El consumo de gas cae un 15% desde el inicio del plan de ahorro energético
La demanda eléctrica se contrae en un 5,7% en lo que va de año respecto a la media del último lustro. Más allá de las medidas aplicadas, la bajada responde a los altos precios
La demanda de gas natural en España se contrajo un 15% entre el 1 de agosto y el 31 de octubre, según los datos presentados este viernes por el Gobierno. La cifra, que aumenta hasta el 19% si se descuenta el combustible utilizado en las centrales de ciclo combinado para hacer frente a la mayor demanda de electricidad por parte de Francia y Portugal, está en línea con los requerimientos de Bruselas para el conjunto de los Veintisiete.
Detrás de este fuerte descenso emergen varios factores: desde el inicio del ...
La demanda de gas natural en España se contrajo un 15% entre el 1 de agosto y el 31 de octubre, según los datos presentados este viernes por el Gobierno. La cifra, que aumenta hasta el 19% si se descuenta el combustible utilizado en las centrales de ciclo combinado para hacer frente a la mayor demanda de electricidad por parte de Francia y Portugal, está en línea con los requerimientos de Bruselas para el conjunto de los Veintisiete.
Detrás de este fuerte descenso emergen varios factores: desde el inicio del primer plan de energético, a principios de agosto, hasta —sobre todo— el estallido de precios, que ha obligado a hogares y empresas a abrocharse el cinturón, o la reducción en el consumo industrial por una mezcla de mayor eficiencia, sustitución de gas natural por diésel en los procesos que así lo permiten, o la destrucción directa de demanda. También la menor actividad económica. En sentido contrario ha remado la mayor utilización de los ciclos combinados, tanto para llenar el hueco dejado por la sequía (que ha frenado la generación hidroeléctrica) como para cubrir las mayores necesidades de los vecinos Francia y Portugal.
En la actual fase de prealerta, el compromiso de los Estados miembro con Bruselas pasa por un recorte del 15% en la demanda de gas, mientras que en la fase de alerta esa promesa pasa a ser una obligación de recorte en idéntica proporción para la media de países de la Unión y del 6,4% para España. Una rebaja que se justifica por sus escasas interconexiones energéticas con el resto del continente, que impiden que todo ese ahorro pueda convertirse en suministro extra para los países vecinos.
España afronta la llegada del frío con los depósitos subterráneos en el 95% de su capacidad, en línea con el resto de vecinos europeos, mientras que los tanques de gas natural licuado (GNL, en la jerga del sector) rondan el 87% tras el llenado exprés acometido en primavera y en verano, y una variable completamente exógena: la tardanza mayor de lo habitual en la llegada del frío. El 95% de llenado de los depósitos subterráneos equivale a 33 días de consumo nacional, mientras que el 87% de los de GNL alcanza para otros 20 días.
“La UE y, particularmente, España, están en muy buenas condiciones para hacer frente a la demanda de gas este invierno”, ha apuntado la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en una rueda de prensa de valoración de los tres primeros meses del plan de ahorro energético.
La demanda de gas no es la única métrica energética que ha caído con fuerza en los últimos meses. Desde el 1 de enero, el consumo de electricidad baja un 5,7% respecto a la media del último lustro; un ahorro equivalente de siete metaneros (los barcos que transportan gas) o siete días de demanda nacional. Las que sí han crecido, y con fuerza, han sido las exportaciones eléctricas, tanto a Francia —afectada por un parón técnico que afecta a la mitad de sus centrales nucleares— como a Portugal —muy dependiente de los saltos de agua y, por tanto, severamente golpeada por la sequía—.
El fuerte abaratamiento del gas, que ahora cotiza en el entorno de los 100 euros por megavatio hora (MWh) en el mercado TTF holandés (el de referencia en Europa), la excepción ibérica (también conocida como tope al gas) y el regreso del viento (con el consiguiente incremento en la generación eólica, mucho más barata) han provocado también una fuerte bajada en el precio de la electricidad en el mercado mayorista español. Así, los más de 300 euros por MWh de media diaria en agosto se han convertido en alrededor de 130 en lo que va de noviembre, casi un 60% menos.