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Una batalla particular

Alfonso García Pozuelo, implicado en el ‘caso Gürtel’, y Susana Monje, presidenta de Essentium y tesorera del Barça, zanjan tres años de disputas y hostilidades

Alfonso García-Pozuelo sale de la Audiencia Nacional con un casco de motorista.LUIS SEVILLANO

Han sido necesarios más de tres años de disputas y enfrentamientos en los juzgados para que Susana Monje, presidenta de Essentium y circunstancialmente tesorera del Fútbol Club Barcelona, y Alfonso García Pozuelo, implicado en el caso Gürtel por supuestas facturas falsas y supuesta financiación ilegal al PP, hayan enterrado el hacha de guerra. Para ello, Monje ha pactado con Pozuelo pagarle 7,5 millones de euros para dar carpetazo a la compraventa de Constructora Hispánica, así como retirar la querella que había presentado contra el empresario en la que le acusaba de estafa por “las g...

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Han sido necesarios más de tres años de disputas y enfrentamientos en los juzgados para que Susana Monje, presidenta de Essentium y circunstancialmente tesorera del Fútbol Club Barcelona, y Alfonso García Pozuelo, implicado en el caso Gürtel por supuestas facturas falsas y supuesta financiación ilegal al PP, hayan enterrado el hacha de guerra. Para ello, Monje ha pactado con Pozuelo pagarle 7,5 millones de euros para dar carpetazo a la compraventa de Constructora Hispánica, así como retirar la querella que había presentado contra el empresario en la que le acusaba de estafa por “las graves distorsiones en relación con las cuentas aportadas en el momento de la operación”.

A finales de julio, el Juzgado de Primera Instancia de Móstoles había nombrado un administrador judicial de Essentium Grupo SL por el impago de esa deuda atendiendo a una demanda de Pozuelo. Essentium Grupo es el subholding de Essentium Inversiones, la matriz del grupo, del que cuelgan el resto de empresas.

Las hostilidades parten de cuando en 2009 Essentium compró Constructora Hispánica, una empresa mediana dentro del sector y muy conectada con la Administración que su propietario necesitaba vender para saldar sus deudas con Hacienda. Los compradores cambiaron el nombre por el de Assignia Infraestructuras. La operación se cerró a un precio de 34 millones, de los que quedaban por pagar 6,5. No obstante, la Administración judicial reclamaba nueve, derivados de esa cantidad más las costas judiciales, intereses de demora y otros conceptos. Al final, se han quedado en 7,5. En septiembre de este año, Monje ingresó en el juzgado 700.000 euros, por lo que no pudo evitar que la intervención judicial se inscribiera en el registro mercantil el 27 de octubre.

Según los datos, García Pozuelo había recibido 12 millones más pagarés, algunos avalados y otros sin avalar. Entre los avales, había uno de Caja Madrid por valor de cinco millones. Pozuelo destinó ocho millones a pagar a Hacienda y así evitar un delito fiscal. Monje se negó a pagar los 6,5 millones restantes y presentó la querella alegando que Pozuelo la había engañado. Monje se basó en la auditoría realizada por BDO, según la que Constructora Hispánica arrastraba unas pérdidas de 10 millones frente a los casi cinco millones de beneficios declarados. Las discrepancias se debían, según fuentes cercanas a la empresaria, a que se había contabilizado una operación en el Metro de Caracas por 15 millones de los que había recibido un anticipo. “De haber conocido esa circunstancia, no habría comprado”, dicen esas fuentes.

El pacto zanja también el informe pericial, previsto presentar en febrero de 2015 y que, posiblemente, aceleró el pacto. Según fuentes cercanas a Monje, esta ha preferido el acuerdo por los perjuicios que pudiera causarle en los proyectos de expansión en el exterior, sobre todo en Latinoamérica. Otras fuentes aseguran, sin embargo, que se debe al temor de que la Administración judicial también interviniera Assignia arrastrada por el impago reclamado y a que la juez había comunicado a Monje que era un asunto civil y no había lugar para querella.

La tesorera del Barça heredó la responsabilidad del grupo familiar de su padre, Valentín Monje Tuñón, Gravera Los Ángeles (GLA). Valentín Monje, que fue condenado en 1998 por un delito de estafa, se retiró a un segundo plano y su hija Susana se quedó al frente. En 2008 dio el gran salto al vender GLA por 200 millones a la firma francesa Lafarge, que después reclamaría la devolución de 25 millones por haber hinchado las existencias. Tras ganar en primera instancia, el Supremo obligó a los Monje a pagar 1,5 millones, en todo caso una cifra muy inferior a la reclamada.

Para entonces ya había constituido Essentium, pasando a controlar el 62,50% mientras su hermano menor, Diego, se quedaba con el 37,50%. Monje cambió la sede de Assignia a Villaviciosa de Odón (Madrid), aunque lo dirige desde Barcelona, donde tiene su domicilio particular y su otra dedicación al Barça, al que llegó en tiempos de Sandro Rosell. Precisamente, Monje es propietaria del C.D. Toledo a través de Anquiver Inversiones Deportivas que compró a Juan José del Valle.

Posteriormente a la compra de Constructora Hispánica, Essentium compró en Brasil el 50% de la ingeniería Niplan, propiedad de Paulo Nishimiura, para crecer en el país. La operación terminó en una batalla judicial al no inyectar 32 millones de reales, por lo que ha perdido el control.

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