EN COLABORACIÓN CON IFEMA

Los nuevos caminos del calzado

El gran evento de la industria, ShoesRoom by Momad, quiere conquistar a compradores del 20 al 22 de septiembre en Madrid

Imagen de la última edición de ShoesRoom by Momad. 

El calzado español empieza a dar algunos tropiezos. En el último año, las exportaciones (tanto en número de pares como en valor de comercialización) se han reducido, mientras que la producción ha logrado un escueto repunte (del 0,8%) que no emociona a los integrantes de la industria. Las causas de este traspié son variopintas. Van desde la desaceleración de la economía mundial y la salida del Reino Unido de la UE, hasta una transformación digital que no termina de cuajar entre las empresas del sector. A pesar de este escenario, las compañías siguen siendo optimistas y buscan retomar el paso. L...

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El calzado español empieza a dar algunos tropiezos. En el último año, las exportaciones (tanto en número de pares como en valor de comercialización) se han reducido, mientras que la producción ha logrado un escueto repunte (del 0,8%) que no emociona a los integrantes de la industria. Las causas de este traspié son variopintas. Van desde la desaceleración de la economía mundial y la salida del Reino Unido de la UE, hasta una transformación digital que no termina de cuajar entre las empresas del sector. A pesar de este escenario, las compañías siguen siendo optimistas y buscan retomar el paso. La estrategia es simple: atacar al mercado con diseños originales y llevarlos más allá de las fronteras europeas, a donde actualmente va el 79% de las ventas foráneas de zapatos españoles.

“Estamos en un momento complejo y con muchos cambios, pero el sector sigue innovando”, dice Imanol Martínez, director de marketing y expansión internacional en la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice). Muestra de ello es el ShoesRoom by Momad, el evento internacional organizado por Ifema que se celebrará del 20 al 22 de septiembre. En dicha cita, que va por su segunda edición del año, participarán 110 marcas y más de 2.000 compradores. “Nuestro objetivo está puesto en los profesionales de la moda que verán las colecciones primavera-verano 2020 de las firmas asistentes”, destaca Martínez.

“El evento nos permite tomar el contacto y el pulso directo de los clientes profesionales”, comenta Germán Navarro, el consejero delegado de Gioseppo, una empresa con más de 25 años de historia que vende sus productos en 80 países y que acudirá a la cita. “En ShoesRoom by Momad también podemos interactuar con las redes comerciales, con equipos de marketing y de dirección general, y así conocer sus necesidades y las tendencias en el mercado. Las marcas estamos obligadas a caminar junto con el canal de ventas”, comenta.

Acompañar al distribuidor se ha convertido en una de las mejores armas de los fabricantes. “Al cliente hay que darle lo que pide”, arguye Ignacio Ñiguez, consejero delegado de Kanna, una empresa que nació en los años 90 y que ha vivido en carne propia la transformación del sector. “En nuestro caso, antes solo hacíamos zapatos de verano [su producto estrella es la alpargata], pero desde hace algunos años apostamos también por el calzado de otoño-invierno”, recalca el representante de la compañía. Esta diversificación no es casual. “La industria es muy sensible a cualquier tipo de cambio y se transforma continuamente”, dice Martínez.

Un evento distinto

Este cambio también ha llegado a ShoesRoom by Momad. Desde su primera edición, en marzo pasado, se celebró en un formato de sala de exposición con pequeños expositores que para las marcas participantes tienen un coste de inversión menor al de una feria tradicional. Aquí, el producto es el gran protagonista, pues se expone en un espacio más cercano al cliente, explican los organizadores.

En la cita de la próxima semana (que se llevará a cabo en La Nave, un moderno escenario industrial fuera de los recintos de Feria de Madrid) acudirán firmas como Wonders, Pons Quintana, Exé, Sison, Alma de Candela, Gaimo, Callaghan y Pretty Ballerinas, entre otras. Todas ellas buscan el fortalecimiento de la relación con el comprador.

El objetivo es echar adelante las cifras del sector. Durante el año pasado, las empresas de calzado español vendieron productos por valor de 2.652 millones de euros (un 0,5% menos que en 2017) y un total de 152,2 millones de pares (un 3,6% menos que un año antes). Estos descensos se explican por las caídas en valor (un 3,64% menos) como en volumen (un 4,92% menos) de las exportaciones a los países de Europa, donde se venden casi ocho de cada 10 pares que van al exterior, según los datos de Fice.

De acuerdo con Fice, Francia, Italia (que en los últimos cinco trimestres ha intercalado dos caídas, dos estancamientos y solo una leve subida en su PIB); Alemania (cuya economía ha venido desacelerándose en el último año y que actualmente bordea la recesión) y Portugal son los cuatro principales mercados europeos de exportación del calzado español. Todos ellos han demandado en 2018 una menor cantidad de zapatos en comparación con 2017.

Reino Unido (que protagoniza los informativos con las noticias de una posible salida abrupta de la UE el 31 de octubre) ocupa el sexto lugar en ventas en la zona y su historia no ha sido distinta. Las exportaciones al mercado británico han alcanzado los 184,7 millones de euros. Los datos reflejan un descenso de las ventas del 2,7% en valor a pesar del aumento del 3,5% que se dio en el número de pares, que llegaron a los 10 millones, según las cifras ofrecidas por Fice.

“Los vaivenes que ha tenido la libra han afectado a las exportaciones”, explica Martínez. Por el contrario, el calzado español potenció su presencia fuera de las fronteras europeas. En EE UU, las ventas han aumentado un 9,5% en valor, pero caen ligeramente en volumen (un 0,7%). El precio medio de exportación está en 16,7 euros, y el de Norteamérica es uno de los más elevados: 51,37 euros por par.

En tanto, en el mercado chino los datos reflejan buenas noticias para el sector, con un aumento del 32,7% en valor y del 16% en pares. “La diversificación de los mercados es clave en la industria”, dice el portavoz de Fice. Para 2019, el panorama no es esperanzador. “Creemos que será peor que en 2018”, afirma Martínez. ¿La razón? La atonía económica, un incremento en las tensiones políticas que afectarán al intercambio de mercancías y una creciente competencia de los países asiáticos, que ganan fuerza en el mercado con una producción en masa y a bajo coste.

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