Argelia corta el mayor de sus gasoductos con España por la crisis con Marruecos

El presidente argelino, Abdelmayid Tebún, confirma la rescisión del contrato a causa de las “prácticas hostiles” de Rabat hacia Argel

La vicepresidenta tercera y ministra española de Transición ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, conversa con el ministro de argelino de Energía y Minas, Mohamed Arkab, durante el encuentro mantenido este miércoles en Argel.Foto: EFE | Vídeo: EPV

El presidente de Argelia, Abdelmayid Tebún, confirmó este domingo por la noche, a través de un comunicado, la rescisión del contrato con Marruecos que permitía el transporte de gas hacia España mediante el gasoducto Magreb-Europa (GME). Esta tubería, inaugurada hace 25 años, une Argelia con la península Ibérica y tiene 1....

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El presidente de Argelia, Abdelmayid Tebún, confirmó este domingo por la noche, a través de un comunicado, la rescisión del contrato con Marruecos que permitía el transporte de gas hacia España mediante el gasoducto Magreb-Europa (GME). Esta tubería, inaugurada hace 25 años, une Argelia con la península Ibérica y tiene 1.400 kilómetros de longitud, de los cuales 540 kilómetros atraviesan territorio marroquí. El año pasado llegaron a España a través de ella 6.000 millones de metros cúbicos de gas.

Para suplir esa cantidad, Argelia planea aumentar la capacidad de gas del gasoducto Medgaz, inaugurado hace 10 años, que ya viene suministrando a España 8.000 millones de metros cúbicos y une directamente Argelia con Almería. Las autoridades argelinas han emprendido obras para aumentar su capacidad hasta 10.000 millones de metros cúbicos. Pero, en el supuesto de que las obras concluyan antes de la llegada del invierno, aún faltarían por llegar a España 4.000 millones de metros cúbicos de gas. Se necesitan 48 barcos metaneros para transportar esa cantidad en forma de gas natural licuado (GNL). El precio de estos fletes está sujeto a los vaivenes de un mercado que se ha vuelto muy competitivo desde el año pasado debido a la alta demanda procedente de Asia.

La presidencia argelina emitió su comunicado pocas horas antes de la medianoche del domingo al lunes, cuando vencía el contrato que permite el transporte por el gasoducto. El escrito señala: “En vista de las prácticas de carácter hostil del reino de Marruecos, que atentan a la unidad nacional de Argelia, y después de consultar al primer ministro, al ministro de Finanzas, al ministro de Energía y de Minas, el presidente de la República [Abdelmayid Tebún] ha dado instrucciones a la sociedad nacional Sonatrach para que cese toda relación comercial con la sociedad marroquí y no renueve el contrato”.

El Gobierno argelino ya rompió relaciones diplomáticas con Marruecos. Ambos países mantienen una relación difícil desde que lograron su independencia. El conflicto de fondo siempre ha sido el Sáhara Occidental. Argelia es el principal aliado del Frente Polisario. Esta organización saharaui decretó la ruptura del alto el fuego con Marruecos en noviembre de 2020. El alto el fuego se había firmado ante la ONU en 1991. Pero el Frente Polisario sostiene que la ONU está siendo cómplice de la “política de hechos consumados” de Rabat respecto al Sáhara Occidental. Desde el año pasado, la situación entre los dos países no ha hecho más que agravarse. Argelia anunció también en agosto que rescindiría el contrato del gasoducto y en septiembre cerró su espacio aéreo para cualquier vuelo civil o militar de Marruecos.

Este domingo se ha consumado otro acto en la escalada diplomática entre las dos grandes potencias del Magreb. El gran perjudicado de esa medida es Marruecos, país que cobraba entre 50 y 200 millones de euros al año como “derechos de paso”, una cifra que está en función de la cantidad que transporte. Además, el contrato con Argelia y España le permitía a Marruecos alimentar dos centrales eléctricas de ciclo combinado: la de Tahaddart (en la región de Tánger) y la de Ain Beni Mathar (en Uchda, en el este del país). Ambas cubren en torno al 10% de la producción marroquí de electricidad y están gestionadas por las firmas españolas Endesa (tiene el 20% de Tahaddart) y Abengoa, respectivamente.

Pero, además de Marruecos, el otro perjudicado es España. Argelia cubrió en 2018 un 51% de las necesidades gasísticas de España; la cifra se redujo al 33% en 2019 y al 29% en 2020. Pero en lo que va de 2021 la importación de gas procedente de Argelia remontó hasta el 47%, según la compañía española Enagás. Ese 47% fueron en total 15.000 millones de metros cúbicos de gas. De ellos, 6.000 millones llegaron a través del gasoducto que atraviesa Marruecos; 8.000 millones fueron transportados mediante la tubería del Medgaz, que va directamente hacia Almería. Y los 1.000 millones de metros cúbicos restantes, fueron transportados en barcos, como gas natural licuado.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, viajó el miércoles a Argel para entrevistarse con varias autoridades argelinas. Pero Argelia no modificó su postura. El Gobierno argelino ha garantizado al español el suministro de la misma cantidad de gas que llegaba a España a través del GME. Pero solo cuando pase el invierno se podrá saber si Argelia está en condiciones de cumplir con solvencia lo que se ha comprometido a hacer.

Una fuente española que ha seguido de cerca las negociaciones tripartitas sobre el gasoducto señala: “Cometeríamos un error si pensamos que el cierre del gasoducto es algo que Argelia perpetra solo contra Marruecos, que es algo que solo les concierne a ellos. Porque también está emitiendo un mensaje para España. Esta medida nos hace más vulnerables respecto a Argelia”.

Un efecto “insignificante” en Marruecos

Las autoridades de Rabat emitieron a medianoche un comunicado difundido a través de la agencia oficial MAP donde aseguran que la decisión del Gobierno argelino no tendrá en el corto plazo más que un efecto “insignificante” sobre el sistema eléctrico marroquí. “Han sido tomadas las disposiciones necesarias para asegurar la alimentación eléctrica del país”, señala el escrito.

El gas que recibía Marruecos proveniente de Argelia suministraba al menos el 10% del consumo eléctrico marroquí, aunque algunas fuentes sitúan esa cifra en el 17%. Una posible opción para suplir esa provisión sería contratar barcos metaneros que traigan gas natural licuado desde otros países. Y la otra, revertir el flujo del gasoducto Magreb-Europa (GME), para que llegue gas desde España. El Gobierno español no se ha pronunciado sobre esa última medida, que tal vez podría generar una situación incómoda frente a Argelia. Y el Gobierno marroquí no ha desvelado las alternativas que baraja, aunque sostiene que estudia opciones de medio y largo plazo.

Por ahora, lo único claro es que Argelia ha confirmado la clausura de un contrato que durante un cuarto de siglo garantizó el suministro de gas tanto a Marruecos como a España. A partir de ahí, todo son incógnitas que solo con el tiempo se despejarán.

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