La banca salvadoreña privada queda totalmente en manos extranjeras

Citigroup compra los grupos Cuscatlán y GFU y Bancolombia, el Banco Agricola

La banca privada salvadoreña ha desaparecido después de 18 años de vida. El lunes y martes pasado se conocieron los acuerdos finales tras los cuales Citigroup, el gigante financiero de Estados Unidos, adquirió la Unión de Bancos Cuscatlán Internacional (UBCI) y el Grupo Financiero Uno (GFU), mientras que el Banco de Colombia (Bancolombia) logró el control del 89,15% del Banco Agrícola (BA).

Estas últimas transacciones, unidas a las realizadas a finales de 2006 y comienzos del presente año, cuando el Banco de Comercio (BanCo) fue adquirido por el canadiense Scotianbank, y el Banco Salvad...

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La banca privada salvadoreña ha desaparecido después de 18 años de vida. El lunes y martes pasado se conocieron los acuerdos finales tras los cuales Citigroup, el gigante financiero de Estados Unidos, adquirió la Unión de Bancos Cuscatlán Internacional (UBCI) y el Grupo Financiero Uno (GFU), mientras que el Banco de Colombia (Bancolombia) logró el control del 89,15% del Banco Agrícola (BA).

Estas últimas transacciones, unidas a las realizadas a finales de 2006 y comienzos del presente año, cuando el Banco de Comercio (BanCo) fue adquirido por el canadiense Scotianbank, y el Banco Salvadoreño (Bansal), por el inglés HSBC, significan una cifra de casi 5.000 millones de dólares por el pago de no sólo los activos bancarios, sino también las operaciones de agencias de seguros, bolsa de valores y administradoras de pensiones.

El gerente general de operaciones de la banca de consumo de Citigroup, Raúl Anaya, aseguró en San Salvador que se hará todo lo posible por hacer una integración total del Cuscatlán y del GFU ?que tiene el control de las tarjetas de crédito en Centroamérica?. La apuesta es tener en las seis naciones centroamericanas (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá) 480 puntos de venta y de servicios.

La banca salvadoreña fue privarizada en 1989, cuando llegó a la presidencia el empresario Alfredo Cristiani, principal accionista del Grupo Cuscatlán, considerado uno de los grupos corporativos más importantes de Centroamérica.

Muchas de las consecuencias para El Salvador de estas operaciones financieras se desconocen, así como sus principales causas, pese a que algunos analistas, como Alfonso Goitia, indican que "es en esta época de globalización existe un interés del capital local por articularse con grandes trasnacionales". De hecho, Citigroup pagó al Cuscatlán un 50% en efectivo y el otro en acciones. Mauricio Samayoa, presidente del Cuscatlán, lo dice de otra manera: "Esta transacción coloca a Cuscatlán en el mundo del Citi, ya que Cuscatlán pertenece a Citi y todos los que trabajamos para el Cuscatlán, ahora trabajamos para el grupo más grande y fuerte del mundo".

Interés por las remesas

Las especulaciones están al corriente, pero Goitia ?investigador de los grupos de poder en El Salvador? asegura a EL PAÍS que "estos bancos trasnacionales han venido para quedarse; les interesa expandirse en un territorio que hace poco estaba en el olvido, pero donde ya existe un tratado de libre comercio con Estados Unidos, y donde el flujo de remesas familiares de los inmigrantes centroamericanos desde Estados Unidos ronda los 9.000 millones de dólares anuales".

"De todas maneras, no está del todo claro por qué estos grupos de poder local vendieron sus bancos, cuando son mecanismos de acumulación. Es probable que quieran invertir el dinero en otros sectores o quieran escapar de controles más estrictos que se están imponiendo en la banca mundial, especialmente para contrarrestar el lavado de dinero", afirma Goitia.

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