El Tesoro aprieta el acelerador y venderá deuda por 9.000 millones esta semana

España realiza su primera subasta tras el anuncio del BCE del plan de ayuda

El calendario que afronta España en los mercados de deuda aprieta al Tesoro, que debe colocar unos 61.000 millones de euros en lo que queda de año. Los números arrojan que, para cumplir con sus compromisos de pago y captar los fondos que necesita para cubrir el déficit, el instituto emisor debe vender en torno a 5.000 millones en cada una de las 15 subastas de bonos y letras programadas para los próximos meses. Para ello, sin embargo, confía en aprovechar la tregua que ha traído el anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de que tiene ...

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El calendario que afronta España en los mercados de deuda aprieta al Tesoro, que debe colocar unos 61.000 millones de euros en lo que queda de año. Los números arrojan que, para cumplir con sus compromisos de pago y captar los fondos que necesita para cubrir el déficit, el instituto emisor debe vender en torno a 5.000 millones en cada una de las 15 subastas de bonos y letras programadas para los próximos meses. Para ello, sin embargo, confía en aprovechar la tregua que ha traído el anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de que tiene un plan para ayudar al país. De momento, entre este martes y el jueves aspira a emitir hasta 9.000 millones en letras y bonos.

El objetivo previsto es ambicioso. De hecho, es el más alto fijado para una sola semana desde el pasado febrero, cuando el mercado rebosaba liquidez gracias a la barra libre con la que el BCE regó al sistema financiero y que ascendió a un billón de euros. Sin embargo, desde aquellas fechas, jornadas en las que el Tesoro acertó al forzar la máquina para hacer caja, las dudas sobre la recesión, el control del déficit, los ajustes o la decisión de pedir el rescate financiero trajeron consigo el repunte de las dudas sobre España. A su vez, también obligaron a una política de emisión más prudente para esquivar el sobrecoste que exigían los inversores por apostar su dinero en papel del Estado.

Ahora, aunque a lo largo de este periodo el Tesoro no ha llegado a verse privado del apetito de los inversores pese a la salida del capital extranjero, España no tiene margen para dormirse en los laureles. Por este motivo toca pisar el acelerador y, con vistas a sacar un mayor provecho de la mejora registrada en los mercados en las últimas semanas, el Estado vuelve a emitir obligaciones a 10 años, lo que constituye una importante prueba para evaluar la confianza de los inversores en el país.

Antes de este examen, que tendrá lugar el jueves en una subasta en la que también se ofrecerán bonos a tres años, hoy sacará al mercado letras a 12 y 18 meses. En ambas emisiones el objetivo máximo es el mismo: 4.500 millones de euros.

Las subastas tendrán lugar en una situación de relativa calma a la espera de que el Gobierno se decida, o no, a pedir ayuda a los fondos de rescate europeos. Ante esta incertidumbre, nada recomendable en opinión del comisario europeo Joaquín Almunia, este lunes volvieron las ventas sobre la deuda española en el mercado secundario, que es donde se intercambian los títulos del Tesoro una vez emitidos. Por su culpa, la prima de riesgo, que es el sobreprecio exigido a los bonos a 10 años de España frente a los alemanes, de referencia, subió hasta los 430 puntos básicos (4,3 puntos porcentuales), 22 más que el viernes pero todavía muy lejos de los máximos de julio, cuando tocó los 640. La prima de riesgo de Italia, por su parte, repuntó en 12 puntos, hasta los 343.

Al cierre, el interés de la deuda española con vencimiento en 2022 avanzó hasta el 5,9%. Así, si se mantiene la máxima de que lo que ocurre en el secundario se acaba trasladando al mercado primario, que es donde el Tesoro lleva a cabo sus emisiones, y la situación no cambia drásticamente en las próximas horas, la mejora permitirá un importante descenso del coste que paga España por financiarse.

Por esta razón, los expertos auguran que el balance de las subastas será bueno. También confían en que habrá una demanda importante ya que el apetito por el riesgo de los inversores ha regresado al calor de las medidas del BCE, según opinó José Luis Martínez Campuzano, de Citigroup.

En cualquier caso, tal y como añadió Marian Fernández, directora de análisis de Inversis, sería un error interpretar un resultado positivo en las emisiones para posponer la decisión de pedir ayuda a los fondos de rescate. “El BCE ha abierto una ventana que corre el riesgo de cerrarse si los inversores ven que España se relaja” en sus compromisos, resumió.

Un bono a cinco años al 0,65%

El Estado también saca partido a la rebaja del euríbor, el tipo de interés al que se prestan dinero los bancos entre sí. Con la rebaja de los tipos de interés oficiales a un mínimo histórico del 0,75% y la perspectiva de nuevas rebajas, los tipos de interés interbancario se encuentran también en los niveles más bajos de su historia y todos ellos por debajo de esos tipos oficiales. Eso está beneficiando a quienes tienen hipotecas a tipo variable, pero también a quienes tienen préstamos o deuda referenciada al euríbor. Y el Estado está entre ellos.

En marzo de 2010, el Tesoro emitió bonos del Estado a cinco años a tipo de interés variable por importe de 1.500 millones de euros. Esos títulos fueron emitidos con una rentabilidad del euríbor a tres meses más un diferencial de 40 puntos básicos (0,4 puntos porcentuales). En septiembre ha llegado la revisión trimestral y según una resolución de la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera publicada el pasado sábado en el Boletín Oficial del Estado, el tipo de interés aplicable para el próximo trimestre será del 0,652%, esto es, el euríbor a tres meses del 13 septiembre (0,252%) más el diferencial de 40 puntos básicos. Es el tipo de interés más bajo pagado nunca por el Tesoro (al menos, en la historia reciente) por unos títulos a cinco años (o por títulos a tres, si se prefiere tomar como referencia su vida residual). Por tomar una referencia, los tipos de los últimos bonos del Estado a cinco años se colocaron a un tipo de interés marginal del 4,7%, que es al que cotizan también en el mercado secundario. Los bonos a tres años, por su parte, están en torno al 3,9%. Con esos tipos de interés, la emisión de marzo de 2010 a tipo variable es una de las que han resultado más ventajosas para el Tesoro. La lástima es que solo se colocasen 1.500 millones.

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