Arcelor echa un pulso a Europa

La compañía ha cerrado 2012 con 2.780 millones de euros de pérdidas

Madrid -
Bobinas de acero en la planta que Arcelor Mittal tiene en Avilés, Asturias.

La crisis pone a prueba las propiedades del acero —dureza, tenacidad, resistencia— y amenaza el statu quo europeo entre quienes lo producen, quienes invierten en él y los Gobiernos que durante décadas han apuntalado con dinero público esta industria. Arcelor Mittal, que es el grupo líder en la siderúrgica mundial, ha cerrado 2012 con 3.726 millones de dólares (2.780 millones de euros) de pérdidas, frente a un beneficio en 2011 de 2.263 millones de dólares (1.688 millones de euros), y ha sufrido hace unos meses una reducción, por ...

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La crisis pone a prueba las propiedades del acero —dureza, tenacidad, resistencia— y amenaza el statu quo europeo entre quienes lo producen, quienes invierten en él y los Gobiernos que durante décadas han apuntalado con dinero público esta industria. Arcelor Mittal, que es el grupo líder en la siderúrgica mundial, ha cerrado 2012 con 3.726 millones de dólares (2.780 millones de euros) de pérdidas, frente a un beneficio en 2011 de 2.263 millones de dólares (1.688 millones de euros), y ha sufrido hace unos meses una reducción, por parte de la agencias de calificación Moody’s, Fitch y S&P de su nota de solvencia en deuda sénior no garantizada al nivel de “bono basura”.

La culpa, según el consejero delegado de Arcelor Mittal, la ha tenido en buena parte Europa, donde la demanda siderúrgica cayó en 2012 un 8,8%. “Ha sido un año muy difícil, mucho más de lo previsto”. Para intentar enmendar este trance, su grupo ha puesto en marcha reestructuraciones, con miles de despidos y cierre de plantas en media Europa.

Al gigante anglo-indio no le han hecho desistir de su propósito, al menos hasta ahora, las amenazas francesas de nacionalización, ni las presiones de los Ejecutivos de Bélgica y Luxemburgo. Probablemente también hará caso omiso, según algunos analistas, a la petición que le ha hecho esta semana el comisario europeo de Industria, Antonio Tajani, para que suspenda la clausura de plantas y centros de producción en Europa al menos hasta la publicación en junio del plan de acción con el que la UE quiere garantizar el futuro del sector del acero.

Para intentar acabar con las pérdidas, el grupo ha puesto en marcha reestructuraciones, con miles de despidos y cierre de plantas en media Europa

La única concesión, desvelada hace 15 días por los directivos de Arcelor Mittal en una conferencia con analistas, es que no prevén acometer “ninguna reestructuración más” en Europa tras las que ha realizado en 2011 y 2012 y las que anunció en el pasado ejercicio y tiene previsto llevar a efecto en los próximos meses. Entre estas, y con el objetivo de lograr un ahorro de 1.000 millones de dólares, figura el cierre de altos hornos e instalaciones en Lieja (Bélgica), en Florange (Francia) y en Schifflamge (Luxemburgo), así como la puesta en marcha de nuevos planes de optimización y competitividad en España y Polonia.

Con una plantilla de 300.000 empleados en 80 países y 20.000 trabajadores en Francia, Arcelor ha ganado el pulso al Gobierno de Hollande en torno al futuro de los altos hornos de Florange (al norte del país), una acería que emplea a 2.600 personas y en la que la multinacional decidió cerrar dos de sus hornos presentando un expediente de regulación de empleo (ERE) con 630 despidos.

El Ejecutivo ha dado marcha atrás en sus amenazas de nacionalizar esas instalaciones y ha aceptado que Arcelor apague los hornos a cambio de retirar el ERE, recolocar a los trabajadores y anunciar futuras inversiones.

Perdió 2.780 millones en 2012, y Moody’s ha rebajado su deuda a nivel de bono basura

En Bélgica, el Gobierno federal y el Ejecutivo valón han advertido a la siderúrgica de que “no aceptan” el cierre de varias instalaciones de fabricación en frío en su planta de Lieja, lo que supondrá el despido de 1.300 trabajadores. Como alternativa, proponen a Arcelor que las instalaciones sean adquiridas por otro industrial, pero la siderúrgica les ha replicado que no están en venta y que no modifica sus planes de clausura. Hace un año, el cierre de los altos hornos de la planta de Lieja supuso ya una pérdida de 600 empleos directos y 2.000 indirectos.

En España, dónde tiene 14 plantas y 11.500 empleados, Arcelor procedió hace un año al cierre indefinido de la factoría de Villaverde, ha reestructurado y concentrado sus divisiones y va a apagar sus baterías de cok en Gijón.

Cambios que no han borrado hasta ahora el color rojo de sus resultados. Arcelor atribuye sus elevadas pérdidas en 2012 a la depreciación de sus activos intangibles y a los costes de su reestructuración, además de a la citada caída de la demanda. En concreto, incluye en sus cuentas 4.300 millones de dólares de aportaciones no dinerarias a los fondos de comercio, 600 millones por costes de reestructuración y 700 millones por saneamiento de activos fijos. La siderúrgica anunció, en diciembre, la reducción del valor de su negocio europeo debido al debilitamiento del clima macroeconómico y del mercado en Europa, donde la demanda de acero ha caído un 30% en cinco años.

El resultado bruto de explotación (Ebitda) se redujo un 30% el pasado año, hasta los 7.080 millones de dólares (5.717,96 millones de euros), en tanto que las ventas bajaron el 10,4 % y se situaron en 84.213 millones (62.064 millones de euros). A lo largo del último ejercicio, la compañía ha adoptado medidas para tratar de reconducir su elevada deuda neta.

A los analistas, en general, no les han sorprendido estos resultados. “Más aceptables de lo esperado, aunque flojos”, señalan en Bankinter. En línea con lo esperado en el resultado bruto de explotación, dicen los expertos de Sabadell, y mejores de lo previsto en beneficio después de impuestos. Société Générale, por su parte, califica de decepcionantes los resultados del cuarto trimestre, pero cree que están compensados por unas “perspectivas alentadoras” para el ejercicio 2013.

El grupo siderúrgico confía, según su director financiero, en que este año será mejor que 2012, ya que, aunque se descuentan caídas en el consumo de acero en Europa (-1%), las previsiones apuntan a un crecimiento del mismo del 4 % en EE UU y del 3% en China. Aunque las dificultades seguirán en 2013, Arcelor Mittal aprecia ya signos de este cambio de tendencia, y agrega que, con las medidas tomadas en los últimos meses para reforzar su negocio, supone que mejorará la rentabilidad de su actividad. Espera elevar su Ebitda hasta los 7.100 millones de dólares (5.248 millones de euros) y prevé inversiones en capital fijo por valor de 3.500 millones de dólares (2.587 millones de euros) en el presente ejercicio.

Además, la compañía espera ingresar a lo largo de la primera mitad del año unos 5.000 millones de dólares, procedentes de la ampliación de capital realizada en enero y de la venta de su participación del 15% en Arcelor Mittal Mines Canadá (AMMC), lo que le permitirá recortar su deuda hasta 17.000 millones de dólares al cierre del primer semestre.

Los analistas de Renta 4 valoran favorablemente las iniciativas de la siderúrgica para reducir deuda, pero no esperan una mejora significativa del mercado en el primer semestre de este año.

1,5 millones en pérdidas semanales

Arcelor Mittal perdió en 2012 en sus plantas asturianas y en las vascas de Etxabarri y Lesaka casi 1,5 millones de euros a la semana (80 millones en la totalidad del ejercicio), según la información facilitada hace unos días a los representantes sindicales por la dirección de la empresa. También les dijeron que confían en retornar a los beneficios en el segundo trimestre gracias a un mejor comportamiento de la demanda de acero y a la reducción de costes derivada del acuerdo suscrito en diciembre con la plantilla. Este pacto, según la empresa, ha mejorado la competitividad y ha propiciado que se estén desviando pedidos a las instalaciones españolas desde otras plantas del grupo, entre ellas las del sur de Francia.

El acuerdo prevé, además de recortes salariales y modificaciones en las jornadas, carga de trabajo e inversiones que la multinacional ya ha empezado a cumplir con la apertura del alto horno B de Gijón. El pacto facilita que se incremente en 400.000 toneladas la producción de acero en las plantas asturianas hasta alcanzar los 3,6 millones de toneladas.

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