Reportaje:

Cifras y letras, de la mano

Bilbao analiza la relación entre arte, ciencia y tecnología

Apenas unos cuantos protagonistas de la historia, como Leonardo da Vinci, han sabido manejar con maestría campos del conocimiento como el arte, la ciencia y la tecnología. Cifras y letras, sin embargo, fueron de la mano durante siglos. Su distanciamiento comenzó a finales del XVIII, al hilo de la revolución industrial, aunque en la actualidad no son pocos los movimientos que abogan por su aproximación. Ayer se pudo comprobar en la jornada práctica organizada en Bilbao por la Fundación Sabino Arana.

Bajo el título de Tres pilares, una conexión, profesionales del arte, la ciencia y...

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Apenas unos cuantos protagonistas de la historia, como Leonardo da Vinci, han sabido manejar con maestría campos del conocimiento como el arte, la ciencia y la tecnología. Cifras y letras, sin embargo, fueron de la mano durante siglos. Su distanciamiento comenzó a finales del XVIII, al hilo de la revolución industrial, aunque en la actualidad no son pocos los movimientos que abogan por su aproximación. Ayer se pudo comprobar en la jornada práctica organizada en Bilbao por la Fundación Sabino Arana.

Bajo el título de Tres pilares, una conexión, profesionales del arte, la ciencia y la tecnología analizaron y defendieron la relación de sus respectivas disciplinas como una forma de ampliar conocimientos. El físico del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Gustavo Ariel Schwartz, por ejemplo, recurrió como icono a Galileo, quien descubrió el relieve de la superficie lunar gracias a su dominio de la técnica pictórica del claroscuro. "Las preferencias estéticas siempre han estado vinculadas a los descubrimientos científicos", aseguró.

La Fundación Sabino Arana organizó la jornada de debate

El nuevo fenómeno de pensamiento global, conocido como consilience, está asentado ya en países de Europa como Gran Bretaña. Desde allí llegó ayer la creadora Anna Dumitriu, cuyos trabajos han contribuido a desdibujar la frontera entre el arte y la ciencia al incluir en sus obras elementos naturales, como las bacterias vivas, junto a otros interactivos y digitales.

Dumitriu fundó el Instituto de Investigación Innecesaria, en el que artistas y científicos comparten trabajos que atraviesan los límites entre disciplinas como crítica a la investigación contemporánea. "Es un buen ejemplo a seguir", acordaron los presentes.

La jornada culminó con un taller experimental, impulsado por la asociación Creativity Zentrum, con el que los participantes pudieron desarrollar su creatividad mediante varios juegos realizados con piezas de Lego. Se confirmó con ellos la necesidad de interrelacionar la ciencia, el arte y la tecnología.

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