El debut de Dimas Gimeno

El nuevo presidente de El Corte Inglés se impone en el consejo y se apresta a afrontar los retos del rejuvenecimiento, modernización de la marca y la posible salida a Bolsa

Dimas Gimeno Álvarez ha tenido que tomar las riendas de El Corte Inglés de sopetón; pero lo ha hecho con firmeza. Su nombramiento en sustitución de su tío Isidoro Álvarez, fallecido el domingo pasado, no causó ninguna sorpresa. Entre otras cosas porque así lo había estipulado el patriarca, que pese a hacerle su delfín al nombrarle director general el pasado año, no terminó nunca de darle alas para compartir los mandos.

Ahora, Gimeno, de 39 años, ya las ha desplegado y ha comenzado a volar con hoja de ruta propia y así lo demostró en la reunión del consejo de administración que le nombró...

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Dimas Gimeno Álvarez ha tenido que tomar las riendas de El Corte Inglés de sopetón; pero lo ha hecho con firmeza. Su nombramiento en sustitución de su tío Isidoro Álvarez, fallecido el domingo pasado, no causó ninguna sorpresa. Entre otras cosas porque así lo había estipulado el patriarca, que pese a hacerle su delfín al nombrarle director general el pasado año, no terminó nunca de darle alas para compartir los mandos.

Ahora, Gimeno, de 39 años, ya las ha desplegado y ha comenzado a volar con hoja de ruta propia y así lo demostró en la reunión del consejo de administración que le nombró presidnete el pasado martes. Se le presentan varios retos, y no menores, en el camino. Lo primero que hizo fue aplazar cualquier decisión determinante hasta que se conozca el testamento de su tío, en el que se detallarán algunas voluntades, entre otras en quién recae y cómo se reparte el capital de El Corte Inglés —en torno al 25%— que poseía directamente el viejo patrón.

Una vez despejada esa incógnita, el futuro pasa seguramente por hacer una renovación inteligente en todos los sentidos. La firma tendrá que asumir resoluciones que, aunque se consideran vitales para el futuro, deberá abordar con la cautela necesaria que requieren unos grandes almacenes. Entre otras cosas, porque no está muy claro cuál va a ser la evolución de demanda interna tras la crisis. La empresa se enfrenta, asimismo, a la imperiosa adaptación a las nuevas tecnologías, cuya aplicación ha revolucionado el sector y que, con la crisis de por medio, no ha podido abordar con diligencia.

Quizá el reto de más enjundia que se le presenta es la regeneración de la cúpula directiva. La idea central del nuevo presidente es que no se puede hacer la nueva estrategia con la vieja guardia de su tío. En ese sentido, deberá decidir si nombra vicepresidente a algún ejecutivo o mantiene el cargo de director general, puesto que ocupaba él hasta le fecha. O ambas cosas.

La actuación pasa por consolidar equipos más jóvenes siendo respetuoso con la gente mayor que ha acompañado a Isidoro Álvarez (e, incluso, al tío de este, Ramón Areces), durante los últimos decenios y gozaban de su máxima confianza. Gente como los consejeros Florencio Lasaga, Carlos Martínez Echevarría —estos dos coetáneos de su tío— y Juan Hermoso, algo más joven y todavía con mucha materia para seguir colaborando. Otra cosa es el papel que guarda para el gran fichaje de su tío el pasado julio, Manuel Pizarro, como consejero asesor financiero. La presencia del expresidente de Ibercaja y Endesa y exdiputado del PP generó cierta expectación en cuanto al futuro de la cúpula que Gimeno ha resuelto con determinación al tomar todo el poder.

Mientras afronta esos cambios, Gimeno también se enfrenta a otros dos retos: las posibles expansión y salida a Bolsa. A corto plazo, la empresa no tiene problemas financieros, tras el acuerdo de reestructuración de la deuda firmado el año pasado con sus acreedores y la venta del 51% de su financiera al Banco Santander. Esto le permite maniobrar sin demasiados corsés en ambos sentidos en los próximos años. La expansión internacional se ve con prudencia y reservas. La empresa, que solo tiene centros fuera de España en Portugal, congeló su instalación en Milán por la crisis, que empezó a hacer mella en sus cuentas en 2008.

En cuanto a la salida a Bolsa, la aplicación de normas de gobierno corporativo, la mayor transparencia y la accesibilidad a los mercados empuja a dar ese paso. De hecho, Isidoro Álvarez contaba con estudios pormenorizados de la salida a cotizar, con un paso previo: convirtiendo la autocartera en bonos convertibles. En cualquier caso, el control de la empresa quedaría en manos de un consolidado núcleo duro formado por la Fundación Ramón Areces, que controla en torno al 30%, y otros miembros de la fundación, como la familia Areces. Esta decisión permitiría, además, que los empleados accionistas pudieran participar en el mercado.

Precisamente, la Fundación Ramón Areces tiene pendiente el nombramiento de presidente, cargo que ostentaba Isidoro Álvarez. Estaba previsto abordar el cambio también el mismo día que la presidencia de El Corte Inglés. Ahora es posible que se espere a conocer el testamento de Álvarez.

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