El gigante del tabaco, contra Uruguay

Philips Morris abandona el país, que se ha declarado "libre de humo"

Uruguay, el primer país de América Latina y el quinto en el mundo en implementar políticas antitabaco y en declararse "libre de humo", mantiene una guerra abierta con la mayor empresa tabacalera del planeta, Philips Morris, que acaba de anunciar que cierra su planta en ese país, despide a 62 personas y traslada su negocio a Argentina, con una legislación menos hostil. La tabacalera es dueña de siete de las 15 marcas más vendidas, entre ellas Marlboro. Philips Morris demandó en 2010 al Gobierno uruguayo ante un tribunal internacional, exigiendo el pago de 2.000 millones de dólares (1.450 millon...

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Uruguay, el primer país de América Latina y el quinto en el mundo en implementar políticas antitabaco y en declararse "libre de humo", mantiene una guerra abierta con la mayor empresa tabacalera del planeta, Philips Morris, que acaba de anunciar que cierra su planta en ese país, despide a 62 personas y traslada su negocio a Argentina, con una legislación menos hostil. La tabacalera es dueña de siete de las 15 marcas más vendidas, entre ellas Marlboro. Philips Morris demandó en 2010 al Gobierno uruguayo ante un tribunal internacional, exigiendo el pago de 2.000 millones de dólares (1.450 millones de euros). El ex presidente Tabaré Vázquez, impulsor de la política antitabaco de Uruguay, aseguró el pasado jueves que la empresa "está chantajeando" al país y que la demanda presentada pretende ser "un escarmiento" a un Gobierno que no está dispuesto a ceder. "Los uruguayos no tenemos miedo, ni precio", afirmó. El actual presidente, José Mujica, anunció ayudas para los trabajadores despedidos y reiteró su apoyo a las medidas que ayuden a derrotar al cigarrillo.

El presidente del país anunció apoyo a las medidas para vencer al cigarrillo

Tabaré Vázquez, que es médico oncólogo de profesión, puso en marcha, en 2006, una potente campaña destinada a disuadir a los más jóvenes de fumar y a animar a los ya fumadores a abandonar el consumo. Desde entonces, está prohibido terminantemente fumar en los espacios públicos, oficinas, bares, restaurantes, discotecas y cualquier tipo de local cerrado, y el precio de la cajetilla ha aumentado exponencialmente. "Los datos de 2009 reflejaron ya una disminución del consumo de 14% en jóvenes y del 7% en adultos", explicó el ex presidente en un foro celebrado esta semana en Montevideo.

Los portavoces de Philips Morris, que cerraron la fábrica prácticamente sin previo aviso, aseguran que la política uruguaya es demasiado restrictiva y que no se combate suficientemente el contrabando de cigarrillos. "Las medidas regulatorias e impositivas extremas implementadas durante los últimos años han causado un cambio en la dinámica del mercado y parte del volumen de los fabricantes legales se ha trasladado a operadores ilegales", explica la empresa. "Nuestros productos seguirán estando disponibles en Uruguay", mantienen.

La demanda de Philips Morris contra Uruguay, presentada ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), tribunal comercial nacido del Banco Mundial, cayó en su día como una bomba en las asociaciones antitabaco de todo el mundo, que prometieron colaborar con el Gobierno uruguayo para hacer frente a los cuantiosos gastos que supone un pleito internacional de esta categoría. La tabacalera se acoge al tratado de inversiones firmado entre Uruguay y Suiza (donde la sociedad tiene su sede).

Entre las fundaciones privadas que se ofrecieron a Uruguay para colaborar con los millonarios gastos de los abogados figura la Fundación Bloomberg, creada por el alcalde de Nueva York, y la ONG norteamericana Tobacco Free Kids. La Organización Panamericana de la Salud ofreció también su apoyo y las autoridades de Montevideo anunciaron hace pocas semanas que estudian la posibilidad de pedir a la Organización Mundial de la Salud que se presente como parte querellada junto con Uruguay.

La demanda de la poderosa tabacalera se centra en dos normas: la prohibición de vender distintos tipos de presentaciones de una misma marca (en Uruguay solo puede existir un tipo de Marlboro, y no en variedades diferentes, como el light) y las cajetillas deben tener el 80% de su superficie ocupada por una advertencia gráfica sobre los efectos perjudiciales del tabaco en la salud. Según Philips Morris, esas dos exigencias le han obligado a retirar siete de los 12 productos que comercializaba en Uruguay y, además, le impiden mostrar correctamente sus logos y marcas.

"Quieren amedrentarnos", denunció Tabaré Vázquez, "porque somos un país pequeño y ellos, una formidable multinacional". Uruguay tiene cuatro millones de habitantes y un PIB de 50.000 millones de dólares, mientras que Philips Morris declara en su web unos beneficios en 2010, solo de la industria del cigarrillo, que rondan los 10.000 millones de dólares. La filial uruguaya cifró su participación en el mercado local en torno al 22% del consumo total.