El mercado laboral registra 76.113 parados menos en el mejor septiembre de la serie histórica
La Seguridad Social suma 57.387 trabajadores más y el número de personas en ERTE cae hasta un nuevo mínimo: 239.230
El reprís del empleo durante el verano sigue manteniendo estables las revoluciones del mercado de trabajo un mes más. Septiembre acabó con 3.257.802 desempleados, 76.113 menos que en agosto (-2,28%), y la secuencia de mensualidades consecutivas a la baja se extiende ya hasta los siete meses. Según los datos trasladados este lunes por los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social, no se encadenaba una colección menguante como la actual desde el año 2000, hace más de dos décadas.
Junto con el recorte en el número de desempleados, las afiliaciones también insuflan algo más de aire a la rec...
El reprís del empleo durante el verano sigue manteniendo estables las revoluciones del mercado de trabajo un mes más. Septiembre acabó con 3.257.802 desempleados, 76.113 menos que en agosto (-2,28%), y la secuencia de mensualidades consecutivas a la baja se extiende ya hasta los siete meses. Según los datos trasladados este lunes por los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social, no se encadenaba una colección menguante como la actual desde el año 2000, hace más de dos décadas.
Junto con el recorte en el número de desempleados, las afiliaciones también insuflan algo más de aire a la recuperación. Sin tener en cuenta el ajuste estacional, esto es, eliminando los factores exógenos de naturaleza no económica que influyen en el comportamiento de las estadísticas mensuales, la Seguridad Social registró 19.531.111 afiliados de media, lo que supone 57.387 cotizantes más que en la de agosto.
Sin embargo, como viene siendo habitual desde la irrupción de la pandemia, los datos de desempleo y afiliación han de observarse sin perder de vista el número de trabajadores en ERTE, puesto que no computan como parados y sí como cotizantes a pesar de no estar desempeñando su actividad con normalidad. El número de personas que se encontraron cobijados bajo este paraguas fue de 239.230, la cifra más baja desde el comienzo de la pandemia hace más de año y medio, y muy lejos de los más de tres millones y medio que llegaron a reunirse en los momentos más duros. Son, por tanto, 32.960 menos tomando como referencia la fecha de notificación, y 17.294 basándose en la fecha de alta.
Sacando a los trabajadores en ERTE de la ecuación, los niveles de afiliación se acercan a los que se registraban antes de la irrupción del coronavirus. Teniendo presentes las particularidades de cada mes, los registros del último septiembre no son solo mejores a los de los dos últimos años (18.876.389 y 19.323.451), sino también a los resultados que presentaba el mes de febrero de 2019 (18.888.472) y que marcan el final del periodo prepandémico. “Es impresionante que el número de afiliados esté superando ya el nivel prepandemia”, se ha felicitado este lunes la vicepresidenta económica Nadia Calviño. “Son cifras que no habíamos vivido en nuestra historia. La recuperación está en marcha”, ha añadido. “La afiliación y el empleo están creciendo por encima del nivel esperado”, se ha sumado el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo.
Las patronales CEOE y Cepyme, por su parte, han pedido “cautela” a la hora de analizar los datos de septiembre. A su juicio, las cifras de paro y afiliación arrojan “síntomas de recuperación” y evidencian “el gran esfuerzo” que están realizando empresas, trabajadores y sector público para recuperar la normalidad. “Sin embargo, los datos macroeconómicos rebajan el optimismo sobre la intensidad del proceso de recuperación”, añade la Confederación Española de Organizaciones Empresariales en un comunicado. Se refiere a la rebaja en cuanto al crecimiento del PIB que realizó el INE la semana pasada, pasando del 2,8% que proyectaba el Gobierno al 1,1%.
Desde Funcas también modulan ligeramente el entusiasmo. Aunque señalan que “con estas cifras la afiliación recupera los niveles precrisis en términos brutos”, en cuanto se revisa desde la óptica desestacionalizada, descontando los trabajadores en ERTE y los autónomos con prestación, “todavía persiste un déficit de 415.000 empleos”.
La recuperación de la actividad ha promovido un recorte en el número de desempleados en todos los sectores. Por cantidad (que no porcentaje) donde más se ha notado la rebaja en el número de parados ha sido en los Servicios (-39.312, -1,68%), seguido de la Agricultura (-13.067, -8,08%), la Construcción (-12.309, -4,53%) y la Industria (-6.668, -2,45%). “Que sea en los servicios donde se concentre esta mejoría en el número de parados quiere decir que la recuperación está llegando a aquellos sectores que peor lo pasaron durante los momentos más duros de la pandemia”, ha señalado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey.
De hecho, más allá de ser una mejoría repartida y focalizada en los sectores más afectados por el virus, en cuanto a su repercusión por género, las cifras también evidencian una cierta solidaridad. Si bien el grueso de afiliados siguen siendo hombres (53,47%), el porcentaje de mujeres (46,53%) ha aumentado por tercer mes consecutivo. Una curva al alza con la que se cruza, esta vez en trayectoria descendente, la del cómputo de desempleadas: en septiembre se contabilizaron 39.977 menos que en agosto y 249.555 menos que en el mismo mes del año anterior. En el primer caso se trata de una cifra mayor que la de los hombres.
“A pesar de los datos positivos de septiembre, el crecimiento de la afiliación ha sido la mitad del esperado, según anunció el Gobierno hace 15 días. Estos datos exigen que se incrementen las medidas para favorecer la creación de empleo. A futuro, deben evitarse medidas normativas que añadan rigideces a un mercado de trabajo donde nuevamente las cifras de empleo de los jóvenes son peores que las del resto de colectivos”, señala Javier Blasco, director del Adecco Group Institute.
La mejoría del mercado de trabajo se extiende también hasta septiembre siguiendo las proyecciones que lanzó a mediados de ese mes el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. “Estamos obteniendo unos resultados bastante satisfactorios que nos refuerzan en la idea de que los incentivos diseñados para la reactivación han funcionado muy bien”, señaló entonces Escrivá.
No es el primer septiembre que se comporta de esta manera. El de 2020 también se convirtió en el mejor de la serie hasta ese momento gracias a que las medidas de contención del virus comenzaron a relajarse de manera moderada. Hoy, con un panorama sanitario mucho más halagüeño debido al éxito en el proceso de vacunación, la actividad en el último mes de verano se ha visto menos afectada, y eso que en septiembre es habitual que concluyan muchos contratos de trabajo. El colectivo de autónomos, tras el desinfle de agosto (cuando se dieron de baja más de 7.000 trabajadores por cuenta propia) volvió a crecer en septiembre, hasta llegar a los 3.319.875 (4.272 más).
La recuperación del mercado de trabajo ha alcanzado cierta estabilidad gracias al impulso obtenido durante los meses de verano. A pesar de que se trata de un periodo tradicionalmente bueno, y de que el cerco al coronavirus también ha ayudado a que la temporada no se viera del todo perjudicada, medidas de protección como los ERTE seguirán estando presentes hasta el 28 de febrero tras el último acuerdo alcanzando por Gobierno, patronal y sindicatos.
Tratar de que la gran mayoría de los trabajadores que se mantienen suspendidos logren adquirir nuevos conocimientos para reengancharse al mercado de trabajo es hoy la prioridad del ministerio de Seguridad Social. Por ello, las empresas que quieran acogerse a los nuevos ERTE, que empezarán a aplicarse a partir del 1 de noviembre ―hasta el 31 de octubre permanecerán vigentes los actuales― deberán presentar un plan de formación junto con su solicitud para obtener así mejoras en las exoneraciones de las cuotas que deben abonar a la Seguridad Social por los empleados suspendidos.