Fin de las mascarillas en interiores: así aplican las empresas la nueva medida

Las compañías optan por varias vías: desde mantenerlas a dejar elegir a la plantilla, pero con algunas excepciones. “Te sientes un poco desnudo”, afirma el empleado de una consultora

Clientes con y sin mascarilla en el interior del mercado de Triana de Sevilla. Foto: PACO PUENTES | Vídeo: EPV

El fin de las mascarillas en interiores, tras 699 días de su imposición por la pandemia, va a afectar especialmente al lugar de trabajo. El real decreto aprobado el martes por el Gobierno, que entra hoy en vigor, deja en manos de cada empresa si sus empleados pueden olvidarse de ellas en los centros de trabajo o si seguirá siendo obligatorio llevarlas. Las compañías están optando por diferentes políticas al respecto: algunas las mantien...

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El fin de las mascarillas en interiores, tras 699 días de su imposición por la pandemia, va a afectar especialmente al lugar de trabajo. El real decreto aprobado el martes por el Gobierno, que entra hoy en vigor, deja en manos de cada empresa si sus empleados pueden olvidarse de ellas en los centros de trabajo o si seguirá siendo obligatorio llevarlas. Las compañías están optando por diferentes políticas al respecto: algunas las mantienen de momento y otras han dejado a sus empleados que decidan qué hacer, con excepciones. “Estoy contento, sienta muy bien ir por fin sin nada, pero la sensación ha sido extraña”, explica Álvaro Rodríguez, empleado de 50 años de una consultora en Madrid. “Es verdad que te sientes un poco desnudo, porque hasta ahora era una prenda más”, afirma mientras fuma un cigarrillo en la entrada de uno de los edificios de las Cuatro Torres de la capital.

“Va a costar quitarse esa inercia del miedo tras dos años, pero siempre hay un poco de riesgo en cualquier decisión que se tome en la vida”, concluye Rodríguez con una sonrisa. Una de sus compañeras de trabajo, Ana Córdoba, también está a favor de que se quiten las mascarillas: “Prefiero no llevarla porque al final son muchas horas. Cuando voy al baño o áreas comunes me la solía poner. Pero ya no le veo el sentido porque aunque la lleves, estamos todos pegados”.

El Ministerio de Sanidad y las comunidades han acordado algunas pautas para que las empresas decidan: tener en cuenta la separación entre empleados, la ventilación en las instalaciones y la existencia de trabajadores vulnerables. La decisión es más compleja en el caso de las compañías que trabajan en contacto directo con el cliente, como el comercio y la banca. En estos casos hay que combinar la nueva normativa con el hecho de que la mayoría de la población, según una encuesta publicada este miércoles por EL PAÍS, opina que es aún pronto para retirar los cubrebocas. Los ciudadanos que prefieren seguir llevándola pueden sentirse inseguros a la hora de entrar en una tienda o una sucursal bancaria si nadie dentro lleva mascarilla.

EL PAÍS ha consultado a una treintena de empresas de varios sectores, que emplean en conjunto a alrededor de 650.000 personas, qué política van seguir. Así están aplicando el nuevo real decreto, que ya publica el Boletín Oficial de Estado, para una nueva normalidad sin mascarillas.

Clientes con y sin mascarilla en el interior del mercado de Triana de Sevilla. Paco Puentes

Comercio

Utilizar las mascarillas será voluntario para los empleados de las tiendas de El Corte Inglés (alrededor de 80.000 trabajadores en total) salvo en determinadas circunstancias, como que su trabajo suponga estar muy cerca de un cliente (pruebas de maquillaje, por ejemplo) y cuando se atienda a un cliente que sí esté usando cubrebocas. También usarán mascarillas los vendedores de los mostradores de frescos y los que trabajan en los servicios de hostelería, entre otros supuestos contemplados por la empresa. En las oficinas y servicios centrales no será obligatorio emplear mascarillas, salvo en el servicio médico y durante la prestación de servicio del comedor.

Mercadona (93.000 empleados) ha decidido que el uso de las mascarillas sea voluntario para sus trabajadores (deja de ser obligatorio) y ha recomendado su uso a los empleados considerados más vulnerables, como las embarazadas, los mayores de 60 años y los inmunodeprimidos.

En cuanto a Carrefour (35.000 empleados en España), fuentes de la empresa informan de que por ahora van a mantener la utilización de las mascarillas y, en función de la evolución, se estudiarán nuevas medidas próximamente.

El grupo de moda Mango (con cerca de 6.000 empleados) recomendará a sus equipos de tiendas que lleven mascarillas siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad interpersonal. Y en la sede central, aconseja un “uso responsable”, en especial en aquellos sitios en los que haya suficiente distancia entre empleados. Inditex (46.000 empleados en España) informó el lunes pasado de que estaba a la espera de conocer el contenido del real decreto para pronunciarse.

Banca y consultoría

La Asociación Española de la Banca (AEB) ha explicado que las entidades seguirán exigiendo el uso de mascarillas en sus oficinas cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad. Como norma general, cada entidad tomará sus decisiones en función de lo establecido en el real decreto y de las características de sus oficinas. El Sabadell (14.000 empleados en España) ha detallado que mantendrá el uso obligatorio cuando no se pueda respetar la distancia interpersonal de seguridad de 1,5 metros, cuando el empleado tenga síntomas de infección respiratoria y en reuniones, formaciones y eventos de 25 o más personas. Caixabank (46.000 empleados entre España y Portugal) ha decidido mantener el protocolo que ya tenía y sus empleados seguirán usando cubrebocas.

Tras la publicación del real decreto en el BOE esta mañana, Santander (26.000 empleados en España) y BBVA (25.000) han enviado un comunicado a sus empleados para decirles que ya no es obligatorio ponerse la mascarilla dentro de las oficinas, ya que cada uno puede elegir bajo su propio criterio. Eso sí, las entidades financieras recomiendan seguir llevándola en algunas situaciones excepcionales, como en el caso de presentar síntomas respiratorios relacionados con la covid-19 o de tener un trato continuado con los clientes.

Ambiente entre los trabajadores de la sede central del BBVA el primer día de libertad empresarial para llevar mascarilla.KIKE PARA

En la Vela, la sede principal de BBVA ubicada en la zona norte de la capital, la mayoría de los empleados no ha tardado en acostumbrarse a la nueva medida. Raquel Mejuto, empleada en el departamento de marketing de venta digital, se ha despertado este miércoles con la moral muy alta. “Estoy contentísima. Por fin puedo salir sonriendo”, apunta, tras desengancharse de una videollamada. Comenta que esta mañana, al entrar a la oficina, muchos colegas la seguían llevando puesta, porque todavía no se habían enterado de las nuevas medidas, pero la mayoría se la ha ido quitando a lo largo de la jornada. En cambio, Jorge Casado, sentado a su lado, lleva el cubreboca. “Soy un poco reacio a quitarmelo de repente en interiores. Lo haré poco a poco, por no pasar de 0 a 100 de golpe. Además, tengo a una persona mala en casa. Se ha hecho un test rápido y ha salido negativo, pero por precaución me lo pongo”, señala. De la misma opinión es José María López, cuya familia tiene un viaje a París en dos semanas. “Hasta que se vayan, no me quitaré la mascarilla. Luego, en reuniones y en los servicios me la seguiré poniendo. Pero cuando esté sentado en mi puesto, ya no la llevaré”, asegura.

Los espacios de trabajo en La Vela son muy amplios y aunque hay un vaivén continuo de personas, no todas las mesas están ocupadas. De hecho, hace algunas semanas, BBVA ha implementado el teletrabajo de forma definitiva para garantizar más flexibilidad a sus más de 100.000 dependientes en todo el mundo. El modelo híbrido prevé un 40% de trabajo en remoto y un mínimo de 60% de presencia, siempre que sea posible en función de la naturaleza del puesto. La implementación se ha iniciado en España, México y Turquía, y se irá incorporando en el resto de países, en función también de las normativas locales.

De las cuatro grandes consultoras, las llamadas Big Four, solo KMPG (5.000 empleados) y PwC (4.500 empleados) se han pronunciado al respecto y han optado por eliminar las mascarillas en sus oficinas en España con algunas excepciones. Las otras dos, EY (4.600 empleados) y Deloitte (10.000 empleados) esperan hacerlo en breve cuando analicen el alcance del decreto y lo estudien sus servicios de prevención de riesgos laborales.

Energía

Entre las empresas energéticas, Repsol (16.848 trabajadores en España) está a la espera para tomar decisiones, pero “es probable que en aquellos lugares en los que no se pueda garantizar la distancia de seguridad, se mantenga la mascarilla”, indican fuentes de la empresa. Así, lo más posible es que no sea obligatoria en oficinas cuando haya 1,5 metros de separación, pero sí en estaciones de servicio. Iberdrola (9.727 empleados en España) ha comunicado la eliminación de la obligatoriedad en el puesto individual de trabajo, siempre que se mantenga la distancia de seguridad y en exteriores. Sí se seguirá exigiendo en las zonas comunes. Es una política parecida a la de Endesa, que acepta que no se use el cubrebocas frente al ordenador y en las zonas de paso, pero sí lo requiere en salas de reuniones.

Desde este miércoles, el uso de mascarillas en los centros de trabajo de Naturgy (8.000 empleados) pasa a ser voluntario, salvo en algunas situaciones concretas en que su uso se mantiene obligatorio, tales como ascensores, dependencias de los Servicios Médicos o en personas que presenten sintomatología compatible con Covid o respiratoria y hasta valoración del Servicio de Salud.

Adicionalmente, su uso es recomendable en aquellas situaciones en que no sea posible guardar la distancia de seguridad de 1,5 metros, sea en salas de reuniones o en otros espacios con excesiva acumulación de personas, o bien centros de control con dinámica de trabajo a turnos.

Telecomunicaciones

Telefónica España ha comunicado a sus cerca de 20.000 trabajadores que a partir de este jueves pueden prescindir del uso de las mascarillas en las instalaciones siempre que ocupen el puesto de trabajo, aunque les recomienda hacer un uso responsable de la mascarilla y mantener una correcta higiene de manos. No obstante, la operadora considera algunas excepciones y establece el uso obligatorio de la mascarilla en las zonas comunes (aseos, ascensores o escaleras). Asimismo, será necesario su uso en salas de reuniones, cuando la ocupación supere el 60% de su capacidad; cuando se presenten síntomas respiratorios; en los centros de prevención y salud propios. Asimismo, las personas que realicen su trabajo en el domicilio del cliente, como instaladores, continuarán usando los equipos de protección habituales.

Orange, con cerca de 5.500 empleados en España, establece el uso obligatorio de la mascarilla en el acceso a la oficina, pero será voluntario en el puesto de trabajo y zonas comunes (pasillos, escaleras y espacios informales de reunión) solo si puede mantenerse distancia de seguridad. En las reuniones, será voluntario solo si la sala está ocupada por una sola persona; en resto de casos, habrá que mantenerla puesta. La obligatoriedad se mantendrá también en ascensores y baños, y en la zona de vendings si no se está consumiendo y patios. Se mantiene la obligatoriedad de consumir en las mesas con mamparas protectoras, y no está permitido comer o tomar café en los espacios abiertos de las tiendas, ya que no disponen de mamparas. También será obligatorio en el caso de acudir al servicio médico. A todo el personal, se le seguirá facilitando un kit de mascarillas higiénicas reutilizables o FFP2.

Vodafone, con 4.300 empleados, ha retirado la obligación del uso de las mascarillas en sus oficinas, cumpliendo con los requisitos necesarios para poder hacerlo y mantiene a los colectivos vulnerables en teletrabajo, si bien continúa recomendando su uso. En eventos masivos en interiores o lugares donde no se pueda mantener distancia de seguridad será obligatoria.

MásMóvil, que emplea en España a 1.900 trabajadores, recomienda el uso de la mascarilla durante las reuniones, aunque en el puesto de trabajo y/o siempre que se mantenga la distancia de seguridad, no será necesario su uso.

Construcción, empleo temporal y otros sectores

En general, para muchos operarios de construcción que trabajan en el exterior o en servicios al aire libre, como la recogida de basuras, la mascarilla empezará a ser agua pasada. Otra cosa es lo que pasa en las oficinas. ACS, la principal constructora del país por número de empleados (75.967), no da una respuesta única: “Cada empresa del grupo adoptará su decisión según las características de los puestos de trabajo”, traslada un portavoz.

En Sacryr (28.656 empleados) han optado por un modelo mixto para los 1.200 empleados de sus oficinas centrales: se mantiene su uso esta semana, pero a partir lunes próximo deja de ser obligatoria con carácter general. Aunque habrá excepciones: se mantendrá en los puestos de atención sociosanitaria, donde la distancia no se pueda respetar de forma continuada o no haya una ventilación constante.

Acciona, con 21.000 trabajadores en España, recomienda con carácter general el uso de la mascarilla.

Por “prudencia y responsabilidad”, los 3.000 empleados de la constructora San José en España seguirán con los mismos protocolos que antes de que se levantasen las restricciones. “Para nosotros la seguridad de la gente es importante, veremos cómo irá evolucionando la situación, pero por ahora seguimos con la mascarilla”, traslada un portavoz. En Ferrovial, los empleados de servicios centrales siguen a la espera de lo que decida el comité de salud laboral, mientras que en las obras la mascarilla es voluntaria.

Otras grandes compañías siguen la estela de lo que han hecho sus filiales fuera. En la inmobiliaria norteamericana CBRE, con 1.900 trabajadores en España, su uso será voluntario, por ejemplo.

Respecto a PRISA Media (grupo editor de EL PAÍS), las mascarillas no serán obligatorias, pero sí recomendables.

Desde Adecco (2.200 empleados) señalan que, tras un análisis de riesgos laborales en el que se ha determinado que existe distancia de seguridad suficiente entre trabajadores, y de que también hay ventilación, el uso de las mascarillas dejará de ser obligatorio. Sin embargo, sí que reconocen que “aquellas personas de riesgo (mayores de 60 años, embarazadas y personas inmunodeprimidas) tendrán que seguir llevándola para preservar su salud”. En cuanto a los más de 130.000 trabajadores que tienen desplegados en las empresas de sus clientes, señalan que estos “tendrán que cumplir con las normas que les sean marcadas”.

En ManpowerGroup (mil empleados en España), el uso de la mascarilla pasa a ser voluntario, salvo para colectivos sensibles. Además se sigue con la limpieza reforzada, el uso de gel hidroalcohólico y medidas de distancia de seguridad y test.

En Wallbox (carga de vehículos eléctricos), la empresa se ha adaptado a cada país en el que está presente durante la evolución de la pandemia. “En muchos países ya no es necesaria, pero velamos por la seguridad de los empleados. Durante muchos meses hemos hecho test covid semanales y poníamos a disposición mascarillas gratuitas. En España, a partir de ahora, no es obligatorio pero sí recomendado”, ha explicado el consejero delegado y cofundador de la compañía, Enric Asunción, durante la inauguración de la planta de la Zona Franca. Tanto en las oficinas como en las líneas de producción de la fábrica, la mayoría de empleados (la plantilla asciende al millar en España) llevaba puesta la mascarilla este miércoles.

Con información de Ramón Muñoz, Cristina Galindo, Ignacio Fariza, Gorka R. Pérez, María Fernández y Clara Blanchar.

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