El conflicto de Metro Bilbao

López avisa de que "es hora de poner a cada uno en su sitio"

Acusa al comité de pretender decidir a quién se contrata

La intervención personal y pública, ayer, del lehendakari, Patxi López, ante la anunciada huelga del metro el día de Santo Tomás da idea de hasta qué punto el Gobierno da importancia a ese reto. Empresa y comité se reúnen hoy y la intervención de López quiso respaldar de antemano la firmeza que mostrarán los responsables de la compañía "Es hora de que situemos cada cosa, y a cada uno, en su sitio", advirtió.

El lehendakari se interrogó por las razones últimas de una huelga para la que no encuentra explicaciones objetivas en las condiciones laborales de los trabajadores. Y ...

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La intervención personal y pública, ayer, del lehendakari, Patxi López, ante la anunciada huelga del metro el día de Santo Tomás da idea de hasta qué punto el Gobierno da importancia a ese reto. Empresa y comité se reúnen hoy y la intervención de López quiso respaldar de antemano la firmeza que mostrarán los responsables de la compañía "Es hora de que situemos cada cosa, y a cada uno, en su sitio", advirtió.

El lehendakari se interrogó por las razones últimas de una huelga para la que no encuentra explicaciones objetivas en las condiciones laborales de los trabajadores. Y también sobre los motivos por los que sus representantes sindicales han ido directamente a la medida extrema del paro, en un día tan significativo, en el que se esperan 350.000 desplazamientos en ese medio de transporte, saltándose dos pasos intermedios que podrían haber dado antes, si consideran que la negociación es imposible: recurrir a un arbitraje o, incluso a los tribunales, "que es lo razonable", dijo.

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"Hago un último llamamiento a la cordura y la responsabilidad de los convocantes. "Les pido que la desconvoquen", invocó, para pasar al terreno de la advertencia: el departamento de Empleo tiene ya instrucciones de preparar una orden de servicios mínimos todo lo amplia que sea preciso para garantizar "de forma real y efectiva" el derecho al transporte en el metro y que se realice "en condiciones de seguridad y sin retraso" que impidan la normalidad de la actividad el día 21. Interior, por su parte, tiene instrucciones de disponer los recursos policiales precisos "para evitar sabotajes o amenazas" que puedan afectar a los usuarios.

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Sin precisar hasta dónde baraja el Gobierno el alcance de esos servicios mínimos, López dijo que los encargados de dictarlos estudian precedentes aplicables a una jornada tan especial y citó un caso, durante las Fallas de Valencia, en que los tribunales respaldaron unos servicios mínimos del 95%. López aludió a las pérdidas que sufrirán comerciantes, agricultores, ganaderos y artesanos si la huelga se materializa. Para la previsión de incumplimiento de la orden que el Gobierno dicte, no habrá paños calientes: la empresa abrirá expedientes disciplinarios y los procedimientos penales o civiles que procedan.

El lehendakari dio muestras de hartazgo por la "especial conflictividad" del comité de empresa desde que llegó el Gobierno socialista y la contrapuso a los "ventajosos acuerdos" que han obtenido de la empresa, como la gratuidad para ellos y sus familias, precisamente por salvaguardar el interés de los usuarios. El Gobierno se ha cansado de "soportar" un "estado de tensión y conflicto permanente". De ahí la determinación que muestra en esta ocasión, empezando por desvelar "las razones reales" de una huelga que no se explican en "las condiciones laborales y salariales de los empleados de Metro Bilbao". "Son especialmente buenas", afirmó, "comparadas tanto con otros trabajadores del sector público", incluso del transporte, "y no del privado. "Voy a dar unos pocos datos", dijo, antes de desgranar los siguientes: el salario medio de un conductor, con un quinquenio y una jornada efectiva de 1.065 horas anuales, es de 42.000 euros mientras uno de Euskotren gana 32.000 y los de Bilbobus, 36.000. La jornada anual del resto del personal es de 1.592 horas, 156 menos que en Sevilla y 92 menos que en Barcelona. López destacó que se han cumplido todos los extremos del acuerdo alcanzado entre empresa y comité en julio: no se ha reducido plantilla -ha pasado de 611 en 2008 a 680 ahora-, ni se han rebajado o congelados sueldos, como a otros empleados públicos -el gasto en personal ha pasado de 18 a 27 millones en cuatro años- ni se han anunciado ERE o privatizaciones. Al contrario, se han realizado las contrataciones pactadas. Ahí situó la razón de la huelga: los convocantes, acusó, "querían contratar a otras personas". "No sé si pretenden tomar el control", sugirió, "pero el gobierno no lo va a permitir".

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