Facturar un millón de euros criando lombrices
Nostoc Biotech fabrica biofertilizantes que protegen los cultivos
A Enrique Cat se le encendió la bombilla en clase de zoología, cuando estudiaba la carrera de Biología. El profesor comentó la habilidad de las lombrices para transformar el material en descomposición en abono para las plantas. “Me quedé fascinado”, recuerda Cat. El comentario del profesor cambió el rumbo de su vida. Dejó Biología por el grado de Liderazgo, Emprendimiento e Innovación y se puso a investigar por su cuenta. Con una idea y un powerpoint bajo el brazo, Cat conoció al experto en lombrices Guillermo Herrero y, junto...
A Enrique Cat se le encendió la bombilla en clase de zoología, cuando estudiaba la carrera de Biología. El profesor comentó la habilidad de las lombrices para transformar el material en descomposición en abono para las plantas. “Me quedé fascinado”, recuerda Cat. El comentario del profesor cambió el rumbo de su vida. Dejó Biología por el grado de Liderazgo, Emprendimiento e Innovación y se puso a investigar por su cuenta. Con una idea y un powerpoint bajo el brazo, Cat conoció al experto en lombrices Guillermo Herrero y, juntos, la desarrollaron. En 2014, Cat con 26 años y Herrero con 52 fundaron Nostoc Biotech, una compañía pionera en la fabricación de biofertilizantes a base de microorganismos procedentes del humus de lombriz. Seis años después y tras una ronda de financiación de 1,5 millones de euros del Fondo Bolsa Social, acaban de inaugurar la mayor planta de lombricultura de Europa en Cáceres, donde prevén producir 20.000 toneladas de humus de lombriz al día.
La idea tiene más de 2.000 años. Estos “intestinos de la tierra”, como los definió Aristóteles, cavan túneles y digieren el material en descomposición, lo enriquecen con microorganismos que tienen en su propio estómago y lo convierten en abono de alta calidad. “Hasta ahora no había una empresa que ofreciera un producto estabilizado, con los controles de calidad pertinentes y a un precio razonable en el mercado; eso es lo que hemos hecho nosotros”, resume Cat. Para conseguirlo, los dos socios pusieron sobre la mesa lo que mejor sabían hacer: uno, su visión empresarial y sus conocimientos de biología; otro, más de 15 años de experiencia en proyectos industriales de humus de lombriz sólido.
“Necesitábamos hacer un humus especial, perfecto, que tuviera un equilibrio constante en cuanto a los resultados analíticos”, argumenta Herrero. Los dos empresarios han investigado profundamente a las lombrices y sus capacidades microbiológicas para reparar el suelo y prevenir plagas y enfermedades en colaboración con centros de investigación y universidades. Así, han perfeccionado el sistema para transformar una agricultura sobrecargada de químicos en una actividad sostenible y muy rentable en todo tipo de cultivos, sobre todo en invernadero ya que sus principales clientes están en Almería y Murcia. “La producción aumenta un 16% de media en los cultivos hortícolas que utilizan nuestros productos, según entidades independientes”, indica Cat.
En 2019, la compañía, con 20 empleados, facturó 750.000 euros. La construcción de la nueva planta les ha dejado en pérdidas de 230.000 euros y este año su previsión de ventas alcanza el millón de euros. “España es el primer productor europeo de fruta y verdura ecológica, por eso hemos crecido tanto”, dice Cat. Su objetivo ahora es encontrar distribuidores para ampliar su base de clientes. “Los distribuidores se dan cuenta de que su cliente final demanda cada vez más producto ecológico”.