"Se tiene que poder certificar la experiencia"

Arne Carlsen, director de Aprendizaje para Toda la Vida de la Unesco, cree que la formación permanente se tiene que equiparar a valores como la paz, la democracia y la sostenibilidad. Recientemente participó en unas jornadas en San Sebastián.

Pregunta. ¿Cuáles son los principales desafíos del aprendizaje para toda la vida?

Respuesta. Se necesitan sistemas fuertes de educación en todos los países, pero los retos son diferentes en cada lugar. Los Gobiernos están llegando a la conclusión de que tienen que cambiar los sistemas de aprendizaje. Una de las prioridades es m...

Arne Carlsen, director de Aprendizaje para Toda la Vida de la Unesco, cree que la formación permanente se tiene que equiparar a valores como la paz, la democracia y la sostenibilidad. Recientemente participó en unas jornadas en San Sebastián.

Pregunta. ¿Cuáles son los principales desafíos del aprendizaje para toda la vida?

Respuesta. Se necesitan sistemas fuertes de educación en todos los países, pero los retos son diferentes en cada lugar. Los Gobiernos están llegando a la conclusión de que tienen que cambiar los sistemas de aprendizaje. Una de las prioridades es marcar cuáles son los indicadores necesarios para el aprendizaje permanente y el impacto que deben tener y cómo llevarlo a cabo. La sociedad sabe que hay que adaptarse a los cambios impuestos por la situación actual y los Gobiernos apuestan por que esa adaptación se lleve a cabo a través del aprendizaje permanente. De alguna forma se debería considerar como un juego más que una obligación.

"El aprendizaje permanente debe equipararse como un valor a la paz"

P. ¿Cuáles son las ventajas del aprendizaje permanente? ¿Se reducirá la brecha entre las personas cualificadas y las no cualificadas?

R. Tiene que estar dirigido a todas las personas como herramienta necesaria para la cohesión social y permitir que no haya brecha entre las personas cualificadas y las que no lo están para que todos participen en la construcción de la sociedad.

P. ¿Cómo encaja el hecho de que los Gobiernos apuesten por el aprendizaje permanente con los recortes presupuestarios en políticas sociales y educativas?

R. El enfoque de la Unesco sobre el aprendizaje permanente es que la educación en sí es un derecho humano, y así se tiene que abordar, porque es la forma de activar a la ciudadanía, la inclusión social, la empleabilidad e incluso en el desarollo personal. El aprendizaje permanente se tiene que equiparar como un valor al igual que la paz, la democracia, la sostenibilidad.

P. ¿Qué opina del trabajo que se estrá desarrollando en Euskadi en este campo?

R. Veo que los pasos que se están dando en Euskadi en relación a cómo se está orientando el aprendizaje permanente dentro de la Formación Profesional están siendo rápidos y bien orientados. Pero hay unos elementos que echo en falta que son cruciales en la formación permanente como es el reconocimiento, validación, y acreditación de los aprendizajes no formales y formales.

P. ¿Por ejemplo?

R. Una persona que lleva muchos años trabajando en una empresa y adquiere una experiencia y competencias. Que estas sean reconocidas y tengan una certificación. La Unesco va a presentar el año que viene una guía de orientación para que todos los países puedan llevarlo a cabo de una forma coordinada.

P. ¿Hasta qué punto no se corre el riesgo de una sobrecualificación?

R. Los Gobiernos tienen que ajustar sus sistemas a las necesidades de aprendizaje del entorno a nivel social, económico... Si no tienes en cuenta estas necesidades, sí existe el riesgo de una sobrecualificación. Pero se tiene que dar una producción de conocimientos para generar nuevos empleos.