El Gobierno portugués retrasa mejoras sociales para satisfacer a Bruselas

No bajará la sobretasa para los trabajadores, lo que no gusta a sus socios comunistas y bloquistas

El ministro luso de Finanzas, Mário CentenoJOSE SENA GOULAO (EFE)

Nadie está completamente de acuerdo, así que es debe de ser un buen acuerdo. El Gobierno socialista tiene la luz verde de Bruselas y también de sus socios de izquierda en el presupuesto de Estado para 2016. Aunque todos ponen pegas. Para ello el primer ministro, António Costa, ha tenido que acceder a aplazar algunos beneficios sociales, pero sin contrariar mucho a sus socios parlamentarios del PC y Bloco de Esquerda, que le permiten gobernar

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Nadie está completamente de acuerdo, así que es debe de ser un buen acuerdo. El Gobierno socialista tiene la luz verde de Bruselas y también de sus socios de izquierda en el presupuesto de Estado para 2016. Aunque todos ponen pegas. Para ello el primer ministro, António Costa, ha tenido que acceder a aplazar algunos beneficios sociales, pero sin contrariar mucho a sus socios parlamentarios del PC y Bloco de Esquerda, que le permiten gobernar

Entre el primer borrador del presupuesto, enviado hace 10 días a Bruselas, y el actual, que tiene el visto bueno de las autoridades comunitarias, ha habido una rectificación de casi 900 millones de euros, una rebaja de las optimistas de crecimiento del PIB (del 2,1% al 1,8%), así como un mayor esfuerzo en la reducción del déficit del país (2,2% cuando hace una semana lo situaba en el 2,6%). La deuda también se rebajará al 127% del PIB.

Para ello, el grueso de los cambios se ha basado en los impuestos indirectos. Han subido los del tabaco, alcohol, combustibles, coches, bancos, fondos inmobiliarios y catastros en locales comerciales. Algunos de ellos previstos ya en el primer borrador, pero que tras el repaso de Bruselas han tenido que incrementarse, como es el caso de las tasas sobre los combustibles. Mientras los impuestos directos han bajado 2,2 puntos, los indirectos han subido 6,6, según el ministro de Finanzas.

El pan de leche ha salido malparado en la negociación. Su IVA ha pasado del 6% al 23%

Del lado de las presiones de sus socios parlamentarios, el PC y BE, las mayores reticencias vienen del retraso en la aplicación de la reducción de la llamada sobretasa, que recae sobre todo los declarantes, impuesta a raíz de la llegada de la troika. El PS llevaba en su programa la eliminación absoluta para todos. Esa idea, que suponía una caída de ingresos del Estado en más de 800 millones de euros, fue criticada por todos los partidos. Tras el acuerdo con PC y Bloco, la sobretasa solo se reducía para los trabajadores que ganaran menos de 600 euros brutos al mes (cerca de la mitad); sin embargo, esta pretensión ha caído con la última revisión del presupuesto. No se aplicará hasta 2017.

Tampoco habrá reposición de funcionarios públicos. Solo se contratará uno por cada dos bajas definitivas. El gasto públicos, según el ministro, va a bajar dos puntos en 2016.

También se ha aplazado el descenso del IVA para las bebidas. Toda la restauración tendrá una bajada del 23% al 13% a partir de julio, pero ahora quedan excluidas las bebidas alcohólicas, zumos y hasta el agua con gas. En esta negociación también ha salido perjudicado el pan de leche, que del IVA básico del 6% ha saltado al 23%. Los biscotes han corrido la misma suerte.

El Gobierno se felicita

En Berlín, donde almorzaba con Angela Merkel el primer ministro, António Costa, se ha felicitado por la aprobación del presupuesto por parte de Bruselas, "algo que algunos en Portugal no deseaban ". Merkel le ofreció todo su apoyo, reconoció el trabajo del anterior Gobierno y dijo que Portugal tenía que seguir con las reformas.

El ministro de Finanzas, Mário Centeno, calificó el presupuesto de "responsable, con la reducción del déficit y mejora de la protección social. Cumple el programa del PS y las posiciones conjuntas con PC, Bloco y Verdes, así como los compromisos internacionales".

Tras la presentación del presupuesto en la Asamblea de Portugal, el portavoz comunista, João Oliveira, destacó las mejoras sociales del presupuesto como la deducción de 550 euros por hijo, el aumento del salario mínimo, así como la actualización de pensiones o el fin a los recortes en salarios de los funcionarios, entre otros. Oliveira recordó "el chantaje y la injerencia de la Comisión Europea y de las agencias de rating" en la negociación del presupuesto.

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