"Listas abiertas de una puñetera vez"
El cineasta y director escénico Pedro Olea (Bilbao, 1938), que en sus películas suele abordar la opresión del individuo bajo las fuerzas sociales, aunque en algunas cintas se ha inclinado por el cine de intriga, habla sobre las próximas elecciones.
Pregunta. ¿A quién va a votar?
Respuesta. Tal vez votaré en blanco, no me convence ninguno de los de siempre o, quizá a Equo, lo único que huele a fresco.
P. ¿Qué necesita España?
R. Políticos honestos, sin tantas prerrogativas y jubilaciones de lujo. Y que controlen a los bancos y cajas, en ve...
El cineasta y director escénico Pedro Olea (Bilbao, 1938), que en sus películas suele abordar la opresión del individuo bajo las fuerzas sociales, aunque en algunas cintas se ha inclinado por el cine de intriga, habla sobre las próximas elecciones.
Pregunta. ¿A quién va a votar?
Respuesta. Tal vez votaré en blanco, no me convence ninguno de los de siempre o, quizá a Equo, lo único que huele a fresco.
P. ¿Qué necesita España?
R. Políticos honestos, sin tantas prerrogativas y jubilaciones de lujo. Y que controlen a los bancos y cajas, en vez de permitir que sus ejecutivos roben, como en Galicia. Por cierto, ¿qué retiro tienen firmado Fernández Ordóñez o Rodrigo Rato, por poner un par de ejemplos? Y, además, listas abiertas de una puñetera vez.
P. ¿Qué primera medida le pide que tome al futuro presidente?
R. Dando por supuesto que será Rajoy, que no estropee el final de ETA, haciendo caso a sus corifeos ultras, y que, por lo menos, haga como Aznar; el de entonces, no el enloquecido jarrón chino parlante actual, que acercó presos antes de ningún comunicado y no pretendía vencedores ni vencidos.
P. ¿Qué le parece el Movimiento 15-M?
R. Una bocanada de aire fresco entre tanta corruptela e ineficacia. Y que es una pena que no se aglutinen para influir más en la política de este país.
P. ¿Teme algo si gana el PP?
R. Será como ir de Guatemala a Guatepeor.
P. ¿Qué se podría hacer para recuperar la confianza en los políticos y en la política?
R. Al perderse la ingenuidad democrática, una parte de la clase política ha olvidado que está al servicio del pueblo, y ha cambiado su honestidad por un lucro personal. Lo que tendrían que hacer los políticos es escuchar al pueblo y no escucharse a sí mismos, que es lo que hacen la mayoría, además habría que hacer caso a los jóvenes y a los del 15-M, aunque no sepan cómo influir directamente en la democracia.