Ternua avanza hacia la cumbre

El grupo vasco de ropa deportiva pone en marcha un plan de expansión internacional

Jesus Anduaga, consejero delegado de Ternua, y Jokin Umerez, director GeneralJAVIER HERNÁNDEZ

Ternua Group, la marca vasca que luce en su logo la cola de una ballena, ya está en tres continentes. La pequeña tienda de ropa de deportes que nació en Mondragón, Guipúzcoa, en 1986, se ha convertido en el primer grupo nacional con capital íntegramente español dedicado al diseño y producción de ropa deportiva outdoor, al lograr presencia en 50 países y distribución gracias a tres plataformas logísticas ubicadas en Mondragón (para la UE), Búfalo (para Estados Unidos) y Hong Kong (para Asia).

En un proceso de crecimiento e internacionalización que acaban de cimentar con la compra de la f...

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Ternua Group, la marca vasca que luce en su logo la cola de una ballena, ya está en tres continentes. La pequeña tienda de ropa de deportes que nació en Mondragón, Guipúzcoa, en 1986, se ha convertido en el primer grupo nacional con capital íntegramente español dedicado al diseño y producción de ropa deportiva outdoor, al lograr presencia en 50 países y distribución gracias a tres plataformas logísticas ubicadas en Mondragón (para la UE), Búfalo (para Estados Unidos) y Hong Kong (para Asia).

En un proceso de crecimiento e internacionalización que acaban de cimentar con la compra de la firma de calcetines termicos y técnicos Lorpen, han pasado de ser la clásica empresa familiar vasca, tradicional y muy vinculada al ámbito del País Vasco, a disponer de una estructura de negocio profesionalizada, un accionariado estable y mayoritariamente ajeno al negocio, y ambición internacional. “Y todo ello sin perder las esencias y los valores de una empresa familiar”, recalca el consejero delegado y cofundador, Jesús Anduaga.

Ternua, que comercializa las marcas Astore, de ropa para los pelotaris y deportistas en general de los mundos del futbol y baloncesto o atletismo, —vistió en su día a la Real Sociedad y al Eibar entre otros—, Lorpen (calcetines), y Ternua, cuyo embajador y probador oficial en la alta montaña es el alpinista Alberto Iñurrategi, está presentando estos días a sus comerciales la ropa para el otoño e invierno de 2016, y a los mercados, un plan estratégico hasta 2018 que pretende elevar a los 40 millones de euros sus ventas ese año.

El nombre de la empresa hace referencia a los balleneros vascos de Terranova

El grupo promueve el mismo espíritu aventurero y vital que movió a muchos vascos a embarcarse en los balleneros que faenaban en Terranova. De hecho, Ternua es una forma apocopada en euskera de Terranova. “De ahí el nombre de la marca, el logo, la cola de la ballena y todo lo que significa de aventura que lleva incorporado y que entendemos que junto a la calidad es lo que aprecian nuestros clientes”, recuerda Anduaga. Con 175 empleados, cerraran 2015 con casi 30 millones de ventas de las cuales el 33% son en el exterior, —prevén llegar al 50% en 2018— basando una parte sustancial de su estrategia en la innovación.

Acreditan que se trata de la primera firma de outdoor a nivel mundial que “utiliza pluma reciclada en sus chaquetas con tratamiento de repelencia al agua, libre de materiales contaminantes como el PFC” y garantizan más horas de resistencia en la lucha contra la humedad y por lo tanto al frió y la hipotermia a quienes las portan. Una empresa exterior audita la procedencia del plumón y certifica que es reciclado, además de que el 100% es biodegradable y amistoso con el medioambiente.

La auténtica transformación de Ternua llegó con la crisis, pero en su caso esta acabó convirtiéndose en una oportunidad. En 20007 Import Arrasate, el antecedente de Ternua Group, manejaba dos marcas, Astore creada en 1988 y Ternua en 1995, pero la que mandaba era la primera. En torno a 400 personas agrupadas en cooperativas, cosían para la primera camisetas y pantalones —el Futbol Club Barcelona incluído—. Cooperativas que poco a poco, a medida que se fue acabando la tarea para el futbol y el baloncesto encontraron otros clientes y desvinculándose de Import Arrasate. El accionariado, compuesto por la familia Uribesalgo y el propio Anduaga, se abrió poco después de 2007. La crisis del consumo y las deudas contraídas provocaron la entrada de un nuevo inversor, la familia Lasa, que poco a poco, y tras la compra de Lorpen, ha tomado la mayoría. Entre todos, socio financiero y antiguos socios fundadores, han alumbrado un proyecto de futuro abierto a nuevas alianzas estratégicas y compras para seguir creciendo.

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