Las pequeñas ideas pueden crecer
Tenemos ejemplos notorios de cómo pueden conducir a avances en derechos sustanciales como el de la vivienda
El economista Albert O. Hirschman dedicó su libro Salida, voz y lealtad a su amigo el filósofo y combativo antifascista Eugenio Colorni, “quien me habló de cómo las pequeñas ideas pueden crecer”. Colorni fue asesinado por la gente de Mussolini en Roma en 1944. El libro es un referente sobre las ventajas y límites de la competencia en el funcionamiento de la economía y en los sistemas políticos democráticos.
La relevancia de las pequeñas ideas ha sido evocada por Raimon Obiols, sólido i...
El economista Albert O. Hirschman dedicó su libro Salida, voz y lealtad a su amigo el filósofo y combativo antifascista Eugenio Colorni, “quien me habló de cómo las pequeñas ideas pueden crecer”. Colorni fue asesinado por la gente de Mussolini en Roma en 1944. El libro es un referente sobre las ventajas y límites de la competencia en el funcionamiento de la economía y en los sistemas políticos democráticos.
La relevancia de las pequeñas ideas ha sido evocada por Raimon Obiols, sólido intelectual socialista con más de cinco décadas de honesto compromiso político, en su reciente libro El temps esquerp. Dotze apunts contra la decepció política. (Arcadia). Podría traducirse como: El tiempo arisco. Doce apuntes contra la decepción política. El autor explica como Colorni indujo a Hirschman “a desconfiar de las grandes ideas, (sobre todo de las grandísimas) y a sustituir la ambición de las teorías abstractas y las concepciones globales por la práctica constante de la atención a la investigación de pequeñas ideas, de pequeñas piezas de conocimiento”.
Obiols refiere como Colorni había cautivado a sus compañeros de lucha por “su manera alegre e irreverente de atacar todos los tabúes”, pero de tal manera que “el compromiso político no disminuía sino que se reforzaba, perdía en seguridad dogmática pero ganaba inmensamente en vitalidad”.
También aquí tenemos ejemplos notorios de cómo las pequeñas ideas pueden conducir a avances en derechos sustanciales como el de la vivienda. Un valioso ejemplo ha sido la iniciativa de la magistrada de Palma de Mallorca Margarita Isabel Poveda, que se ha dirigido a los jueces europeos en busca de respaldo para acabar con los abusos que padecen cientos de miles de familias atrapadas en unas hipotecas con intereses abusivos. Se trata de préstamos hipotecarios en los que bancos y cajas impusieron unos tipos de interés conocidos como IRPH, que siempre son más caros que los demás.
Un litigio que dura más de una década. Han intervenido todas las asociaciones de consumidores y comprometidos abogados, principalmente Maite Ortiz y José María Erauskin. Magistrados, como Edmundo Rodríguez Achútegui y Mercedes Guerrero Romeo que anularon el IRPH por abusivo. Confirman el abuso estudios como los del catedrático Juan Etxeberria y Guillem Bou. Dos jueces del Tribunal Supremo Javier Orduña y Javier Arroyo mostraron su discrepancia con la doctrina oficial. Sus argumentos impulsaron a los magistrados Francisco González de Audicana (dos veces) y Carmen Robles a preguntar al tribunal europeo sobre este caso.
Las respuestas del tribunal europeo han sido reinterpretadas por el Supremo con resoluciones favorables a la banca. La magistrada Poveda insiste con un escrito de 73 páginas. Pregunta cómo se pueden defender unos contratos que omiten partes claves de la normativa, utilizan publicaciones obsoletas o que una cláusula no es abusiva a pesar de reconocer que no es transparente. Y pide a las instituciones europeas no “mirar hacia otro lado”.
El Tribunal Supremo ya ha tenido que rectificar en las cláusulas suelo y las multidivisa. La batalla sigue. Es la perseverancia de las pequeñas ideas.