El milagro del archipiélago

Paradojas de la vida, las Malvinas le deben a Argentina su despertar económico: la guerra hizo que la metrópoli empezara a preocuparse por uno de los territorios de ultramar que más abandonado tenía. "Cuando empezó la guerra, muchos pensaban que las Malvinas estaban frente a las costas de Escocia", ironiza Sukey Cameron, representante en Londres del Gobierno de las Malvinas desde 1990.

"En los setenta, las islas estaban muy deprimidas", explica. "El precio de la lana, del que dependían entonces las exportaciones, había caído de forma significativa y apenas había otra fuente de ingresos....

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Paradojas de la vida, las Malvinas le deben a Argentina su despertar económico: la guerra hizo que la metrópoli empezara a preocuparse por uno de los territorios de ultramar que más abandonado tenía. "Cuando empezó la guerra, muchos pensaban que las Malvinas estaban frente a las costas de Escocia", ironiza Sukey Cameron, representante en Londres del Gobierno de las Malvinas desde 1990.

"En los setenta, las islas estaban muy deprimidas", explica. "El precio de la lana, del que dependían entonces las exportaciones, había caído de forma significativa y apenas había otra fuente de ingresos. Mucha gente se marchaba para encontrar trabajo", relata. Reino Unido y Nueva Zelanda eran el destino de muchos jóvenes, que ni siquiera podían cursar estudios secundarios en las islas. La mayoría nunca regresaba.

"En 1982, obviamente, las cosas cambiaron. Después de la guerra, el Gobierno británico puso dinero para regenerar las islas. La consecuencia más significativa llegó en 1986-87, cuando declararon una zona de pesca alrededor de las islas que nos permitió cobrar una licencia a los barcos que hasta entonces pescaban gratis. De un día para otro, nuestros ingresos pasaron de cuatro millones de libras al año a 20 millones. Eso nos permitió invertir dinero en el verdadero desarrollo de las islas: en sanidad, educación, comunicaciones, intentar ayudar a los agricultores con préstamos. Eso puso las bases para la reforma de la economía. Desde entonces no hemos tenido ninguna ayuda de Reino Unido excepto en el área de defensa. Por lo demás, el Gobierno de las islas Malvinas se autofinancia", asegura.

Y explica que hay planes para extender el puerto y permitir la llegada de más cruceros para fomentar el turismo. ¿Y el petróleo? "Queda mucho por hacer, es algo a 10 o 15 años vista y puede ser una oportunidad para que participen también compañías argentinas, si quieren. No hay nada que lo impida, salvo la posición de su propio Gobierno de que si se involucran en algo en las islas no podrán operar en Argentina", responde.

Los habitantes de las Malvinas no viajan a Argentina, asegura, "pero algunos veteranos de guerra argentinos sí han venido y también parientes cercanos de algunos de los que murieron en las islas". "Nunca ha habido problemas con ellos. Damos la bienvenida a todos los visitantes. Aunque tengo entendido que hace dos semanas una señora estaba desembarcando de un crucero con una bandera argentina en los hombros y le pidieron que por favor se la quitara. Y así lo hizo", comenta Sukie Cameron.

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