Entrevista | Andy Stuart, presidente de NCL

“Un barco anclado en puerto es tan seguro como el mejor hotel”

La tercera naviera mundial construye un crucero sólo para el mercado chino

Andy Stuart, presidente de la empresa de cruceros NCL.

Andy Stuart es presidente y director de operaciones de Norwegian Cruise Line (NCL) desde marzo de 2015. Llegó al segundo puesto de la firma cuando el nuevo consejero delegado, Frank del Río, tomó las riendas de la empresa. Stuart lleva 28 años en NCL y ha ocupado muchos puestos ejecutivos desde sus inicios como comercial y responsable de marketing de la firma en su Reino Unido natal en 1988. Poco antes de cumplir los primeros 10 años en el empleo, fue fichado para trabajar en la sede de la compañía en Miami. El Norwegian Joy, cuyo coste la empresa no ha revelado, es uno de los mayores proyecto...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Andy Stuart es presidente y director de operaciones de Norwegian Cruise Line (NCL) desde marzo de 2015. Llegó al segundo puesto de la firma cuando el nuevo consejero delegado, Frank del Río, tomó las riendas de la empresa. Stuart lleva 28 años en NCL y ha ocupado muchos puestos ejecutivos desde sus inicios como comercial y responsable de marketing de la firma en su Reino Unido natal en 1988. Poco antes de cumplir los primeros 10 años en el empleo, fue fichado para trabajar en la sede de la compañía en Miami. El Norwegian Joy, cuyo coste la empresa no ha revelado, es uno de los mayores proyectos en los que se ha embarcado desde que es el número 2 de NSC.

Pregunta. ¿Por qué hacer tal inversión específica para China en un momento de desaceleración económica del país?

Respuesta. A pesar de la desa­celeración de la economía, llevamos estudiando el mercado chino y creemos que es el mejor momento para hacerlo porque el sector al que apuntamos sigue siendo fuerte. Hemos detectado mucho interés en los viajeros chinos por hacer cruceros y tienen el poder adquisitivo para embarcarse. Y además estamos construyendo un barco específico para ellos, algo que nadie más en la industria ha hecho hasta ahora. Confiamos mucho en que tendremos éxito.

P. La zona por donde se desarrollará el crucero, el mar de China Oriental, son aguas conflictivas por los roces entre Pekín y Tokio y la costa norcoreana. ¿No teme que un aumento de la tensión afecte a los viajes?

R. Los cruceros son una industria a largo plazo y los ciclos no son fáciles, siempre hay un grado de volatilidad. Pero nuestros activos, los barcos, que están por todo el mundo, se pueden trasladar a otra parte llegado el caso.

P. ¿Cómo afecta a su sector el debate de cuánto puede condicionar el terrorismo al turismo?

R. Creo que nuestra gran ventaja es que, si hay riesgo, podemos ajustarnos a los cambios con bastante rapidez. Normalmente un pasajero reserva un crucero con mucha antelación, un año antes en muchos casos, y eso nos da la posibilidad de ofrecer a ese cliente otro destino si la región elegida no es segura en el momento del viaje. Un barco anclado en un puerto es tan seguro como el más seguro de los hoteles, la diferencia es que podemos no atracar en ese puerto si lo consideramos inseguro o marcharnos de allí.

P. ¿Cree que el turismo de crucero sigue muy asociado a viajes de jubilados y gente haciendo largas colas en un bufé?

R. Desafortunadamente esa sigue siendo la imagen predominante y por eso tenemos que hacer grandes esfuerzos para demostrar cómo han cambiado los cruceros. La realidad es otra. Antes había un par de lugares para comer y tal vez un gran restaurante, pero ahora un navío tiene 29 maneras de disfrutar una comida, diferentes espectáculos que se pueden ver en Las Vegas o Londres. No es que uno va a una ciudad, es una ciudad que lo transporta a uno a otros destinos.

P. ¿Cómo prevé la industria atraer a viajeros más jóvenes?

R. Los jóvenes no van a hacer cruceros si no los hacen en sus términos, es decir, con total libertad. La flexibilidad es clave y NCL ha estado a la vanguardia de esta tendencia con su oferta de estilo libre. A esto, por supuesto, hay que añadir un entretenimiento acorde a sus expectativas y gustos. La tecnología es muy importante y la conexión a Internet sigue siendo cara y no tan rápida en un navío porque evidentemente es por satélite. Pero cada vez es mejor y más eficiente y el coste irá bajando a medida que la tecnología avance.

Sobre la firma

Archivado En