La consultora Cink, un trampolín a la innovación

Una empresa factura 1,2 millones aplicando el modelo de trabajo de las ‘start-ups’ a multinacionales

Madrid -

Navegamos en la economía de lo etéreo (la nube, la comunicación virtual, el big data), con costes y beneficios muy reales. Las consultoras saben que el potencial de ese negocio no se puede despreciar en un momento en que una legión de empresas busca respuestas a estas transformaciones. Sergio Cortés es uno de los que han sabido verlo.

Sergio Cortés, consejero delegado de Cink.MASSIMILIANO MINOCRI

Ingeniero industrial con un extenso currículo en formación (máster en Business Administration por ESADE; Executive Program for Growing Companies en la Universidad de Stanford en California y diplomado por el Entrepreneurship Center del MIT), Cortés decidió en 2008 reorientar su carrera hacia el mundo de la innovación. Fue después de trabajar en Francia en el estudio del arquitecto Jean Nouvel y de ver crecer y morir la burbuja inmobiliaria desde Barcelona, donde diseñaba estructuras. Una reflexión personal le hizo cambiar de paso y fundar Ci...

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Ingeniero industrial con un extenso currículo en formación (máster en Business Administration por ESADE; Executive Program for Growing Companies en la Universidad de Stanford en California y diplomado por el Entrepreneurship Center del MIT), Cortés decidió en 2008 reorientar su carrera hacia el mundo de la innovación. Fue después de trabajar en Francia en el estudio del arquitecto Jean Nouvel y de ver crecer y morir la burbuja inmobiliaria desde Barcelona, donde diseñaba estructuras. Una reflexión personal le hizo cambiar de paso y fundar Cink, su consultora que aplica el modelo de innovación de las start-ups a cualquier compañía. “Cink conecta con algo que me motiva, en aquel momento tenía un interés enorme en utilizar la web 2.0, que ahora parece la prehistoria, la parte editorial de Internet, los blogs”. Visualizó el cambio que se iba a dar: el paso de webs estáticas a participativas, vehiculadas por las redes sociales.

Impulso global

» Competencia. Opinno, Seidor o Lantern son consultoras que han enfocado su negocio a las nuevas tecnologías y a la implantación de estrategias para la digitalización. Las grandes consultoras también tienen divisiones de negocio específicas.

» Metas. Su meta es sistematizar el modelo de Cink y exportarlo a otros países, en especial Latinoamérica.

Cink surgió como una respuesta amateur para que las empresas explorasen oportunidades para posicionarse, innovar. “Ese es nuestro ADN. Al principio el mercado estaba muy enfocado al marketing y la comunicación digital. Nosotros proponemos explorar oportunidades de innovación en el mundo digital para que las empresas las aprovechen antes que sus competidores”. Lo hacen apoyando la transformación digital de cualquier firma con el uso de herramientas, desde los datos a los wearables (dispositivos que se pueden llevar encima, como los relojes inteligentes). “Lo que hacemos es identificar tendencias que las empresas pueden seguir y desarrollar servicios para aprovecharlas. Intentamos incorporar el sello emprendedor a las grandes compañías”. Eso, que parece difícil de concretar, les reportó unos ingresos de 1,2 millones de euros en 2014. Entre sus clientes están el Banco Santander, el Fútbol Club Barcelona, Movistar o empresas de seguros como Allianz o DKV. “Actualmente las compañías grandes encuentran una dificultad: lo rápido que va todo en la era digital. Cink propone métodos que utilizan las start-ups que están cambiando la humanidad, como Google, Facebook, Uber… Trasladamos esos modos a compañías con negocios consolidados”.

Analizan una serie de ejes de trabajo, como la cultura laboral, la relación de la empresa con sus clientes, el modelo de negocio, y ayudan a interpretar para ellas los fenómenos de la economía colaborativa. “Lo hacemos sin olvidar que las empresas tienen una dinámica que funciona. Porque no lo vemos como un cambio, sino una adaptación”. Pone como ejemplo el sector bancario, que no puede olvidarse de sus puntos de atención físicos, las sucursales, por mucho que la tecnología esté revolucionando la relación con los clientes.

Cink empezó como una empresa de cinco socios que fue evolucionando hasta que en 2010 lanzó su primera ronda de financiación. “Entraron inversores privados que nos ayudaron a crecer y estabilizarnos”, señala Cortés. Apostaron entonces por una estrategia que falló: pensaron que las compras en la web se iban a canalizar por las redes sociales y desarrollaron productos a medida. “En 2012 empezamos a abandonar ese concepto… Vamos aprendiendo”, sonríe. Ahora enfocan sus estrategias en públicos como los millenials. “Las relaciones de un paciente con un hospital van a ser las que quiera un millenial de aquí a 10 años. Hemos gestionado para varias empresas programas de incubación, aceleración… con personas con talento que ven la sociedad digital de forma más clara y que marcarán cómo van a trabajar las empresas en los próximos 10 años en sectores de consumo, retail, banca, seguros… Los jóvenes van a hacer una disrupción”.

Inversores privados

Son 15 trabajadores entre ingenieros, desarrolladores, periodistas o economistas, todos apasionados por la innovación y la tecnología y con un perfil joven. “Nuestro modelo de consultoría se basa en el codiseño con los clientes. Airbnb, Uber y Tesla son empresas que han triunfado porque tienen una propuesta de valor disruptiva y a partir de ahí van pivotando en función de las necesidades de usuario. Ese tipo de innovación es la que proponen estas metodologías”.

Cink ha dado entrada en el capital a la consultora de comunicación Llorente y Cuenca, que en septiembre del año pasado compró el 60% de la empresa de Cortés. “Con esta operación nos convertimos en la firma de innovación digital más grande que hay. Los resultados todavía están empezando a verse. Nuestros procesos de maduración son lentos”, señala su consejero delegado.

Ahora mismo trabajan en un proyecto para escalar el modelo de la empresa y exportarlo a Latinoamérica aprovechando la presencia allí de la consultora de comunicación. Están, dicen, viviendo una situación de mercado en plena ebullición. “Las grandes consultoras de negocio y estrategia que han visto en la transformación digital una manera de ayudar a los clientes”. Y eso debería traducirse en algo tangible: incrementos de facturación y beneficios.

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