El AVE llega a Galicia tras un sinfín de plazos incumplidos y una inversión de más de 10.000 millones
Felipe VI y Pedro Sánchez, completan el trayecto entre Madrid y Ourense con adelanto sobre la hora prevista. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, habla de “un día histórico” para su comunidad
Veinte años después de que José María Aznar y Manuel Fraga colocaran la primera traviesa, una declaración de intenciones y poco más, el AVE ha llegado por fin a Galicia. Y lo ha hecho por debajo de la hora prevista, partiendo de la estación de Chamartín (Madrid) a las 9.41, cuatro minutos antes de lo previsto, y entrando en Ourense a las 12.16, con 10 minutos de adelanto. La aglomeración de cargos institucionales y cuadros políticos de toda condición y una incansable banda de gaiteros resumían el significado del final de la obra. La línea de alta velocidad ha conectado la capital de España y l...
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Veinte años después de que José María Aznar y Manuel Fraga colocaran la primera traviesa, una declaración de intenciones y poco más, el AVE ha llegado por fin a Galicia. Y lo ha hecho por debajo de la hora prevista, partiendo de la estación de Chamartín (Madrid) a las 9.41, cuatro minutos antes de lo previsto, y entrando en Ourense a las 12.16, con 10 minutos de adelanto. La aglomeración de cargos institucionales y cuadros políticos de toda condición y una incansable banda de gaiteros resumían el significado del final de la obra. La línea de alta velocidad ha conectado la capital de España y la esquina noroeste del país tras cinco plazos oficiales incumplidos y 10.060 millones invertidos —4.700 millones desde la conexión en Olmedo (Valladolid)— durante los 16 años en que se han alargado los trabajos. La inversión total prevista en esta línea, incluyendo las ciudades gallegas del eje atlántico, es de 10.950 millones. Y consolida a España en el podio mundial de la alta velocidad tanto en kilómetros construidos como en proyectados o en construcción tras China (31.000 kilómetros) y por delante de Japón con más de 3.700 kilómetros. Una pujanza que contrasta con el estado de líneas regionales o de cercanías que demandan desde hace años más medios.
“La presencia del jefe del Estado y del presidente del Gobierno evidencia que es un momento histórico para Galicia y también un gran día para España. Nos convertimos en una nación más vertebrada y cohesionada. Vivimos una jornada grande: los gallegos hemos alcanzado una meta largamente esperada e intensamente demandada”, ha celebrado el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El barón del PP ha tenido palabras de agradecimiento para todos los presidentes y ministros implicados, sin hacer distinciones en si eran de su partido o del PSOE, en la culminación del AVE a su tierra.
Tras numerosas inauguraciones parciales que han visto pasar a cuatro presidentes del Gobierno y seis ministros de Transportes, Pedro Sánchez y Felipe VI han encabezado la delegación que ha inaugurado la línea tras completarse el trayecto de 119 kilómetros que faltaba por concluir entre Pedralba de la Pradería (Zamora) y la ciudad de Ourense. Una obra de ingeniería de calado que incluye, solo en el tramo que faltaba, una treintena de túneles y otros tantos viaductos. “No ha sido un recorrido fácil, a los retos técnicos de una infraestructura de esta envergadura se añadieron los efectos de la crisis económica [la Gran Recesión de 2008]. Representa el corazón de la histórica demanda de infraestructuras de Galicia”, ha resaltado Sánchez, al que ha acompañado Yolanda Díaz, que además de gallega es vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. También han asistido los exministros de Fomento Pepe Blanco (PSOE) y Ana Pastor (PP), ambos gallegos. El adelanto electoral en Castilla y León ha alterado el estreno: su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, que iba a incorporarse al trayecto en Zamora, no lo ha hecho tras su decisión de convocar comicios.
Víctimas del Alvia
“Es inevitable interpretar la culminación de las obras como un éxito colectivo. Pese a los inconvenientes nunca hemos renunciado a lograrlo”, ha enfatizado Feijóo, que se ha subido al tren en la estación de A Gudiña-Porta de Galicia, la anterior a Ourense. El convoy ha sido recibido también en esta ocasión por una banda de gaiteros. Mientras, en el exterior, varias personas gritaban “¡viva el rey!” mientras otras optaban por “¡viva Pedro Sánchez!”. En esa parada, un representante de la Plataforma Víctimas Alvia 04155, que agrupa a la mayoría de víctimas del tren siniestrado en julio de 2013 que causó 80 muertes y más de 140 heridos, entregó una carta a Sánchez reclamando una investigación técnica independiente de lo ocurrido en esta misma línea.
En el escrito, las víctimas dejan patente el “ninguneo” que han recibido en estos ocho años por parte de los distintos ministros frente a la reclamación de la investigación independiente que han exigido el Parlamento y la Comisión Europea. La única investigación oficial que ha realizado hasta el momento el Estado español determina que el maquinista fue el único responsable mientras que tanto Europa como el juez instructor apuntan a fallos en la evaluación de riesgos de la línea, cuyo encargado de supervisar es Adif, dependiente del Ministerio de Transportes. Una nutrida representación de parlamentarios gallegos del PSOE y del PP se ha sumado en la primera parada en tierras de su comunidad, descuidando la distancia covid en los vagones donde se encontraban. Alguna de sus señorías ha preferido buscar un asiento en otros mucho menos saturados.
Dos horas y cuarto
Ourense, que se convierte en el centro neurálgico de distribución de la alta velocidad gallega, quedará conectada con la capital madrileña a una velocidad de hasta 300 kilómetros por hora en 2 horas y 15 minutos, lo que supone una hora y 28 minutos menos de viaje que con las conexiones actuales. El tramo entre Zamora y Pedralba de la Pradería, operativo desde octubre de 2020, permitió el mayor ahorro de tiempo: 50 minutos de media entre las ciudades gallegas y el centro peninsular.
La nueva oferta de servicios —para la que está disponible la compra de billetes desde el 23 de noviembre—, reduce los tiempos de viaje de los servicios de Renfe entre 54 minutos y 1 hora y media en función de la ciudad de destino. La conexión A Coruña-Madrid pasa de 5 a 10 servicios diarios por sentido (3 directos y 7 con enlace), en 3 horas y 51 minutos (una hora y tres minutos menos); Santiago-Madrid aumenta los convoyes de 5 a 10 servicios (4 directos y 6 con enlace) con un tiempo de 3 horas y 20 minutos (mejora en 1 hora y 4 minutos). Vigo quedará a 4 horas y 16 minutos de Madrid, 54 minutos menos que ahora. Igual que Pontevedra, que quedará a 4 horas justas. La conexión con Lugo mejora en 57 minutos y lo deja en 4 horas y 46 minutos.
Futuro ahorro en tiempo
La próxima entrada en funcionamiento de los trenes Avril (trenes de ancho variable de la serie 106 de Talgo), salvo en el servicio directo Ourense-Madrid, conllevará un ahorro añadido de 20 minutos. “El esfuerzo ha merecido la pena. Si antes de 2018 el trayecto de Ourense a Madrid duraba casi 4 horas y media, lo hemos reducido a dos horas y cuarto. Y recortamos de forma proporcional el tiempo entre Madrid y el resto de ciudades gallegas, [conexión] que se ve además aumentada por el número de servicios. Es un vuelco en la conectividad de Galicia con el centro peninsular que no va a terminar aquí”, ha resaltado Sánchez.
Pese a los retrasos en la ejecución de las obras y otras previsiones incumplidas —el viaje a Vigo duraría solo 3 horas y 20 minutos, según una promesa del Gobierno actual—, Galicia se convierte en la primera comunidad del norte de España a la que llega el AVE. El resto de la cordillera cantábrica sigue pendiente de la alta velocidad. “Coronamos un proyecto de país que nos transforma como sociedad y nos hace mejores y más fuertes. Acercamos a las personas y lugares tras una labor titánica en la bellísima orografía de Galicia”, ha resumido la ministra de Transportes, Raquel Sánchez.