El precio de la luz baja por el ‘efecto fin de semana’, pero será el sábado más caro de la historia
La tarifa mayorista de la electricidad será de 173,65 por megavatio-hora
La electricidad costará este sábado 173,65 euros por megavatio-hora (MWh) en el mercado mayorista, la cifra más alta para el sexto día de la semana desde que hay registros, diez euros por encima de los 166,36 marcados siete días atrás. Por horas, este sábado el precio de la luz marcará su máximo diario entre las 12 y la una de la madrugada, en 234,47 euros por MWh. En el lado opuesto, como ya es habitual, entre las cuatro y las cinco de la tarde será el momento en el que el coste será más bajo en el mercado mayorista: 54,13 euros por MWh.
La subida del precio del gas y el encarecimiento...
La electricidad costará este sábado 173,65 euros por megavatio-hora (MWh) en el mercado mayorista, la cifra más alta para el sexto día de la semana desde que hay registros, diez euros por encima de los 166,36 marcados siete días atrás. Por horas, este sábado el precio de la luz marcará su máximo diario entre las 12 y la una de la madrugada, en 234,47 euros por MWh. En el lado opuesto, como ya es habitual, entre las cuatro y las cinco de la tarde será el momento en el que el coste será más bajo en el mercado mayorista: 54,13 euros por MWh.
La subida del precio del gas y el encarecimiento de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2), así como la menor aportación de la energía eólica ya hicieron de septiembre el mes más oneroso de la historia, con un coste medio de más de 156 euros por MWh, 50 más que en agosto. Y octubre empieza aún peor: este viernes la luz ha superado por primera vez la cota de los 200 euros, nuevo récord histórico, al subir un 13% en una sola jornada. El descenso respecto al viernes tiene que ver con el efecto fin de semana: la actividad es menor y, por tanto, la demanda eléctrica baja.
Los 173,65 euros por MWh de este sábado contrastan con los 140,23 suponen un incremento del 600% respecto al precio de hace un año (24,80 euros), cuando la pandemia aún hacía estragos, y de un 300% respecto a la misma jornada de 2019 (43,42 euros).
El repunte iniciado en primavera afecta al mercado mayorista, en el que se negocian los precios las empresas suministradoras y las comercializadoras. Sin embargo, también impacta directamente a quienes tienen tarifa regulada (también conocida como PVPC, tradicionalmente la más conveniente para la mayoría de usuarios), 10,7 millones de hogares cuya factura fluctúa al son de ese indicador. El resto de abonados (16 millones), cuyo suministro se negocia en el mercado libre, no enfrentan un incremento inmediato en lo que pagan por cada kilovatio hora, pero sí sufrirán la sacudida cuando expire su contrato de suministro y tengan que firmar uno nuevo, muy probablemente más caro. Esta tormenta perfecta se está trasladando también a la inflación general, en máximos de más de una década.
Con el actual sistema marginalista, el precio lo fija el último MWh que entra en el mercado, habitualmente procedente de centrales de ciclo combinado (gas) o carbón, mucho más costosas que las renovables. Con el reciente estirón de los precios y las medidas aprobadas por el Gobierno para tratar de reducir el impacto de estos incrementos para los hogares —entre las que destaca la rebaja del IVA del 21% al 10% y la supresión temporal del impuesto de generación—, desde hace semanas el coste de la energía ya supone más de la mitad del recibo, superando con creces los recargos fiscales. Es algo inédito en el sistema eléctrico español.
Sin embargo, en pleno encarecimiento de todas las fuentes de energía primaria —el gas natural y el carbón están en máximos históricos, y el petróleo ya ronda los 80 dólares, un nivel no visto en casi tres años— y con los derechos de emisión de CO2 han más que duplicando su precio en lo que va de 2021, España no es ni mucho menos el único país europeo en el que los precios de la luz han subido con fuerza en los últimos meses. Además del español, varios Ejecutivos de la UE, entre ellos el francés y el italiano, se han visto obligados a tomar medidas para aliviar la presión que la factura eléctrica y del gas está ejerciendo sobre familias y empresas.
La luz permanecerá en cotas elevadas y al alza hasta, al menos, marzo del año que viene, cuando con la llegada de la primavera el gas natural debería iniciar un camino descendente y la presión sobre el recibo debería ir a la baja.