UNIÓN EUROPEA

Un acuerdo evita que Alemania y Portugal sean amonestados por su déficit

Los Quince han llegado a un acuerdo tras el compromiso de Berlín y Lisboa de que respetarán el límite del 3% del PIB

Tras cinco horas de debates, los ministros de Finanzas de la zona del Euro llegaron a un compromiso que ha evitado esta mañana votar hoy las amonestaciones propuestas por la Comisión Europea.

En lugar de pronunciarse sobre ellas, los Quince han votado una resolución de cuatro puntos, que recoge inequívocamente el compromiso de los gobiernos alemán y portugués de que respetarán el límite del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) para sus respectivos déficit y buscarán el equilibrio presupuestario en el 2004.

Un segumiento estricto

En la resolución...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
Más información

Tras cinco horas de debates, los ministros de Finanzas de la zona del Euro llegaron a un compromiso que ha evitado esta mañana votar hoy las amonestaciones propuestas por la Comisión Europea.

En lugar de pronunciarse sobre ellas, los Quince han votado una resolución de cuatro puntos, que recoge inequívocamente el compromiso de los gobiernos alemán y portugués de que respetarán el límite del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) para sus respectivos déficit y buscarán el equilibrio presupuestario en el 2004.

Un segumiento estricto

En la resolución, los Quince reconocen, en primer lugar, que el mecanismo de la "alerta rápida" constituye una herramienta "esencial" del Pacto de estabilidad y crecimiento, y que la Comisión Europea "cumplió" con su obligación cuando propuso activarlo.

En segundo lugar, Alemania y Portugal, se han comprometido "firmemente", mediante una declaración, a mantener su déficit por debajo del límite máximo del 3% del PIB. Para ello, llevarán a cabo un "seguimiento muy estricto" de sus políticas presupuestarias "a todos los niveles de las Administraciones públicas".

Además, durante el año en curso, año electoral tanto para Alemania como para Portugal, ambos gobiernos se comprometen a desarrollar sus planes presupuestarios estrictamente. En consecuencia, no tomarán ninguna decisión discrecional en sus gastos que pudiera comprometer la situación presupuestaria y aplicarán a la reducción del déficit público cualquier aumento de ingresos que se produzca como resultado de un mayor crecimiento económico.

En tercer lugar, queda confirmada la fecha de 2004 como escenario para la consecución del equilibrio presupuestario. En el caso alemán, se dice que dicho objetivo "puede requerir medidas adicionales dentro de un proceso de recuperación económica".

Un procedimiento cerrado

El Gobierno alemán se compromete igualmente a realizar esfuerzos para cumplir todos estos objetivos en coordinación con las autoridades regionales.

A la luz de todos estos compromisos de los gobiernos portugués y alemán, el Consejo de Economía y Finanzas (Ecofín) de la Unión Europea (UE) considera que "han quedado respondidas las preocupaciones expresadas por la recomendación de la Comisión", y por ello se considerará cerrado el procedimiento".

El ministro español explicó en rueda de prensa que la resolución de Amsterdam (1997) permite al Consejo no votar la recomendación de "alerta rápida" de la Comisión, a condición de explicar los motivos por escrito y votar sobre esa decisión, "y eso es lo que el Consejo hará hoy".

Para Pedro Solbes, autor de las propuestas de advertencia, "se ha llegado a un buen compromiso final". El comisario ha añadido que el Ejecutivo de la UE "da la bienvenida a los compromisos aceptados por los gobiernos alemán y portugués", los cuales "responden en lo esencial a las preocupaciones que se encontraban en la recomendación".

Según Solbes, "la credibilidad del Pacto de estabilidad y crecimiento se ha mantenido claramente, porque la resolución del Consejo responde a la sustancia del documento de la Comisión". También, para Rato, lo que importa es "la sustancia", ya que las decisiones de procedimiento "son sólo instrumentales".

El ministro Rodrigo Rato escucha a su homólogo alemán, Hans Eichel, anoche en Bruselas.REUTERS