de cerrarse la operación) suponía un cambio de control de la empresa y eso implicaba el vencimiento anticipado de los títulos que tenía emitidos. Como consecuencia de ello, Twitter lanzó una oferta de recompra de sus bonos con vencimiento en 2027 y 2030.
En paralelo, sin embargo, Musk y sus socios han cargado a la compañía con una deuda de 12.000 millones de dólares, cuyos intereses no es capaz de asumir con la caja que genera. La compañía está en pérdidas, de cuatro millones de dólares al día, según indicó el propio magnate en Twitter. La situación financiera de la empresa se ha agravado por la retirada de anunciantes ante el auge de mensajes racistas y de impostores con cuentas “verificadas” por la red social a cambio de una cuota de suscripción.
Dentro del caos permanente en que vive Twitter desde que Elon Musk se hizo con el control de la empresa, el último episodio ha sido la dimisión en masa de cientos de empleados tras un ultimátum del magnate para que asumiesen una nueva cultura corporativa de sacrificio y entrega a la empresa. Los empleados, que habían visto despedir a la mitad de sus compañeros, han rechazado comulgar con el empresario.
Musk ha tratado luego de retener a los programadores e ingenieros. Las cifras que se han publicado sobresalidas de la empresa oscilan entre varios cientos y 1.200 empleados. Teniendo en cuenta la primera oleada de unos 3.700 despidos, eso supondría reducir prácticamente a un tercio la plantilla, estimada en unos 7.500 trabajadores cuando se hizo con el control de la empresa. Musk no ha dado cifras, pero ha dicho que no está “superpreocupado”.
Musk planteó la semana pasada la posibilidad de que la red social entre en quiebra en una conversación con empleados. Antes, en su primer correo electrónico a toda la empresa, había advertido de que Twitter podría no “sobrevivir a la próxima recesión económica” si no logra aumentar los ingresos por suscripciones para compensar la caída de los ingresos por publicidad.
En los primeros seis meses de este año, Twitter tuvo unos ingresos de 2.377 millones de dólares y un beneficio de 243 millones, pero esas ganancias se debieron a resultados extraordinarios por la venta su plataforma de publicidad para móviles MoPub por algo más de 1.000 millones de dólares. En el segundo trimestre, Twitter perdió 270 millones de dólares, unos tres millones al día, por la caída de los ingresos publicitarios y el aumento de los costes, parte de ellos relacionados con la propia operación de venta a Musk y por las indemnizaciones.