La petrolera YPF logra un acuerdo con sus acreedores y evita el ‘default’

La empresa, que ha puesto en venta por 400 millones de dólares su sede social, podrá concentrarse a partir de ahora en reactivar la explotación de sus yacimientos en Vaca Muerta

La sede central de la petrolera argentina YPF, en Buenos Aires.Enrique Marcarian (Reuters)

YPF evitó el “default”. La empresa petrolera argentina logró un acuerdo con sus acreedores para aplazar los vencimientos de deuda más inmediatos. La negociación, prorrogada cuatro veces y concluida este jueves por la noche, puede ser el modelo a seguir para otras sociedades que, como YPF, no pueden hacer frente a sus pagos de deuda en divisa porque el Banco Central, con las reservas bajo mínimos, no les facilita los dólares necesarios.

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YPF evitó el “default”. La empresa petrolera argentina logró un acuerdo con sus acreedores para aplazar los vencimientos de deuda más inmediatos. La negociación, prorrogada cuatro veces y concluida este jueves por la noche, puede ser el modelo a seguir para otras sociedades que, como YPF, no pueden hacer frente a sus pagos de deuda en divisa porque el Banco Central, con las reservas bajo mínimos, no les facilita los dólares necesarios.

La petrolera argentina, casi centenaria (fue fundada en 1922), se encuentra en una situación complicada. Carga con una deuda superior a 6.200 millones de dólares y su valor bursátil apenas supera los 1.500, pese a la subida de las acciones en los últimos días. En 2019 registró unas pérdidas de 33.379 millones de pesos (cerca de 370 millones de dólares) y en 2020, un ejercicio aún no cerrado, sufrió el impacto de la pandemia y la paralización económica.

Pese a todo, YPF disponía de liquidez suficiente para afrontar un vencimiento de 412,6 millones de dólares el próximo 23 de marzo. Quien no dispone de liquidez suficiente, en divisas, es el Banco Central. El pasado 17 de diciembre, la autoridad monetaria avisó a la empresa petrolera de que no podría cambiarle de pesos a dólares la cantidad necesaria. Eso obligó a YPF a iniciar una negociación contra el reloj con sus acreedores.

En un primer momento, YPF intentó renegociar toda su deuda. Los acreedores, encabezados por fondos de inversión gigantescos como BlackRock y Fidelity, rechazaron de plano la propuesta. Las cosas se complicaron aún más con un inesperado relevo en la presidencia de YPF, el 51% de cuyo capital pertenece al Estado. A mediados de enero, Guillermo Nielsen fue sustituido por Pablo González, un diputado de Santa Cruz muy cercano a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Circularon intensos rumores sobre una nacionalización inminente, que el ministro de Economía, Martín Guzmán, tuvo que desmentir de forma oficial.

La situación se calmó después de que YPF aceptara renegociar solo los tramos de deuda más cercanos. Su oferta final incluía pagos en efectivo (408 dólares por cada bono con un valor nominal de mil dólares) y nuevas emisiones de bonos, con un interés anual del 4,5% hasta finales de 2022 y 9% a partir de entonces. Los acreedores dieron un “sí” sobradamente mayoritario.

YPF, que ha puesto en venta por 400 millones de dólares su sede social, un rascacielos en el lujoso barrio bonaerense de Puerto Madero, podrá concentrarse este año y el próximo en reactivar la explotación de sus yacimientos en Vaca Muerta. Pero se da por seguro que otras grandes empresas argentinas se encontrarán pronto en una situación similar: no podrán hacer frente a sus pagos en divisas porque, aunque tengan los pesos necesarios, el Banco Central no estará en condiciones de traducirlos en dólares. Habrá nuevos procesos de renegociación de deuda empresarial en el futuro inmediato, mientras el Gobierno, que ya consiguió reestructurar la deuda con los acreedores privados, negocia ahora con el Fondo Monetario Internacional para aplazar la devolución de una deuda de 44.000 millones de dólares.

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