Señales cíclicas
En los mercados financieros se vuelve a confiar en el ciclo económico. Confiemos en que no se vuelvan a equivocar
En las últimas semanas se han producido dos acontecimientos de una enorme relevancia para la evolución del ciclo económico mundial. Por un lado, la derrota de Donald Trump en las elecciones de EE UU. Por el otro, el anuncio de avances en el desarrollo de vacunas contra el coronavirus. La reacción ...
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En las últimas semanas se han producido dos acontecimientos de una enorme relevancia para la evolución del ciclo económico mundial. Por un lado, la derrota de Donald Trump en las elecciones de EE UU. Por el otro, el anuncio de avances en el desarrollo de vacunas contra el coronavirus. La reacción de los mercados ha sido virulenta, con un saldo neto histórico en algunas variables. Alguna similar a lo que sucedió en la primera quincena de marzo. Ocho meses después se generaliza una clara mejora en el sentimiento cíclico a la que han vuelto a contribuir los bancos centrales, que reiteran su prioridad de reactivar el crecimiento sin que les preocupen las potenciales presiones inflacionistas. Es más, insisten en que ahora su objetivo es un mayor aumento de las tasas de crecimiento del IPC para así compensar una década en la que han sido inferiores a los objetivos (y, de paso, aliviar en términos reales la elevada deuda nominal de los Estados).
Es muy interesante repasar las señales cíclicas que emiten los mercados. Comenzando por el de renta fija, lo más destacado es el aumento de pendiente en la curva de deuda pública de EE UU. La referencia a 10 años ha situado su TIR en el 0,90%, mientras que la de 2 años está anclada en el 0,15%. La curva muestra una pendiente positiva de 75 puntos básicos (lo que supone regresar a los niveles de hace tres años) y marca un punto de inflexión respecto a los niveles nulos del verano de 2019. También es relevante el protagonismo de las expectativas de inflación en el aumento de los tipos de interés. El punto de inflexión a 10 años en EE UU se sitúa ya en el 1,73%, frente al 0,60% en marzo. La curva del euro no genera las mismas señales cíclicas (la pendiente es de 20 puntos y el break even se sitúa en el 0,80%).
Es en nuestro mercado de renta variable donde se han producido los movimientos más relevantes. Así, destaca la rotación desde los sectores defensivos y con sesgo growth, como utilities o tecnología, hacia aquellos más vinculados al ciclo y con sesgo value, a su vez los más castigados en el año, como bancos o energía. El reflejo lo tenemos en los índices europeos, con mayor predominio de estos sectores, que, de esta forma, reducen en parte el diferencial de rendimiento en el año frente a los estadounidenses. Pero estos todavía muestran una mucho mejor evolución (el S&P 500 y el Nasdaq ganan en 2020 un 10% y un 35%, respectivamente, frente al -7%-16% del Eurostoxx y del Ibex). En conclusión, los movimientos en estas últimas dos semanas lanzan un claro mensaje: en los mercados financieros se vuelve a confiar en el ciclo económico. Confiemos en que no se vuelvan a equivocar. Porque, igual que los mercados han descontado diez de las últimas tres recesiones, han anticipado diez de las últimas tres recuperaciones.
David Cano y Álvaro López son profesores de Afi Escuela de Finanzas.