El coronavirus y el petróleo noquean las Bolsas asiáticas
El precio del crudo alcanza mínimos históricos y provoca una ola de números rojos
El coronavirus y el petróleo han noqueado este lunes a las Bolsas asiáticas. A la epidemia global, que ya deja más de 3.000 muertos y 100.000 infectados en todo el mundo, se suma el inminente estallido de una guerra de precios después de que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no lograran alcanzar un acuerdo para recortar la producción el pasado viernes. El valor del crudo se hundió el domingo, en algunos momentos hasta un...
El coronavirus y el petróleo han noqueado este lunes a las Bolsas asiáticas. A la epidemia global, que ya deja más de 3.000 muertos y 100.000 infectados en todo el mundo, se suma el inminente estallido de una guerra de precios después de que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no lograran alcanzar un acuerdo para recortar la producción el pasado viernes. El valor del crudo se hundió el domingo, en algunos momentos hasta un 31%, la caída más acusada desde la Guerra del Golfo en 1991.
Los inversores asiáticos han mostrado hoy lunes su preocupación ante la volatilidad del escenario y, en consecuencia, las bosas de la región han comenzado la semana con un desplome generalizado. En Japón, el Nikkei 225 se ha dejado un 5,07% hasta cerrar por debajo de los 20.000 puntos, su peor resultado desde enero de 2019. El Topix, por su parte, ha perdido un 5,61%, profundizando la tendencia negativa del último mes que le ha llevado a perder un cuarto de su cotización desde principios de febrero.
Este descenso se ha visto espoleado por la actualización esta mañana de los datos macroeconómicos del país nipón para el último trimestre del 2019, los cuales muestran un retroceso del -7,1% en términos anuales con respecto al periodo anterior. La enmienda oficial del Gabinete ha oscurecido el cuadro: la tasa previa era de un -6,3%.
En la otra costa del Mar de la China Oriental, el revolcón ha sido del 3,01% en Shanghái y del 4,09% en Shenzhen. Ambos índices se alinean así con la realidad, después de que las bolsas del gigante asiático protagonizaran la semana pasada subidas del 2% hasta completar un crecimiento medio del 10% en el último mes. Esta escalada se alimenta del optimismo generado por la ralentización del avance de la Covid-19: el domingo, el país registró apenas 44 nuevos casos, la cifra oficial más baja desde que se destapara la crisis sanitaria el pasado mes de enero. La aparición de esta esperada meseta y el trasvase del foco a Europa había hecho de China, hasta hoy, un destino atractivo para el capital internacional.
Pese a todo, la etapa dolorosa del impacto económico todavía está por llegar. Según los datos de comercio exterior para los meses de enero y febrero, publicados a lo largo de este fin de semana, las exportaciones chinas se redujeron un 17,2% con respecto a un año atrás. Esta cifra evidencia una regresión a niveles equiparables a los de la crisis financiera de 2008. En esos dos meses, China registró un déficit comercial por valor de 6.220 millones de euros.
Mientras tanto, el Hang Seng de Hong Kong se dejaba un 4,26%. Los últimos en cerrar, a las 4 de la tarde hora local, han certificado que ningún país de la región iba a escapar a la ola bajista: el surcoreano Kospi ha caído un 4,19% y el singapurense Straits Times, un 6,06%. La mala racha ha llegado hasta Australia, donde el S&P/ASX 200 se ha contraído un 7,33%; lo que supone un derrumbe del 24% en apenas dos semanas. Dada la magnitud de las pérdidas, es previsible que la jornada europea y americana se rija por el mismo patrón: en un mundo globalizado también los números rojos son epidemia.