Jitse Groen (Just Eat Takeaway): “Es de locos que nuestros rivales valgan miles de millones sin ser rentables”
El emprendedor holandés, que tras la fusión de ambas compañías dirige un gigante del ‘delivery’, considera que la industria ha entrado en una fase de consolidación que dejará “secos” a algunos de sus competidores
Es difícil encontrar a un joven empresario del ámbito digital que no tenga pelos en la lengua ni se pierda en tecnicismos de escuela de negocios. Quizá por su particular trayectoria personal, Jitse Groen, actual consejero delegado de la multinacional Just Eat takeaway.com, da la impresión de ser este tipo de empresario. Groen (Países Bajos, 1978) lleva en este cargo pocos meses, después de que el pasado mes de abril se oficializara la fusión entre Just Eat y la empresa que él fundó en el año 2000, ...
Es difícil encontrar a un joven empresario del ámbito digital que no tenga pelos en la lengua ni se pierda en tecnicismos de escuela de negocios. Quizá por su particular trayectoria personal, Jitse Groen, actual consejero delegado de la multinacional Just Eat takeaway.com, da la impresión de ser este tipo de empresario. Groen (Países Bajos, 1978) lleva en este cargo pocos meses, después de que el pasado mes de abril se oficializara la fusión entre Just Eat y la empresa que él fundó en el año 2000, takeaway.com. El resultado es un gigante del sector del delivery que está valorado en 15.000 millones de euros, y que puede ser aún mayor si culmina la fusión con la compañía estadounidense Grubhub. De momento, ya es líder en la mayor parte de países de Europa, también en España, donde estos días cumple diez años de actividad, y donde quiere seguir invirtiendo para alejarse aún más de su competidor, Glovo.
La fusión entre Just Eat y takeaway.com se gestó durante meses, se anunció en agosto de 2019, pero no fue hasta el pasado mes de abril, en plena pandemia de coronavirus, cuando se hizo oficial. En todo el proceso, Groen ha pilotado la transición a través de plataformas de comunicación virtual y videoconferencias. “Todavía no conozco personalmente a la gente de Just Eat España, hemos hecho toda la fusión por Zoom. Es muy remarcable ver todo lo que está pasando en este sentido, y como Internet está entrando aún más en todos los ámbitos de la vida”, explica Groen, también por videoconferencia.
La pandemia ha acelerado la penetración del comercio electrónico en los hábitos de consumo, y ha aupado aún más a un fenómeno ya en auge, el reparto de comida a domicilio. En el año 2000, sin embargo, no era tan evidente. “Yo estaba estudiando en la universidad, y en una fiesta de pronto teníamos hambre y nada para comer. Me enfadé porque queríamos comida de un restaurante chino que no se anunciaba en Internet y tampoco cogía el teléfono. Ahí tuve la idea, que tardó 30 segundos en aparecer, pero me costó seis meses empezar y siete años consolidar la empresa”, relata. Así se fundó la web thuisbezorgd.nl, un dominio con nombre holandés que, años después, cambiaría a takeaway.com para entrar en otros mercados. “Empezamos en Holanda, un país muy bueno para el delivery porque la comida casera es muy mala, llueve mucho y aunque fuera al principio de los 2000, la mayoría ya tenía Internet. Competimos con 40 empresas que habían tenido la misma idea. No es una idea tan complicada”, admite.
Historial de compras
De ahí pasaron a Bélgica y Alemania, país en el que en 2013 compraron una empresa y en 2019 adquirieron el negocio de Delivery Hero en la región. Mientras, Just Eat, fundada por Jesper Busch en Dinamarca, se trasladó al Reino Unido e inició una carrera meteórica en el liderazgo del reparto a domicilio, que en España cristalizó en 2016 con la compra de La Nevera Roja después de una dura guerra entre competidores. “Fueron muy inteligentes, siempre estuve interesado en esta compañía, y ellos siempre quisieron comprar la mía, pero yo me negaba”, detalla Groen.
Con la fusión, Just Eat takeaway.com se ha convertido en líder en casi toda Europa, con la excepción de Francia, Portugal y Noruega, y en otros países del mundo. Donde lideran con claridad es en el Reino Unido, Alemania, Canadá y Holanda. “Ahora lo más importante es firmar con todos los restaurantes de estos países, pero para ello necesitamos tener más gente de ventas y mejorar la plataforma”, explica Groen.
El grupo tiene 50 millones de usuarios en el mundo, presencia en 25 países y más de 8.000 empleados. En el primer semestre de este año, procesó 257 millones de pedidos (un 30% más que la actividad de las dos compañías en el mismo periodo del año anterior) y facturó cerca de 1.000 millones de euros (un 44% más). Sin embargo, registró pérdidas por valor de 158 millones como consecuencia de los gastos de la fusión y de la propuesta que han lanzado a Grubhub. La fusión con este último grupo, anunciada en junio por más de 6.100 millones de euros, aunque culminará a finales de 2021, puede situar al grupo resultante como el líder indiscutible del delivery fuera de China (único país donde opera la compañía Meitual, con 600 millones de usuarios declarados) y alejarse de su principal competidor, Uber.
El modelo de negocio de Just Eat takeaway.com es distinto que el de muchos de sus competidores. El 90% de la facturación viene del servicio que presta como plataforma online que conecta al usuario con el restaurante, que es quien contrata a sus repartidores. El 10% restante viene de las ventas que se realizan con repartidores propios de la plataforma. “La diferencia es que la primera parte es rentable, mientras que la otra no lo será nunca”, explica el consejero delegado. Competidores como Glovo, Deliveroo o Uber Eats centran su negocio en las ventas que realizan los repartidores, que además trabajan como autónomos. En cambio, Just Eat se caracteriza por contratar a los repartidores.
“Sé que somos los únicos que tenemos la filosofía de ser rentables. Creo que no estamos equivocados. Muchos competidores no saben crear rentabilidad, aunque digan que sí, y es de locos que valgan miles de millones de euros. Con esta manera de hacer, a la larga, si eres grande, estarás bien, pero si no, tendrás un problema”, señala. Groen considera que el negocio ha entrado en una fase de consolidación que dejará “secos” a algunos competidores.
También en España, donde considera que Glovo, empresa que no tiene interés de comprar, “tiene muchos problemas de logística, rentabilidad y muchos litigios”. La start-up española está valorada en más de 1.000 millones de euros, pero arrastra muchos problemas con la justicia por su modelo laboral. Esta semana, la Inspección de Trabajo le ha obligado a dar de alta a 11.000 repartidores y a pagar una multa de 16 millones de euros. Groen defiende que no es su modelo: “Nosotros nunca pensamos en usar el modelo de freelance, porque no es legal. Tenemos un gran negocio, ¿realmente voy a poner a gente en bicis sin asegurarlos? Nos cuesta el doble, pero estamos cumpliendo la ley, y me alegra que los jueces hagan algo aquí”.