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El CES de Marcos Peña

El buen talante del presidente del Consejo Económico y Social, que acabó su segundo mandato en noviembre, clave para mantenerse al frente de la institución

El presidente del CES, Marcos Peña (izquierda) y la ministra de Empleo, Fátima Báñez.ÁLVARO GARCÍA

El pasado noviembre Marcos Peña terminó su segundo mandato al frente del Consejo Económico y Social (CES), el organismo consultivo del Gobierno que se encarga de analizar las decisiones en materia económica y social. Todos esperaban que, sin pasar mucho tiempo, el Gobierno del PP le sustituyera por alguien más próximo a su cuerda política. Sin embargo, Peña, que fue nombrado en 2006 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y tiene una procedencia del ámbito izquierdista (ocupó varios ca...

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El pasado noviembre Marcos Peña terminó su segundo mandato al frente del Consejo Económico y Social (CES), el organismo consultivo del Gobierno que se encarga de analizar las decisiones en materia económica y social. Todos esperaban que, sin pasar mucho tiempo, el Gobierno del PP le sustituyera por alguien más próximo a su cuerda política. Sin embargo, Peña, que fue nombrado en 2006 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y tiene una procedencia del ámbito izquierdista (ocupó varios cargos en los Gobiernos socialistas de Felipe González), se ha mantenido en el cargo sin haber renovado y sin que nadie le haya dicho nada definitivo sobre su futuro pasados ya casi tres meses. Solamente ha recibido insinuaciones provenientes del Ministerio de Empleo.

Aunque orgánicamente es independiente, normalmente es el departamento (antes Trabajo) que ahora ocupa Fátima Báñez el que tutela y maneja los hilos del CES a la hora de hacer el nombramiento. Tampoco es raro que los relevos se hagan pasados unos meses del plazo, como ocurrió con él mismo cuando reemplazó a Jaime Montalvo, que estuvo de forma interina cerca de nueve meses.

Sin embargo, dado que se ha entrado en un año electoralmente loco (hay previstas cuatro elecciones: andaluzas, municipales y autonómicas, catalanas y generales); que el Gobierno no haya querido discriminar o hacer distingos entre los diversos veteranos militantes ex altos cargos del PP que les ha apetecido el puesto y, sobre todo, que el talante abierto de Marcos Peña hace que tenga el aprecio de la mayoría de los grupos políticos y fuerzas sindicales y empresariales, además de la propia Báñez, todo indica que continuará en el cargo al menos hasta que pase este ajetreo. Y, pasado ese periodo, luego dependerá mucho de quién forme Gobierno.

La renovación del mandato supondría cuatro años más para este hombre, que, además de esa buena relación con los ministros de uno y otro Gobierno, ha demostrado durante los ocho años que lleva en el organismo una perfecta equidistancia con los grupos políticos y una excelente relación con los colectivos que componen el CES. El pleno de la institución está formado por tres bloques de 20 miembros cada uno: sindicatos (nueve de Comisiones Obreras, nueve de UGT, uno de CIGA y otro de ELA-STV), patronales (CEOE y Cepyme) y social (Cepes, consumidores, sector marítimo y pesquero, sector agrario y seis expertos nombrados directamente por el Gobierno, responsabilidad que tuvo Peña desde 2005 hasta que fue nombrado presidente).

La cuestión sociolaboral va a ser una de las troncales en la próxima legislatura y el CES va a jugar un papel cardinal

El Consejo emite dictámenes preceptivos sobre los anteproyectos de leyes, proyectos de reales decretos sobre políticas socioeconómicas y laborales y proyectos con trascendencia en este ámbito. También, por iniciativa propia, analiza y estudia aspectos considerados trascendentes para la sociedad. La memoria anual, además, se ha convertido en obligada referencia para entender el desarrollo y la situación socioeconómica española.

En ese sentido, en el nuevo periodo que se abre ahora alcanza una dimensión muy importante el tema laboral. Va a estar en boga por la salida de la crisis, las negociaciones entre sindicatos y patronal para ajustar los salarios tras una época de contención, los retoques que (por un lado u otro) va a sufrir la reforma laboral porque la situación de desempleo y la precariedad existente en los nuevos empleos es insostenible... Es decir, la cuestión sociolaboral va a ser una de las troncales en la próxima legislatura y el CES va a desempeñar un papel cardinal. Aunque sea un órgano consultivo y no vinculante, los informes que salgan de él serán fundamentales.

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