Trabajadores de la fábrica de Nissan en la Zona Franca de Barcelona: “Nos han dejado morir”
Una concentración de centenares de empleados corta las vías de acceso a la fábrica de la capital catalana tras el anuncio de su cierre
No por esperada, anunciada e imaginada la decisión de cerrar la fábrica de Nissan en Barcelona ha dejado de ser dura. Desde primera hora de la mañana de este jueves, centenares de trabajadores se han concentrado alrededor de la centenaria fábrica de coches, en la Zona Franca, para protestar contra la noticia que ya corría como la pólvora en los grupos de WhatsApp: ...
No por esperada, anunciada e imaginada la decisión de cerrar la fábrica de Nissan en Barcelona ha dejado de ser dura. Desde primera hora de la mañana de este jueves, centenares de trabajadores se han concentrado alrededor de la centenaria fábrica de coches, en la Zona Franca, para protestar contra la noticia que ya corría como la pólvora en los grupos de WhatsApp: las nuevas condiciones de la alianza entre Renault, Nissan y Mitsubishi han terminado de dar la puntilla a la planta barcelonesa. A las diez de la mañana, los responsables de la multinacional japonesa han comunicado que en diciembre se cerrará definitivamente la fábrica barcelonesa, dejando en la calle a más de 3.000 empleos directos y afectando a un total de 20.000 empleados entre directos e indirectos. Los trabajadores han reaccionado con el anuncio de protestas para que la multinacional rectifique los planes: “Nos han dejado morir, y esto no lo podemos consentir”.
Las proclamas, los coches aparcados en la calzada para cortar las calles y los neumáticos ardiendo a las puertas de la histórica fábrica de Nissan Motor Ibérica no han podido esconder la sensación de impotencia que comparten muchos trabajadores. Impotencia porque llueve sobre mojado, y los avisos de que podía ocurrir vienen de lejos. “Es una noticia muy dura. Se sabía, nos lo imaginábamos, pero nunca piensas que va a ser verdad. Somos muchas familias que nos podemos quedar en la calle, y sentimos impotencia y mucha rabia”, explica Cristina Montero, de 43 años, con una hipoteca a cuestas y madre soltera. Lleva 15 años en la empresa, primero en la cadena de montaje y en los últimos años en la sección de movimiento de materiales.
Impotencia de los trabajadores
La sensación en la que coinciden todos los trabajadores la ha resumido el presidente del comité de empresa, Juan Carlos Vicente, tras la reunión con la dirección: “Nos han dejado morir, y nosotros llevábamos muchos años avisando, que nos estaban quitando coches y se los llevaban a las fábricas de Francia o Inglaterra”, lo que hacía perder competitividad a la planta barcelonesa. La fábrica, en los últimos meses, estaba a un 20% de su capacidad después de que se retiraran varios modelos.
“Nos han dicho que ni dándonos un coche podemos llegar a ser competitivos. No quieren seguir manteniendo Barcelona, pero eso no lo podemos permitir, lo vamos a revertir”, ha afirmado Vicente, que reclama la implicación de las Administraciones. Según el presidente del comité, el coronavirus no ha hecho más que acelerar los acontecimientos. “Pero mañana y cada día seguirán las concentraciones. Nissan se tiene que quedar”, ha señalado.
La esperanza de que Nissan rectifique y busque un nuevo plan de viabilidad para la planta barcelonesa, o que el Gobierno encuentre una formula para mantener los puestos de trabajo, es lo único que queda a los trabajadores, aunque no todos lo ven tan fácil. “Llevábamos muchos años yendo mal, y ahora ha sido un colapso de todo”, explica José Antonio Pina, tras 21 años en la empresa como empleado de la planta de carrocería. Se ha enterado de la confirmación de la noticia por los mensajes de compañeros, y ha acudido rápidamente a la concentración: “Tenemos que estar todos juntos”.
Su compañero Álex Navarro, que ha estado 16 años en la planta de montaje, es más optimista: “Ahora empieza la negociación, y es cuando tenemos que apretar”, afirma, aunque reconoce que la noticia es un golpe muy duro para todos. “El problema es que durante años la fábrica ha ido perdiendo peso, no llegaban modelos, y veíamos que se los daban a la fábrica de Inglaterra”, explica Navarro, que en la cadena de montaje participaba en la producción de la furgoneta NV-200. “El siguiente modelo de la furgoneta ya no nos lo adjudicaron aquí, así que estaba todo claro”, señala. Este trabajador está todavía en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a causa del coronavirus.
Después de la concentración a las puertas de la fábrica, que se ha llevado a cabo también en los demás centros de trabajo de Nissan en Cataluña, los trabajadores han decidido llevar la protesta más allá de sus instalaciones y han cortado la Gran Vía y varios accesos de la Zona Franca. Las concentraciones y protestas continuarán en los próximos días, según han avisado los representantes de los trabajadores. “Nissan se tiene que quedar, dependemos de ello más de 20.000 familias. Todos tenemos que estar unidos, y luchar para que Nissan no sea la punta de lanza de muchas otras”, ha dicho el presidente del comité de empresa.