Petro prepara una declaración con México para frenar la guerra en Ucrania: “Se necesitan negociaciones de paz”
El presidente de Colombia interviene en un foro organizado por EL PAÍS y la Cámara de Comercio España-Estados Unidos celebrado en Nueva York
Gustavo Petro ha anunciado este miércoles que trabaja en una declaración conjunta con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para frenar la guerra en Ucrania. “Se necesitan negociaciones de paz. Hay una escalada del conflicto. No estamos con ninguna agresión internacional”, dijo el presidente de Colombia en el foro Latinoamérica, Estados Unidos y España en la economía global, un evento organizad...
Gustavo Petro ha anunciado este miércoles que trabaja en una declaración conjunta con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para frenar la guerra en Ucrania. “Se necesitan negociaciones de paz. Hay una escalada del conflicto. No estamos con ninguna agresión internacional”, dijo el presidente de Colombia en el foro Latinoamérica, Estados Unidos y España en la economía global, un evento organizado por EL PAÍS y la Cámara de Comercio España-Estados Unidos celebrado en Nueva York. Petro ha asistido al evento al día siguiente de su impactante discurso en la Asamblea General de La ONU, donde certificó el fracaso de la guerra contra las drogas y la lucha contra el cambio climático.
Desde su llegada al poder en agosto no había hablado en profundidad sobre la invasión. Esta vez lo ha hecho sumándose al proyecto de paz de López Obrador, que plantea un comité en la ONU con vistas a declarar una tregua de al menos cinco años en la guerra de Ucrania. La idea, lanzada en plena contraofensiva ucrania contra las tropas rusas, provocó un rechazo absoluto de Kiev. Un asesor de Volodimir Zelenski dijo que eso daría tiempo a Moscú para renovar las reservas y lanzar una nueva ofensiva. “Entonces es un plan ruso”, concluyó.
Petro no hecho caso a las críticas y ha anunciado que está en contacto con el presidente de México para impulsar la iniciativa. Entrevistado por Jan Martínez Ahrens, director de EL PAÍS América, ha dicho que no hay “invasiones buenas o malas”, con lo que ha evitado condenar a Rusia de forma directa. “Es una lucha del planeta que ha recogido invasiones en Guatemala, Panamá, incluso Colombia ha perdido parte de su territorio con agresiones externas. América Latina no gira exactamente igual que Europa. Europa lo ve de otra manera”, ha defendido su posición. Y ha vuelto a criticar a EE UU por su política internacional en el pasado: “Tan mala es la invasión de Rusia sobre Ucrania como la de Irak y Siria”.
Sobre las resistencias que ha encontrado en este mes y medio de Gobierno, Petro ha recordado que Colombia ha sufrido mucho la violencia sectaria. Los políticos tienen la responsabilidad de no generar un clima de violencia con sus declaraciones. “No nos podemos dar ese lujo, del sectarismo se pasa al genocidio. Es peligroso. Un gobernante debe tener mucho cuidado con cada palabra”. El presidente se ha rodeado de ministros de distintas sensibilidades, algunos de ellos provenientes del partido conservador. El expresidente Juan Manuel Santos dijo en una entrevista reciente con EL PAÍS que el Gobierno de Petro estaba bien orientado, aunque le faltaba rigor y método, y afinar las narrativas. “No es un Gobierno homogéneo, es una crítica válida porque no tiene una única narrativa, tiene una diversidad”, ha dicho al respecto, sin querer fajarse en el cuerpo a cuerpo con Santos.
Petro ha llegado a Nueva York con un mensaje contundente contra la política antidrogas de EE UU: ha resultado un fracaso y debe replantearse. Se lo ha dicho a todo el que ha querido escucharle, desde el presidente de la ONU, a congresistas, colegas de otros países, empresarios, gobernadores, directores de organizaciones mundiales. Su mensaje en la Asamblea General fue uno de los más contundentes que ha pronunciado un líder latinoamericano en la última década. Esta noche tendrá la posibilidad de planteárselo en una cena en el Museo de Historia Natural al propio Joe Biden, al que quiere convencer de transferir todo el dinero destinado a armas y persecución de carteles de la droga al cuidado de la selva amazónica. El presidente encontrará resistencias, ya que esta es una política muy arraigada en Washington, que cuenta con el respaldo de agencias tan poderosas e influyentes como la DEA.
Sin embargo, ha asegurado que encuentra una mayor sensibilidad del Gobierno estadounidense al respecto. “Hay una mentalidad más abierta“, ha añadido. Su intención es cambiar de dirección la discusión sobre las drogas, hacia “un eje diferente, el de la crisis climática”. Ha recordado que junto a EE UU se ha creado la primera unidad militar dedicada exclusivamente a apagar incendios en la selva amazónica, que cuenta con varios black hawk que antes se hubieran utilizado en la guerra interior que libra Colombia desde hace más de 50 años. “Quiero ir jalonando de ese hilo porque es un diálogo más positivo que la mal llamada guerra contra las drogas”.
Además, quiso remarcar que con su alegato ante la ONU no quiso buscar enemigos externos, ni evitar la responsabilidad que los gobernantes del país tienen en su crisis de seguridad. “Los problemas no solo provienen de fuera. Son producto de una élite económica indolente. Las perspectivas por estar en Nueva York no nos pueden llevar a equívocos”, ha dicho.
El presidente se ha mostrado convencido de que es el momento de conseguir la paz total, como llama al desarme y al sometimiento de todos los actores armados en el país. Ahora mismo, explicó, no existen organizaciones tan grandes como la de Pablo Escobar en su día, sino pequeñas células que operan por separado. “Todas esas organizaciones con nombres que ya no alcanzan, un laberinto, han mandado cartas al Gobierno pidiendo abrir conversaciones. Su camino es negociar con la justicia unos beneficios jurídicos para que dejen su actividad”.
Ahrens ha querido saber los motivos que han llevado a Petro a buscar la mediación de Nicolás Maduro en las negociaciones con el ELN, la última guerrilla activa de Colombia. Ha respondido que él agarra el proceso en el mismo sitio donde lo dejó Santos, que contó con el apoyo de la propia Venezuela, Cuba y Brasil para desarmar a las FARC en 2016. “Cumplió un papel positivo (Venezuela) que no siempre se reconoce”, ha finalizado.
En una intervención previa en el mismo foro, el ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Manuel Tovar, subrayó los valores del país a la hora de enfocar los retos económicos: la sostenibilidad, la protección del medioambiente y el respeto de los derechos de los trabajadores. Esos valores, añadió, han permitido al país centroamericano cambiar su modelo desde los años ochenta hacia una “economía sofisticada”, dependiente del turismo, que se vio tan afectado por la pandemia y ahora está en proceso de recuperación (al 80%, según sus cálculos), pero también de bienes como los dispositivos médicos.
Tovar habló de las amenazas a la estabilidad política de los países de su entorno (especialmente, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, su salida terrestre hacia el Norte) y de sus planes de continuar trabajando en la relación con España y Estados Unidos, mientras se refuerza el frente comercial pacífico, a través de sus intercambios con países como Ecuador. También anunció una alianza con Islandia, Suiza, Noruega y Fiji (“países todos, como el nuestro, en primera línea del cambio climático”) para reforzar los valores conjuntos y mandar un mensaje a la comunidad internacional: “es posible hacer crecer el comercio exterior de la mano del medio ambiente”.
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