Un taxista desmonta la coartada del hermano de Carcaño

Una certeza "del 100%". El testigo sorpresa del caso Marta del Castillo, un taxista que casi tres años después compareció en comisaría hace 10 días para relatar que trasladó al acusado Javier Delgado, hermano de Miguel Carcaño, hasta su domicilio la noche de la muerte de la joven sevillana, reconoció ayer en el juicio al imputado con una seguridad "del 100%", dijo al tribunal.

El taxista señaló con una retentiva deslumbrante detalles del hermano de Carcaño y el recorrido que supuestamente realizaron juntos hace ya casi tres años, entre las 0.15 y las 0.30, una franja horaria en l...

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Una certeza "del 100%". El testigo sorpresa del caso Marta del Castillo, un taxista que casi tres años después compareció en comisaría hace 10 días para relatar que trasladó al acusado Javier Delgado, hermano de Miguel Carcaño, hasta su domicilio la noche de la muerte de la joven sevillana, reconoció ayer en el juicio al imputado con una seguridad "del 100%", dijo al tribunal.

El taxista señaló con una retentiva deslumbrante detalles del hermano de Carcaño y el recorrido que supuestamente realizaron juntos hace ya casi tres años, entre las 0.15 y las 0.30, una franja horaria en la que Delgado afirma haber estado trabajando en su local de copas. La fiscalía le acusa de encubrir el crimen y este testimonio refuerza su acusación y dejaría a Delgado sin coartada si el tribunal lo estimara.

"Me acuerdo de que estaba bien pelado al estilo militar. Pelo canoso y barba. Iba vestido de oscuro y con una chaqueta con doble bolsillo. Llevaba una bolsa de plástico con botellas (...). Tenía una voz muy ronca, una verruga, y me miraba muy profundamente", detalló ayer durante su comparecencia. El taxista explicó que, debido a la reciente muerte de un compañero, entonces se fijaba mucho en los clientes que trasladaba de noche.

Para explicar por qué esperó casi tres años para denunciar los hechos, el taxista alegó que su mujer le recordó que puesto que estaba detenido, la policía contaría con suficientes pruebas en su contra. "Me estaba sintiendo mal por no contarlo", añadió. A continuación, su esposa ratificó el testimonio del taxista y explicó entre lágrimas que sentía "temor por él y por nosotros (...) Mi marido cada vez me daba más detalles sobre la ropa y cómo era", contó.

Ante ambos testimonios, la defensa de Delgado presentó un incidente de nulidad de las actuaciones.

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