Telefónica afronta una factura de 2.700 millones en cuatro años por los derechos deportivos y de series

La operadora pujará a la baja en la próxima subasta de LaLiga y ultima un acuerdo con Orange para la próxima temporada

Un cámara de televisión enfoca al futbolista español David Silva durante un encuentro del Mánchester City en 2020.SHAUN BOTTERILL (Reuters)

Telefónica tendrá que afrontar el pago de 2.689,8 millones de euros en los próximos cuatro años en concepto de los derechos audiovisuales de series y cine y de eventos deportivos que ha adquirido. De esta manera, la operadora que preside José María Álvarez-Pallete refuerza su apuesta audiovisual como elemento diferencial de su oferta integral de servicios de telecomunicación a través de los paquetes Movistar Fusión. Eso sí, el esfuerzo económico es ...

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Telefónica tendrá que afrontar el pago de 2.689,8 millones de euros en los próximos cuatro años en concepto de los derechos audiovisuales de series y cine y de eventos deportivos que ha adquirido. De esta manera, la operadora que preside José María Álvarez-Pallete refuerza su apuesta audiovisual como elemento diferencial de su oferta integral de servicios de telecomunicación a través de los paquetes Movistar Fusión. Eso sí, el esfuerzo económico es importante. El grueso de esa factura vence en el presente ejercicio de 2021, en el que debe abonar 1.153,9 millones de euros; en 2022, le vencen pagos por 868,2 millones; 496,7 millones en 2023 y 171 millones en 2024, según fuentes del grupo.

A ese importe habría que sumarle los derechos en propiedad (ya pagados) por 1.206 millones de euros que tiene en la actualidad, y de los que el 75% aproximadamente corresponden a acontecimientos deportivos.

Hay que tener en cuenta que Telefónica suscribió nuevos contratos en plena pandemia para continuar con la explotación de los derechos de competiciones como la NBA y la ACB de baloncesto hasta la temporada 2022/2023, el campeonato mundial de Fórmula 1 hasta 2023 y, sobre todo, la UEFA Champions League y UEFA Europa League hasta la temporada 2023/2024. Solo por estas últimas competiciones europeas ha tenido que desembolsar 975 millones de euros, a razón de 325 millones por cada una de las tres temporadas.

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A la vuelta del verano, Telefónica se enfrentará a un desafío importante, ya que LaLiga tiene previsto un nuevo modelo de reparto en la subasta de los derechos para las próximas temporadas a partir de la 2022-23. El actual contrato, que cubre hasta el final de la próxima campaña 2021-22, generó 1.105 millones de euros en ingresos en la temporada 2019-20, algo menos de los 1.143 millones de la 2018-19 por el efecto de la pandemia, a los que se suman 708,4 millones por los derechos internacionales, cuyos concursos tienen otros plazos.

El grueso de los derechos del contrato vigente está en manos de Telefónica, que pagó 2.940 millones de euros, aunque ya ha declarado que tiene intención de rebajar la factura por el fútbol nacional siguiendo el ejemplo de lo sucedido en otras ligas europeas como la italiana o la francesa, que han tenido que asumir importantes descuentos por la pandemia. LaLiga que preside Javier Tebas no comparte esa visión y ha avisado de que dará entrada a plataformas de vídeo en streaming como Amazon Prime, Dazn o Facebook para avivar la puja.

Los planes de LaLiga pasan por cambiar la actual distribución de la puja —un lote principal de ocho partidos de Primera División, el partidazo en otro, y un tercero con un partido en abierto— por otra con, por ejemplo, siete partidos en una plataforma, tres en otra y tres jornadas aparte, que permitiría la entrada de una OTT (plataforma que ofrece vídeo a través de internet), como ha ocurrido con Amazon en Inglaterra y en Francia.

Negociaciones con Orange

Antes de que se convoque esa subasta, Telefónica deberá resolver un asunto más urgente: renovar el contrato con Orange para que la operadora rival le compre los derechos de emisión de LaLiga y Champions de la temporada 2021-22. La firma francesa pide una rebaja sobre los 340 millones de euros que abonó a Telefónica por la pasada temporada con el argumento de que el precio se debe fijar sobre la base de los abonados al fútbol y no sobre el conjunto de suscriptores de la plataforma de televisión (Orange TV).

Con todo, no parece que Orange que, como Telefónica sufre una sangría continúa de clientes hacia las tarifas más asequibles de operadores como MásMóvil o Digi, tenga mucho margen de maniobra para prescindir del fútbol, el principal reclamo para vender Orange Love, sus paquetes prémium de fibra y móvil y los más caros.

Sus reclamaciones ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y los tribunales para reducir su dependencia de Telefónica tampoco han dado resultado por lo que todo apunta a que Orange renovará finalmente el contrato a lo largo del mes de julio para poder lanzar la campaña de vuelta a clase con el reclamo del fútbol. Solo Vodafone se atrevió en 2018 a renunciar al fútbol, aunque pagó un alto coste con pérdida de abonados que luego ha ido recuperando con su oferta de series.

Con los ingresos cayendo año tras año y un nivel de deuda aún muy considerable (36.000 millones de euros), Telefónica necesita reducir costes imperiosamente y su filial audiovisual debe ayudar en la tarea. Para ello, quiere reforzar las alianzas estratégicas con otros socios relevantes del sector, como las alcanzadas con Netflix, Dazn o Disney y las nacionales Atresplayer (Antena 3) y Mitele (Telecinco). Y también es una de las razones de la completa remodelación que ha hecho de Movistar+, bajo la batuta de Cristina Burzako como consejera delegada, y con la salida de dos históricos directivos como Álex Martínez-Roig y Fernando Jerez.

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