Inditex entrega a Marta Ortega las áreas de auditoría interna, secretaría general y comunicación
La compañía especifica por primera vez sus responsabilidades directas como presidenta
Marta Ortega asumirá como presidenta de Inditex la responsabilidad directa sobre áreas concretas que la compañía considera “críticas”, según se desprende de la documentación que la empresa ha registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Aunque su presidencia tendrá un carácter no ejecutivo, habrá algunas funciones corporativas que dependerán directamente de ella, según ha revelado por primera vez la textil, que hasta ahora solo s...
Marta Ortega asumirá como presidenta de Inditex la responsabilidad directa sobre áreas concretas que la compañía considera “críticas”, según se desprende de la documentación que la empresa ha registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Aunque su presidencia tendrá un carácter no ejecutivo, habrá algunas funciones corporativas que dependerán directamente de ella, según ha revelado por primera vez la textil, que hasta ahora solo se había referido de un modo algo genérico a su futuro papel señalando más bien su implicación con el área de moda de Zara.
“En concreto, además de las funciones inherentes al cargo de presidente del Consejo, la presidenta del Consejo de Administración (no ejecutiva) de Inditex tendrá bajo su responsabilidad directa las áreas de auditoría interna, secretaría general y del consejo y comunicación”, explica la firma en su informe anual de remuneraciones de los consejeros. Esa explicación, junto a otras, se da para justificar el sueldo de un millón de euros que tendrá Marta Ortega como presidenta y consejera de Inditex.
Entre los argumentos para justificar esa retribución también están “el valor intrínseco de la persona que ocupa el cargo, por su conocimiento del negocio retail en el sector de la moda y del grupo Inditex, donde ha desarrollado distintos roles y funciones, y su importancia desde una perspectiva institucional” y “la dedicación exclusiva y adicional respecto a los miembros vocales del Consejo de Administración”.
La explicación inicial
Cuando se dio a conocer el nombramiento de la hija de Amancio Ortega, fundador y máximo accionista, como futura presidenta, la compañía no aclaró que asumiría esas responsabilidades: “Marta Ortega Pérez ha desarrollado su actividad en distintas áreas del grupo durante los últimos 15 años y, en particular, ha dirigido el reforzamiento de la imagen de marca y propuesta de moda de Zara, área que seguirá supervisando”, indicaba escuetamente el comunicado.
Por su parte, el presidente saliente, Pablo Isla, explicó cuando fue preguntado sobre el papel de su sucesora: “Marta va a seguir muy involucrada con el producto, va a seguir supervisando la imagen de Zara y la propuesta de producto, la propuesta de moda de Zara y además de eso va a ejercer sus funciones de presidenta del Consejo de Administración”, dijo en la comparecencia telemática ante la prensa del pasado 30 de noviembre.
Aunque no se había especificado que la hija de Amancio Ortega asumiría directamente esas responsabilidades, son áreas que en otras compañías también se gestionan desde la presidencia aunque sea no ejecutiva. Así, bajo su dependencia directa tendrá a Javier Monteoliva, secretario general y del consejo, que sustituyó en su puesto al actual consejero delegado, Óscar García Maceiras. La secretaría general asume la máxima responsabilidad jurídica en la compañía y es una figura clave en el funcionamiento del consejo y de la junta de accionistas.
También bajo su responsabilidad directa recaerán las áreas de auditoría interna, una función básica de supervisión y que también tiene sentido que se asuma desde la presidencia no ejecutiva como mecanismo de control, y la de comunicación, que articula los mensajes y la imagen que proyecta la empresa.
En el reparto de poderes, el consejero delegado, Óscar García Maceiras, asume las tareas propiamente de gestión ejecutiva, desde las áreas operativas a las financieras, pasando por las comerciales. En todo caso, dado que la familia Ortega tiene más del 59% del capital, obviamente el poder de decisión último pasa siempre por sus manos en todas las áreas en que así lo considere, más allá de la atribución de facultades a cada figura con el nuevo modelo de gobierno corporativo.