Llueven dividendos en Wall Street

El miedo a una subida de impuestos lleva a las empresas a repartir beneficios extraordinarios

Operadores de la Bolsa de Nueva YorkRICHARD DREW (AP)

El precipicio fiscal es kriptonita para Wall Street. Y a un mes escaso de que EE UU se asome al abismo, los inversores toman nota de los riesgos y se lanzan desde hace semanas a la caza de empresas ricas en efectivo que repartan dividendos especiales antes de que acabe el año. Porque tras la reelección de Barack Obama como presidente, en la Bolsa se da por hecho que en 2013 se pagarán más impuestos al Tío Sam para aumentar la recaudación.

El reloj corre rápido, mientras en el Capitolio avanzan con lentitud hacia un compromiso que evite aplicar la podadora al presupuesto y el alza automá...

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El precipicio fiscal es kriptonita para Wall Street. Y a un mes escaso de que EE UU se asome al abismo, los inversores toman nota de los riesgos y se lanzan desde hace semanas a la caza de empresas ricas en efectivo que repartan dividendos especiales antes de que acabe el año. Porque tras la reelección de Barack Obama como presidente, en la Bolsa se da por hecho que en 2013 se pagarán más impuestos al Tío Sam para aumentar la recaudación.

El reloj corre rápido, mientras en el Capitolio avanzan con lentitud hacia un compromiso que evite aplicar la podadora al presupuesto y el alza automática de impuestos tanto a las rentas más altas como a los asalariados. En medio de este impasse político en Washington, empresas de todos los sectores, como los casinos Las Vegas Sands, la cadena comercial Costco y la farmacéutica Merck, ya han anticipado sus planes de reparto de dividendos especiales.

El proyecto de Presupuesto presentado por el presidente Obama en febrero para el ejercicio 2013 —que arrancó el 1 de octubre sin haber sido aprobado— incluía una provisión para elevar la imposición máxima sobre los ingresos generados por dividendos del 15% a casi el 40%. Así volvería al nivel de la Administración de Bill Clinton. En paralelo, el demócrata quiere acabar con los beneficios fiscales de George W. Bush a las rentas superiores a los 250.000 dólares.

El circo político que se vive en EE UU en torno al Presupuesto tiene su origen en la estructura fiscal pactada para salir de la recesión de 2001 tras el estallido de la burbuja tecnológica, y a la que Obama dio continuidad en su primer mandato, incumpliendo una de las promesas electorales que le colocó en la Casa Blanca. La mayoría de los valores tienen desde entonces un tratamiento fiscal más beneficioso que otros ingresos ordinarios.

Obama quiere subir la imposición máxima

Esa legislación debía haber expirado pasados diez años. Pero se prolongó otros dos más en 2010, tras perder el Partido Demócrata el control de la Cámara de Representantes y ver Barack Obama trastocado el equilibro de poder. Ya hace dos años hubo un repunte de los dividendos especiales, anticipando que fueran a expirar las ayudas de Bush. Ahora el presidente arranca su segundo mandato argumentando que el electorado respaldó en las pasadas elecciones su idea de subir impuestos a los que más ganan.

Se da además la circunstancia de que las compañías cotizadas en EE UU acumularon 2,3 billones en balance, cerca del billón en el caso de las del índice S&P 500. Con ese colchón, ejecutivos como Sheldon Adelson, que además son accionistas, optan por repartir la mayor cantidad de dinero posible sin afectar al crecimiento de la compañía. En el caso del fundador de Sands, eso se traduce en 1.200 millones de dólares.

Adelson apostó fuerte por el candidato republicano Mitt Romney, contrario a que se grave más a los inversores. Wynn Resorts, su rival en el negocio de casinos, hizo una maniobra similar a final de octubre. Este tipo de regalos a la lealtad de los accionistas se suele hacer a comienzos de año. Pero son numerosas las compañías que están anticipándose. En el caso de Tyson Foods, acaba de declarar su primer dividendo especial desde 1977.

Lo ha hecho también Brown-Forman, propietaria del whisky Jack Daniel’s. En el comunicado con el anuncio justifica la decisión de anticipar el dividendo especial “a la incertidumbre que rodea el futuro de la tasación”. Desde final de septiembre, cerca de un centenar de compañías declararon un pago único en efectivo a sus accionistas, tres veces más de lo normal. Esa cifra seguirá creciendo. En la lista de posibles se cita a Apple, Microsoft, Oracle y Home Depot, con una posición muy estable.

Walmart, rival de Costco, adelantó incluso el dividendo regular. “Hay complejas cuestiones fiscales que podrían no resolverse en las próximas semanas, a pesar de las negociaciones de buena fe entre la Administración y el Congreso para resolver detalles relacionados con el precipicio fiscal”, señalaba en un comunicado el Consejo de Administración de la mayor cadena mundial de comercio al por menor. Dicen que es la mejor manera de servir a los accionistas.

Los valores que concedían buenos dividendos eran de gran atractivo para el inversor racional en un mercado dominado por la volatilidad. Pero, como advirtió en octubre Steve Wynn, fundador de Wynn Resorts, “cuando los impuestos sobre los dividendos son muy altos, las compañías no los distribuyen, los accionistas no los reciben y el Tío Sam no recauda por esa vía”. El impacto del cambio impositivo dependerá de cómo se evite el precipicio fiscal.

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