Entregadas en Países Bajos las llaves de la primera casa impresa en 3D que se puede habitar
Una pareja de jubilados holandeses estrenan un bungaló de hormigón de 95 metros cuadrados que inaugura una serie de cinco en la ciudad de Eindhoven
Una pareja holandesa de jubilados se ha convertido en la primera que ocupa una casa impresa en 3D con permiso para ser construida y habitada legalmente en Europa. Hay otras casas de esta clase, desde Francia a Moscú, y de Dubái a Estados Unidos, pero, solo en esta, el material de la estructura que la soporta ha salido también de la impresora. Se trata de un bungaló de hormigón con forma de roca pulida por la erosión, para que encaje en el paisaje arbolado del suburbio de la ciudad de Eindhoven ...
Una pareja holandesa de jubilados se ha convertido en la primera que ocupa una casa impresa en 3D con permiso para ser construida y habitada legalmente en Europa. Hay otras casas de esta clase, desde Francia a Moscú, y de Dubái a Estados Unidos, pero, solo en esta, el material de la estructura que la soporta ha salido también de la impresora. Se trata de un bungaló de hormigón con forma de roca pulida por la erosión, para que encaje en el paisaje arbolado del suburbio de la ciudad de Eindhoven (Países Bajos) donde se alza. Tiene 95 metros cuadrados, salón y dos dormitorios, y la propiedad es la primera de una serie de cinco planeadas en esa parcela de terreno. El alquiler cuesta 850 euros mensuales, y Elize Lutz (70) y Harrie Dekkers (67), los arrendatarios, aseguran que aporta una sensación de calidez tal vez poco asociada al acabado de una impresora en 3D.
La entrega de llaves a Elize y Harrie se ha convertido en un continuo posado junto a la puerta de la casa, y ellos expresaron una admiración “similar a la que podrías tener de niño ante la casa de Hansel y Gretel”. El pequeño barrio que se quiere crear con esa tecnología forma parte del Proyecto Milestone, en el que han participado la Universidad Técnica de Eindhoven y la inmobiliaria Vesteda.
La universidad ha desarrollado la tecnología, transferida luego a la firma Saint Gobain Weber Beamix, que imprimió la casa. Utilizaron un hormigón especialmente formulado que sale por el brazo robótico de la impresora en 3D, y fueron necesarias 120 horas para sumar capas y capas hasta crear los muros y el techo. Una vez completado el quinteto de viviendas, se espera que la zona semeje un jardín de esculturas en armonía con el paisaje que las rodea.
El hormigón es un material de construcción formado por un aglomerante, que suele ser el cemento, mezclado con áridos, agua y aditivos. “Lo que distingue a esta casa de Eindhoven de otras iniciativas similares es que el material impreso en 3D es también el estructural, y ha recibido permiso oficial para ello. Obtener hormigón deja una gran huella climática por la emisión de CO2 y debemos ser más sostenibles. Una forma de lograrlo es diseñando estructuras más complejas y aplicándolo solo donde sea necesario desde el punto de vista estructural”, cuenta Theo Salet, catedrático de Diseño Estructural de Estructuras de Hormigón en la universidad Técnica de Eindhoven, que ha participado en el proyecto. Y apunta que se pueden agregar otros materiales a la producción de hormigón para que contamine menos, “cuya obtención sea propia de cada país que quiera construir así”.