Editorial:

Peligro para Internet

El espionaje por parte de mafias y Gobiernos instala una preocupante desconfianza sobre la Red

Un informe del Congreso de Estados Unidos ha vuelto a señalar a Rusia y, particularmente, a China como fuente sistemática del ciberespionaje que padecen las instituciones y empresas de su país. EE UU se plantea considerar el espionaje informático como "un acto de guerra", lo que justificaría una reacción de enorme calibre. Sin embargo, por ahora, no se ha pasado de las lamentaciones diplomáticas y ante organismos comerciales. Hay un punto débil en la argumentación norteamericana. Es un país que también tiene sus propios sistemas de husmeo digital aunque, oficialmente, se orientan a garantizar ...

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Un informe del Congreso de Estados Unidos ha vuelto a señalar a Rusia y, particularmente, a China como fuente sistemática del ciberespionaje que padecen las instituciones y empresas de su país. EE UU se plantea considerar el espionaje informático como "un acto de guerra", lo que justificaría una reacción de enorme calibre. Sin embargo, por ahora, no se ha pasado de las lamentaciones diplomáticas y ante organismos comerciales. Hay un punto débil en la argumentación norteamericana. Es un país que también tiene sus propios sistemas de husmeo digital aunque, oficialmente, se orientan a garantizar la seguridad nacional y no a robar secretos industriales. Tanto este EE UU como la Unión Europea celebran periódicamente ensayos para combatir los ciberataques

Desde luego, las denuncias de atracos informáticos cuyo origen se localiza en China son habituales. Otra cosa es demostrar su autoría y la vinculación del Gobierno de aquel país. China siempre ha negado este tipo de acusaciones. Pero los grandes asaltos informáticos se repiten con preocupante periodicidad. Como el que, a través del correo de Google, sufrieron empresas estadounidenses y ciberactivistas a principios de 2010. O, todavía más espectacular, el desvío, durante unos minutos y a través de China, en abril de 2010, del 15% total del tráfico de Internet. La operadora China Telecom, según relató entonces el Congreso de EE UU, desvió hacia su país varias de las rutas que emplean los paquetes con que se organiza la comunicación en Internet. El informe afirmaba que se desconocía si esta acción fue intencionada.

Es evidente que la clásica escena de un espía pasando un microfilme en un paquete de tabaco es más fácil de encontrar en una película que en la vida real. Las herramientas digitales, que han permitido un revolucionario avance en las comunicaciones y la sociedad, también son útiles para las mafias y el espionaje político. Será difícil que estas prácticas se frenen, pero los Gobiernos deben entender que perpetuar la desconfianza hacia un Internet frágil perjudicará a todos. Y se recurre demasiadas veces a las palabras huecas. Rusia y China, por ejemplo, defienden en Naciones Unidas, con la oposición de Estados Unidos, la redacción de un código de buena conducta que regule los comportamientos en la Red y permita castigar a los que perjudiquen a la seguridad nacional. Una manera muy poco disimulada de intentar legitimar la censura.

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