Más caros pero más sencillos: el silencioso despegue de los cajeros de criptomonedas
El número de máquinas disponibles para comprar bitcoins y otras divisas virtuales crece en España pese a sus altas comisiones
Gaetano Domínguez dice matar las horas muertas leyendo sobre criptomonedas. Nunca se sabe cuándo puede llegar un potencial cliente repleto de dudas que solucionar, y hay que estar preparado, explica. Si uno se asoma a la puerta de la tienda BitBase en la madrileña calle de Princesa puede comprobar que no miente. Dentro, este venezolano de 25 años mira concentrado la pantalla de un ordenador portátil rodeado de cuadros de arte cripto, camisetas ...
Gaetano Domínguez dice matar las horas muertas leyendo sobre criptomonedas. Nunca se sabe cuándo puede llegar un potencial cliente repleto de dudas que solucionar, y hay que estar preparado, explica. Si uno se asoma a la puerta de la tienda BitBase en la madrileña calle de Princesa puede comprobar que no miente. Dentro, este venezolano de 25 años mira concentrado la pantalla de un ordenador portátil rodeado de cuadros de arte cripto, camisetas con lemas alentando a comprar bitcoins y libros sobre el tema. Es el merchandising que complementa el negocio principal, un cajero donde cualquiera con un puñado de billetes o una tarjeta de crédito puede comprar criptomonedas en cuestión de minutos. Domínguez, el encargado, tiene tiempo de sobra para ampliar sus conocimientos. En el pequeño establecimiento, la frecuencia de entradas y salidas induce al aburrimiento: suelen aparecer una decena de clientes al día, prácticamente uno cada hora. La misma ratio se repite en su espacio junto a la estación de Atocha, este algo más tecnológico, con pantallas llenas de gráficos donde las cotizaciones describen curvas pronunciadas: entre las 10.00 y las 13.30 han recibido tres clientes.
Mientras los bancos reducen el número de cajeros ante el cambio de hábitos de sus clientes, ahora mucho más digitales, en el incipiente ecosistema bitcoin algunos piensan que aún hay margen para crecer en ese segmento. Según cálculos de Coin ATM Radar, en España hay unos 140 cajeros para adquirir criptomonedas, más del doble que hace un año, lo que la convierte en el tercer país europeo con más máquinas de este tipo por detrás del Reino Unido y Austria, en una clasificación que a nivel global lidera claramente EE UU.
BitBase es, con diferencia, la que más tiene en suelo español. Unos 60, aunque ese número se quedará viejo pronto: la firma planea abrir próximamente una nueva tienda junto al estadio Santiago Bernabéu y se extenderá a Santander, San Sebastián, Cádiz y Vigo. Un tercio de los cajeros están dentro de locales donde asesores como Gaetano Domínguez atienden a los interesados en comprar, y el resto funcionan sin nadie que los supervise, como si de uno bancario se tratase, colocados en zonas como centros comerciales, donde la afluencia de multitudes está garantizada y es más fácil que alguno se sienta tentado de llevarse a casa un trozo de bitcoin junto a las bolsas de Zara y Massimo Dutti.
Comprar uno entero a sus precios actuales —costaba algo más de 48.000 euros en el momento de escribir estas líneas, no muy lejos de sus máximos históricos— no es posible. Las operaciones están limitadas a 1.000 euros diarios para aquellos que no quieran identificarse y solo den su número de teléfono, y a 2.500 euros para los que sí faciliten su documentación, con un límite mensual de 5.000 euros para los clientes no verificados y de 10.000 euros para los que sí han aportado su identificación. El proceso tiene cinco pasos: elegir la criptomoneda que se quiere comprar —bitcoin y ethereum, las más grandes, son también las más demandadas—, marcar en la pantalla el montante de la inversión, escanear en el lector del cajero un monedero virtual que han descargado previamente, introducir los billetes y recibir la confirmación.
Las restricciones en las cantidades son una de sus desventajas, sobre todo para los inversores más experimentados, a los que se les quedan muy cortas, pero no es la mayor: mientras en las plataformas de internet —los llamados exchanges— se paga entre un 0,1% y un 0,5% del valor de la operación en comisiones, aquí rondan entre el 8% y el 10%. ¿Por qué entonces acudir a un cajero físico? Álex Fernández, consejero delegado de BitBase, defiende al teléfono sus otras virtudes. “Es más rápido. Puedes comprar al momento. Tu dinero tarda tres o cuatro días en llegar al exchange, y en ese tiempo lo que quieres comprar te puede bajar o subir”.
Aunque algunos inversores ven como una rémora la existencia de cajeros en una esfera que precisamente presume de haber nacido en el universo digital, entre las grandes firmas del sector no se ve con malos ojos su existencia. Primero porque se sienten parte de un colectivo que hace frente común por abrirse paso en medio de un entorno hostil, con un campo regulatorio complejo, el escepticismo de economistas y bancos centrales, y la desconfianza de buena parte de la población. Y segundo porque consideran que para algunos usuarios puede ser una puerta de entrada al mundillo de las criptomonedas antes de pasarse a métodos más sofisticados, lo cual podría beneficiarles directamente.
Marcus Hughes, responsable para Europa de Coinbase, una de las grandes plataformas mundiales de compra y venta de criptomonedas, y la primera en dar el salto a la Bolsa de Nueva York, así lo manifiesta: “Es una buena forma de hacer marca para las criptomonedas, ya que las hace más visibles y ayuda a la gente a dar el salto desde el sistema financiero actual al nuevo. Cada vez que aparece una nueva tecnología es útil proporcionar un marco de referencia que la vincule con la anterior, y los cajeros automáticos lo hacen”. Raúl Marcos, fundador de carbono.com, cree que son útiles para gente que quiere comprar poca cantidad o no le apetece abrirse cuenta en un exchange.
Leif Ferreira, consejero delegado de Bit2Me, coincide en que pueden cumplir una función. “Es una cuestión de comodidad. Hay gente que no se fía tanto de las plataformas en línea pese a estar en 2021. O que necesita tener una persona a su lado para asesorarla, más si cabe en un producto tan complejo como las criptomonedas”, defiende. Su firma hizo en el pasado una incursión en el negocio de los cajeros, pero acabó retirando los pocos que operó a modo de prueba. “Hay riesgo de hackeo, requiere de continuas actualizaciones y te lo pueden robar físicamente. Hay muchas cosas que podían salir mal y salieron mal“, recuerda.
Hasta 20.000 euros por cajero
Según BitBase, cada cajero les cuesta entre 15.000 y 20.000 euros. Los usan unos 100 clientes al mes, en su mayoría hombres de entre 30 y 50 años que suelen hacer una operación media de 750 euros. Se puede comprar, pero también vender. Su máximo ejecutivo, Álex Fernández, reconoce que algunos dan pérdidas, pero asegura que en su conjunto son rentables y reinvierten lo que ganan en crecer. El trayecto desde aquel primer cajero que abrieron en Barcelona en 2017 hasta hoy lo han hecho sin financiación de las entidades bancarias, que se han mostrado reticentes a prestarles dinero, señala con amargura. Con las autoridades, la relación tampoco ha sido fácil: afirman colaborar con las fuerzas de seguridad para atajar posibles casos de blanqueo. “Tenemos herramientas que nos permiten rastrear el dinero”, insiste Fernández.
En el local de la calle Princesa, cumpliendo con el promedio de un cliente por hora, un joven madrileño empleado del sector financiero aguarda en la puerta para entrar. Gaetano Domínguez lo identifica como uno de los habituales, y acepta hablar con la condición de no dar su nombre. Viene a comprar 500 euros en bitcoins. “Llevo muchos años metiendo poco a poco, y también tengo cuenta en una plataforma. Aquí solo traigo efectivo que me sobra en casa, así no tengo que hacer una transferencia y esperar que llegue. Vengo, compro y me olvido”, relata. Tratándose de un activo tan volátil, los cinco minutos de conversación pueden haber bastado para que la compra le salga un poco más barata o más cara. Nada inquietante. Ni la cantidad es significativa ni su horizonte de inversión es cortoplacista. “Superará los 100.000 dólares antes de un año”, vaticina. ¿Qué quieres comprar con lo que ganes? “Tranquilidad”, afirma. Y entra en BitBase en dirección al cajero.