Una oportunidad para relajar el crédito

El sector persigue que la revisión de la EBA de septiembre permita homogeneizar la regulación bancaria y mejorar las condiciones de las pymes.

Andrea Enria, presidente de la Autoridad Bancaria europea (ABE). AP

El próximo mes de septiembre la Autoridad Bancaria Europea (EBA) realizará un nuevo examen a los bancos de la eurozona para medir las constantes vitales. No se trata de un test de estrés como en los pasados años, se centrará en examinar diferentes parámetros de las entidades financieras (estado de las cuentas, balances, capital, activos, riesgos, apalancamiento, exposiciones con garantía hipotecaria, morosidad…) con el objetivo, según la carta que el organismo envió el pasado mes de mayo, de avanzar en la homogeneización de las normativas de los diferentes países europeos.

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El próximo mes de septiembre la Autoridad Bancaria Europea (EBA) realizará un nuevo examen a los bancos de la eurozona para medir las constantes vitales. No se trata de un test de estrés como en los pasados años, se centrará en examinar diferentes parámetros de las entidades financieras (estado de las cuentas, balances, capital, activos, riesgos, apalancamiento, exposiciones con garantía hipotecaria, morosidad…) con el objetivo, según la carta que el organismo envió el pasado mes de mayo, de avanzar en la homogeneización de las normativas de los diferentes países europeos.

No deja de ser una vuelta de tuerca más para la búsqueda de transparencia que se exige para la unión bancaria y, en ese sentido, es muy plausible. Pero, precisamente por ello y a juzgar por las impresiones del sector, toca hablar y meterse a fondo en la regulación, que los bancos consideran excesiva, en concreto en las exigencias de capital y en los cálculos de activos de riesgo. La clave radica en la ratio de capital, en la que se comparan los recursos propios con los activos poderados por riesgo. En este punto es donde aparece la falta de homogeneidad entre los bancos europeos y las diferencias.

Actualmente, la regulación bancaria perjudica claramente la financiación a pymes frente a las grandes empresas y a particulares. Según la normativa de capital europea, la regulación obliga a los bancos a retener más capital cuando dan un préstamo a una pyme, lo que automáticamente encarece su financiación, ya que los bancos se ven obligados a aumentar los precios que ofrecen. En la política monetaria estándar, el BCE no acepta los préstamos a pymes como garantía para facilitar la financiación de los bancos, lo que encarece los préstamos.

¿Aires de renovación en El Corte Inglés?

Desde hace un tiempo corren aires de renovación en El Corte Inglés. Los grandes almacenes están preparados para nuevas aventuras, que apuntan a la expansión exterior de la empresa y a la consolidación interior. Para ello, el consejo de administración  y la Fundación Ramón Areces, principal accionista de la entidad que preside Dimas Gimeno tras el fallecimiento de Isidoro Álvarez en septiembre de 2014, analizan desde hace más de un año la estrategia, que seguramente pasará por la incorporación de un socio que aportaría financiación. Tampoco se descarta cotizar. Para dar el primer  paso, el grupo cuenta con una autocartera de alrededor del 10%.

Por ese motivo, la patronal Cepyme se encuentra obligada a reaccionar y aprovechar para lograr mejores condiciones. El presidente de la organización, Antonio Garamendi, ya ha recibido mensajes en ese sentido por parte de algunos banqueros, que le han transmitido esta circunstancia, y tiene intención de reunirse con el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, en próximas fechas. Se trata de que la patronal bancaria medie en lo que pueda ante el Banco de España en esta cuestión, que ya ha tratado el tema en otras ocasiones.

El mensaje de las patronales se centra en que, para asegurar una recuperación económica sostenible de largo plazo, es necesario que las autoridades españolas y europeas favorezcan la financiación a las pequeñas y medianas empresas, que son las principales fuentes de crecimiento y de creación de empleo. Las empresas pueden pedir mejor acceso al crédito, pero la banca no encuentra muchas facilidades para ello, y de eso se trata.

El caso es que para una pyme con la mejor calidad crediticia, un banco debe retener 2,9 veces más capital que para una gran empresa equivalente y 1,6 veces más que para un préstamo hipotecario, según fuentes bancarias. Para cada 10.000 euros prestados, un banco debe retener 457 euros de capital para una pyme de la máxima calidad crediticia, 160 euros para una empresa y 280 euros para un préstamo hipotecario.

Para los préstamos a pymes superiores a un millón de euros, un banco debe retener 3,8 veces más capital que para una gran empresa y 2,2 veces más que para un préstamo hipotecario. Para cada 10.000 euros prestados, un banco debe retener 610 euros de capital para una pyme, 160 euros para una gran empresa y 280 euros para un préstamo hipotecario. Es decir, tiene más sencillo dar una hipoteca que un crédito a una pyme.

Según un estudio de la EBA, cuando los bancos emplean modelos avanzados, al dar un préstamo a una pyme deben retener un 15% más de capital que para financiar a una gran empresa y 3,32 veces más que para un préstamo hipotecario. Para cada 10.000 euros prestados, un banco debe retener 494 euros para una pyme, 429 euros para una gran empresa y 149 euros para un préstamo hipotecario.

Según los resultados publicados por la EBA, los stress test de la banca penalizan las exposiciones a pymes, lo que genera incentivos a los bancos para financiar a otros segmentos. En los exámenes realizados en 2014 los requisitos para las pymes españolas aumentaron un 32% frente a un 25% para las grandes empresas, es decir una diferencia de siete puntos porcentuales en detrimento de las pymes. Las pérdidas de las hipotecas de particulares fueron del 3,4% sobre el total, frente a un 15,1% para las hipotecas de pymes.

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