60 años de cárcel para el pistolero de Olot

El juez atenúa la pena porque Pere Puig se entregó y admitió sus crímenes

La Audiencia de Girona ha condenado a 60 años de cárcel a Pere Puig Puntí, el albañil que asesinó a tiros a cuatro personas en Olot el 15 de diciembre de 2010. La sentencia establece que el pistolero no podrá permanecer más de 25 años en la cárcel, periodo al que hay que restar un año que Puig ha pasado en prisión provisional. Puig tiene ahora 58 años. La sentencia, contra la que cabe recurso, cierra un capítulo de la crónica negra de Olot, una localidad que vivió conmocionada tras el día en que el albañil decidió matar a su jefe, al hijo de este y dos empleados de la Caja de Ahorros del Medit...

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La Audiencia de Girona ha condenado a 60 años de cárcel a Pere Puig Puntí, el albañil que asesinó a tiros a cuatro personas en Olot el 15 de diciembre de 2010. La sentencia establece que el pistolero no podrá permanecer más de 25 años en la cárcel, periodo al que hay que restar un año que Puig ha pasado en prisión provisional. Puig tiene ahora 58 años. La sentencia, contra la que cabe recurso, cierra un capítulo de la crónica negra de Olot, una localidad que vivió conmocionada tras el día en que el albañil decidió matar a su jefe, al hijo de este y dos empleados de la Caja de Ahorros del Mediterráneo con su rifle de cazador.

El pistolero de Olot fue condenado por un jurado popular el pasado día 16. No había duda sobre la autoría de los asesinatos: Puig se autoinculpó minutos después de matar a su última víctima. El jurado debía dirimir si, como afirmaba la defensa, Puig sufre un trastorno mental. El veredicto fue muy desfavorable para él: el jurado consideró que Puig estaba "en plenas facultades" y ni siquiera aceptó que se había entregado, sino que había dejado el motor del coche encendido mientras disparaba en la oficina de la CAM porque tenía "voluntad de huir".

El fiscal del caso pidió 20 años de cárcel por cada uno de los asesinatos. Alegó que el pistolero es "una mala persona" que "no tiene respeto por la vida de los demás" y recordó que la intención de Puig era matar a otras dos personas, el dueño del bar La Cuina de l'Anna y un electricista. La defensa, una vez escuchado el veredicto, pidió para Puig la pena mínima que le podía aplicar el juez: 15 años por cada asesinato. Esa es la pena que finalmente se le ha impuesto. La sentencia considera probado que el albañil acudió sobre las 7.45 horas vestido de cazador y armado con un rifle al bar La Cuina de l'Anna y allí disparó contra su jefe Joan Tubert y el hijo de este. Luego fue hasta la CAM, donde descargó el arma contra Anna Pujol y Rafael Turró. El fallo, sin embargo, acepta que Puig "no opuso resistencia" y "colaboró en el esclarecimiento" de los hechos.

Un año después de los crímenes, los familiares de los constructores siguen sin explicarse las motivaciones del pistolero. Puig declaró durante la instrucción que mató a los Tubert porque le debían dinero (dos pagas extras). La hija de Joan Tubert y hermana de Àngel aseguró en el juicio que ambos sentían cariño por el empleado. El albañil también dijo que mató a los trabajadores de la CAM porque le informaron de que aún debía un crédito cuando él pensaba que ya lo tenía liquidado. El director de la sucursal declaró, sin embargo, que el día que se lo dijeron Puig no reaccionó mal.

Ni la falta de un móvil razonable ni las extravagancias del acusado -una persona solitaria a la que gustaba que le llamaran el sheriff- sirvieron a la defensa para convencer al jurado de que el albañil sufre trastornos. Tampoco que Puig explicara que su jefe "se le había metido dentro, como una serpiente". Los psiquiatras forenses concluyeron que las rarezas de Puig son meros rasgos de la personalidad y no patologías.

La sentencia establece que Puig deberá satisfacer las indemnizaciones a los familiares de las víctimas: 643.000 euros.

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